Vida es movimiento. Pienso que todos estamos de acuerdo con esa frase, pero nuestra vida actual ¿tiene de hecho movimientos? Un poco en el asiento del coche, en la silla frente al ordenador y, quizá, en el sofá mirando la tele (y tanto las sillas como las butacas o lo sofás no son allá muy cómodos y, menos aún saludables para la postura de nuestro cuerpo).
Recuerdo ahora una historia que a mi madre le gusta contar: ella empezó a lavar la ropa de la familia (y eran diez en casa) cuando tenía 12 años. Y lavaba, claro, en el pilón. Entonces tomaba la ropa lavada y recorría unos 300 metros hasta un campo de fútbol de un equipo de la vega, donde ella colocaba la ropa, extendida sobre la hierba, a clarear (no sé muy bien qué era eso). Y hacía varios viajes hasta llevar toda la ropa de la familia.
Lo simpático es que varias vecinas también hacían lo mismo, cada una tenía su día de la semana y su espacio para extender la ropa. Y ella asegura que ninguna invadía el espacio de la otra y nunca le desapareció pieza alguna a nadie (esto tiene 80 años, pero parece otro mundo, ¿no?
Bueno, después de recogida la ropa, ella la volvía a lavar y la colgaba en los tendederos. Claro que ella nunca ha necesitado hacer gimnasia ni caminatas atléticas, porque ya su vida era de por sí 'movida' (y siempre lo ha sido hasta hace poco, ya que hoy tiene 92 años y una salud bastante razonable).
Lógicamente, hoy no necesitamos movernos así. Pero empecemos a hacer un poquito de Yoga ahí en la silla en que estás sentado. En primer lugar, presta atención a tu postura. Tu columna ¿está más o menos erecta? Tu cabeza ¿está tranquilamente apoyada en la columna erecta? No, ¿verdad? La cabeza está echada hacia delante, sosteniéndose en los músculos del cuello y un poco en los hombros. Claro que después de cierto tiempo el cuello y los hombros estarán bien tensos y doloridos. Simplemente porque nuestra cabeza pesa unos 6 o 7 kilos, y no hay cuello que aguante.
Entonces, la atención a la postura es fundamental, para mantener la columna más o menos erecta y la cabeza suavemente apoyada en ella. Es fácil. No. Exige mucha práctica y atención constante. Pero vale la pena.
Primero un ejercicio de respiración, que es otra cosa absolutamente fundamental y a la que no prestamos demasiada atención. Prueba a ponerte muy encorvado, tal como un verdadero jorobado, y observa tu respiración. ¿Eres capaz de respirar con facilidad y profundamente? No, ¿verdad? Ahora estira la columna y déjala bien erecta y presta atención a la respiración. Ha mejorado mucho y es bastante más agradable ¿no?
Entonces, vamos a respirar: coloca las manos al lado de la cintura, los pulgares hacia atrás y los otros dedos hacia delante. Respira durante algunos minutillos y presta atención a tus manos. ¿Se alejan cuando inspiras? ¿Y se acercan cuando espiras? Si no, practica hasta conseguirlo.
Ahora coloca los pulgares bajo las axilas y los otros dedos hacia delante. Respira y observa nuevamente si tus manos se alejan y se acercan en la inspiración y en la espiración.
Cuando seas un experto en estas dos prácticas, coloca las manos sobre los hombros e intenta sentir la respiración. Es bastante más difícil, pero con la práctica lo conseguirás.
Aparte de los problemas de postura en el ordenador, hay un problema aún más grande, que es el uso no muy correcto de los ojos. Permanecemos horas y horas mirando la pantalla, con los ojos fijos, casi sin pestañear y mirando siempre a la misma distancia, algo así como 50 cm, poco más o menos. Y entonces, según parece, nuestro cerebro piensa algo así: bueno, este dueño mío solo necesita ver a esta distancia. Pues bien, muy pronto aparece la miopía (¿sabías que una encuesta llevada a cabo en varios países de Europa puso de manifiesto que el 75% de los jóvenes de 18 años ya padecen miopía? Y la causa probable es el uso excesivo del ordenador, de la TV, de los videojuegos.)
Entonces, ahí van dos ejercicios muy sencillos para conservar la salud de tus ojos, e incluso mejorarla: desvía tu mirada de la pantalla con mucha frecuencia y mira hacia la pared a tu lado, hacia arriba, hacia una ventana, o sea, mira a más distancia que los 50 cm. Y a cada hora ve hasta la ventana o a la calle y mira durante unos 5 minutos hacia muy lejos (si el paisaje es hermoso, mejor. Si solo son los edificios desgarbados de las grandes ciudades, mira hacia el cielo, rodea una nube con la mirada y después otra y otra.) Fácil ¿no? Y esto es estupendo para tus ojos.
Otro ejercicio: a cada hora y pico, párate, levántate, estira el cuerpo como más te agrade, apoyado en la silla lleva la pierna hacia atrás y agarra el empeine del pie, o del zapato, hasta tocar la nalga y permanece así unos 30 segundos. Y después haz lo mismo con la otra pierna.
En la mesa del ordenador u otra a tu lado, siéntate nuevamente, frota las manos y sitúalas sobre los ojos, con los dedos sobre la frente y las muñecas apoyadas en las mejillas a fin de no tocar con los dedos en los ojos y permanece así durante 3 o 4 minutos. Tus ojos se relajarán bastante y todo tu cuerpo también, porque cuando nuestros ojos se relajan el cuerpo entero se relaja.
Practica estos ejercicios durante las próximas dos semanas y entonces te pasaremos otros. Y para conocer otras prácticas corporales y terapias naturales y energéticas, visita el Website link o llama al 11-3063.1115 (Brasil) y pide el DVD Yoga en el Ordenador, que tiene una grande y óptima serie de ejercicios para quienes permanecen mucho tiempo ante la pantalla. O sea, todos nosotros.
Roberto Inácio é jornalista, foi publicitário, radialista, é diretor-proprietário do Jornalternativo e é autor do livro Yoga para os Olhos e do DVD Yoga no Computador. É terapeuta energético e dá cursos de Pranaterapia e Radiestesia. Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado dia 4/8/2020 11:35:00 AM em STUM WORLD
