Vengo acompañando desde hace algún tiempo la iniciativa de dedicar cierta parcela de matrículas en las Universidades Federales a los afro-descendientes, y me pregunto: ¿Qué son afro-descendientes? Si miramos el color de la piel, sí que lo son, pero mirándolos bajo el prisma reencarnacionista, son Espíritus que en esta actual encarnación han venido en ese color de piel. ¿Podemos decir, entonces, que todos los negros son afro-descendientes? ¿Cuántos de ellos fueron blancos en otras encarnaciones? ¿Cuántos blancos ya fueron negros en otras encarnaciones? Los negros ¿"son" negros o "están" negros? Yo ¿"soy" brasileño o en esta actual encarnación nací en Brasil? Ya me he visto en la encarnación anterior como un escritor ruso; ¿yo era ruso o había encarnado en aquel país? En la encarnación anterior yo fui un mendigo, hoy soy médico. ¿Yo "soy" gaucho, o nací en esa región en esta vida actual?
En los medios de la Terapia de Regresión se cuenta un chistecito que dice que si Bush se reencarna iraquí, atacará a los Estados Unidos. Me pongo entonces a pensar: un judío al que no gustan los árabes, si se reencarna árabe, no le gustarán los judíos. Un blanco al que no le gustan los negros, si se reencarna negro no le gustarán los blancos. Un brasileño al que no le gustan los argentinos, si se reencarna argentino, no le gustarán los brasileños. Parecen chistecitos, pero esos "chistecitos" nos muestran el origen verdadero de la desigualdad social, de la violencia en nuestro planeta, del racismo y de las guerras.
Trabajando con la Terapia de Regresión desde hace unos 20 años, en cerca de 10.000 personas que se sometieron a regresión, he venido escuchando muchas historias de vidas pasadas y en ellas esas personas se ven con varios colores de piel, varias nacionalidades, varias condiciones sociales, de distinto género sexual, etc. Lo que enseña la Reencarnación (y cerca de la mitad de la población mundial es reencarnacionista) es que hay una identidad común a todos nosotros - somos un Espíritu - y rótulos que pueden engañar y apartar, e incluso provocar discriminación, racismo, violencia y guerra, que los orientales llaman Maya, y que denominamos "ilusiones de los rótulos de las cáscaras", entre ellas nuestra nacionalidad y nuestro color de piel.
Entonces, no hay "Afro-descendientes", sino personas que han venido con ese color de piel por designios cuya finalidad solo a Dios compete saber, como no hay "brasileños", sino personas que en esta encarnación nacieron aquí en el Brasil, como no han "americano", "iraquí", "afgano", etc., sino personas nacidas en esos países en esta vida actual. Tampoco existe "el pueblo judío" ni "el pueblo árabe", son personas que nacieron en Israel o se reencarnaron en familias judías y personas que nacieron en países árabes o en familias árabes en otros países.
Notad el potencial igualitario y solidario que la noción reencarnacionista puede traer a nuestro planeta, cuando todos entiendan que los rótulos son verdades aparentes, temporales, que somos todos hijos de Dios, somos todos hermanos, y que lo que nos distancia son esos rótulos. Un negro y un blanco, después de desencarnarse y llegar al Mundo Espiritual, ¿qué son? Dos Espíritus, iguales, sin color de piel (y sin piel.) y allí comprenden que han caído en las redes de la ilusión del separatismo. Una persona rica y una pobre, al volver a Casa, ¿qué advierten? Que eran iguales, alejados por rótulos sociales de una falsa jerarquía monetaria. Un judío y un árabe que, al final de la jornada terrestre, llegan al Mundo Espiritual, ¿continúan siendo judío y árabe? Son iguales, de ninguna raza ni religión, solo retornan a la raza primordial y a la religión divina, igualitaria y comunitaria. Un americano y un iraquí, al final de la vida, se encuentran en el "cielo" y ¿qué son? Hermanos de fe verdadera, de amor divino.
Entonces, no existen "afro-descendientes", no existen "blancos", "negros", "nacionalidad" y otros rótulos ilusorios, temporales. Lo que existe es que somos todos iguales y debemos amarnos, respetarnos, ayudarnos, darnos las manos, trabajar juntos, festejar juntos el fin de las desigualdades y de la violencia, creadas por la ilusión de los rótulos, y colaborar con Dios en Su proyecto para este planeta, para que, en algún tiempo, terminado el período de las tinieblas y surgiendo la Luz en el horizonte, dentro de nuestro corazón podamos todos vernos como realmente somos, seres de luz, seres de puro amor olvidados de nuestra condición divina, atrapados en las redes de las ilusiones, cometiendo actos dignos de niños rebeldes y desobedientes; mientras tanto, nuestro Padre aguarda, pacientemente, a que crezcamos, nos hagamos adultos espirituales, y dejemos de lado esos juegos peligrosos y letales. Como dijo Divaldo Franco en una charla: "Gran parte de las personas adultas necesitan consultar con un psicólogo infantil".
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Publicado dia 11/12/2012 1:00:38 PM em STUM WORLD
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