Sí, el amor es voluntario y siempre lo será; digo todas las formas de amor, porque es un sentimiento que no puede ser exigido entre los seres, él se presenta voluntario o no se presenta.
Por tanto, muchas veces las palabras no consiguen describir un sentimiento tan profundo y tan total; nadie jamás podrá decir que amó o fue amado a medias o sólo un poquito, porque el amor es todo o nada.
No se puede exigir a una persona que ame a otra, esto no es posible, por tanto, no fuerces el amor, éste es natural; forzar el amor es como intentar forzar el viento, él tiene dirección propia, va y viene como quiere, aparece y desaparece, misterioso e imprevisible.
El amor es como una semilla que brota en el corazón; todas las formas de amor son así, han de ser cultivadas, cuidadas con atención, respeto y cariño, para que puedan crecer y fructificar.
Hay formas de amor más elevadas, y me refiero al amor espiritual empezando por el amor de Dios, presente en cada menor partícula del universo, porque existe un mecanismo propio en que el poder del amor es atraído hacia aquel que está vibracionalmente compatible para recibirlo.
Estar compatible con la frecuencia amorosa del universo significa amarse y respetarse a sí mismo y a toda la creación en el universo de Dios, perdonar, dar gracias por todo cuanto existe, estar disponible, ser justo y amoroso hacia los hermanos menos esclarecidos, ofreciendo la luz del conocimiento, reafirmando que sólo el amor liberta y transforma a los seres preparándolos para el salto evolutivo.
Cuando emanamos el amor verdadero, generamos una fuerza tan poderosa que conseguimos transformar ambientes y personas que entren en contacto con nosotros.
Para disfrutar de las bondades del amor, sólo se necesita disponibilidad, sí, eso mismo, hemos de estar disponibles para dar y recibir; es una vía de doble sentido, dar y recibir, permaneciendo a disposición para trabajar exclusivamente la energía del amor, descartando las energías contrarias, porque donde exista odio no podrá existir amor y viceversa.
Quien busque el amor fuera no lo encontrará, porque primero es preciso encontrarlo desde dentro, desde el corazón. Entonces, sólo así, cuando ese encuentro amoroso con uno mismo se produzca, y a ejemplo de la ley de causa y efecto, el amor se hará presente en toda su plenitud materializando su contraparte amorosa, para que el reencuentro se verifique, el complemento divino del ser, que ciertos autores denominan llamas gemelas y otros almas gemelas.
Por tanto, quien aún no ha encontrado su amor verdadero, trabaje la energía del amor en su vida con sencillez y espontaneidad a partir de sí mismo. Así, su mensaje podrá ser enviado a la contraparte, y el universo se encargará de poner los medios necesarios para que se reencuentren.
Al reflexionar sobre el amor, recuerda que la fuerza es decreciente en el universo y que el amor también sigue esta jerarquía; todo vibra y se conecta a partir del amor de Dios y luego es distribuido a toda la Creación. Aquellos que estén en sintonía amorosa recibirán en sus vidas el verdadero amor que tanto buscan.
Recordemos las divinas enseñanzas: "Buscad en primer lugar el Reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura".
Así ocurre también con el amor, la regla es amar para ser amado.
Si buscas tu amor verdadero, no es preciso que hagas mucho, sólo sé instrumento del amor de Dios; y no buscándolo, lo encontrarás o bien serás encontrado por él, simplemente él se presentará por añadidura en tu vida, porque el amor es voluntario y siempre lo será.
Sed felices con la sencillez del amor de Dios y permaneced abiertos para recibir el verdadero amor en vuestras vidas.
João Sposito - Brasilia- DF
Noviembre 2018
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