Traducción de Melissa Park [email protected]
Aprendemos tantas veces a cerrar nuestro corazón para protegernos, que abrirlo es un gran desafío. Abrir el corazón es una actitud poco familiar en nuestra cultura occidental que estimula el espíritu competitivo.
Las diversas tradiciones espirituales nos enseñan sobre a importancia de abrir nuestros corazones y abandonar nuestra actitud comúnmente egocéntrica para que haya paz en el mundo.
El mensaje esencial de la filosofía budista consiste, justamente, en esclarecernos que el apego a nuestra auto-imagen es la raíz de todo nuestro sufrimiento. Pues el hábito de considerar nuestro propio Yo como el único referencial verdadero en la percepción de la realidad está arraigado en nuestra actitud mental desde que nacemos.
Una vez el Lama Gangchen me dijo directamente: “El Camino del Tantra es maravilloso, pero sólo si usted quisiera abrir su corazón. Si no, él se torna un camino muy difícil de recorrer, y ahí no vale la pena”.
Lama Gangchen Rinpoche nos inspira a enfrentar este desafio. Pacientemente, él nos enseña a superar el hábito de pensar en lo que se restringe solamente a nosotros mismos. A su lado, testimoniamos el valor de un corazón verdaderamente abierto. “Con el corazón abierto algo sucede” me dijo él, cierta vez.
El budismo nos muestra que en tanto nos interesemos apenas por nosotros mismos, nada sucede y nuestros problemas siempre parecerán insuperables. Contaminada por la avaricia, la mente egocéntrica está continuamente preocupada con la idea del Yo, y se torna, así, tensa y angustiada.
El camino espiritual nos llama para la apertura: tener empatía por los demás, reconocer que todos estamos ínter ligados. En tanto estemos presos por una visión egocéntrica, intensificada por la idea de que somos seres separados unos de los otros, no podremos ser empáticos, pues estaremos limitados por la carencia de ser constantemente reconocidos por ellos.
Así como escribe Pema Chödrön en " Cuando todo se desfasa"-(Quando tudo se desfaz (Ed. Gryphus): “Cuando nos tornamos más perspicaces y compasivos delante de nuestras propias dificultades, espontáneamente sentimos más ternura por los demás seres humanos. Al acontecer nuestra propia confusión, quedamos más dispuestos y capaces para colocar la mano en la masa e intentar aliviar la confusión de los otros”.
Solamente cuando estamos bien con nosotros, tenemos energía disponible para percibir al otro. De hecho, precisamos, antes de todo, abrir nuestro corazón para nosotros mismos. Cultivar la auto-estima, por lo tanto, reconectarnos con la sabiduría de la interdependencia.
Bel Cesar é psicóloga, pratica a psicoterapia sob a perspectiva do Budismo Tibetano desde 1990. Dedica-se ao tratamento do estresse traumático com os métodos de S.E.® - Somatic Experiencing (Experiência Somática) e de EMDR (Dessensibilização e Reprocessamento através de Movimentos Oculares). Desde 1991, dedica-se ao acompanhamento daqueles que enfrentam a morte. É também autora dos livros `Viagem Interior ao Tibete´ e `Morrer não se improvisa´, `O livro das Emoções´, `Mania de Sofrer´, `O sutil desequilíbrio do estresse´ em parceria com o psiquiatra Dr. Sergio Klepacz e `O Grande Amor - um objetivo de vida´ em parceria com Lama Michel Rinpoche. Todos editados pela Editora Gaia. Email: [email protected] Visite o Site do Autor
Publicado dia 12/20/2004 9:13:11 AM em STUM WORLD
