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Ícaros, ¡las canciones mágicas!

por WebMaster


Autor Wilson Francisco -
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Traducción de Teresa -
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El estudio de los sonidos data de la época de Pitágoras, o incluso antes.
Los sonidos y la música poseen un profundo efecto psicofísico.
Ciertos sonidos pueden curar o lesionar el cuerpo y la mente humanos. El Dr. Emoto, en sus experiencias, muestra los daños que una música heavy metal o un pensamiento de odio causan en el aura, campo vibracional de nuestro cuerpo.
Los hindúes atribuyen poder a ciertos sonidos junto a los chakras, y pueden hacer posible el desarrollo de poderes ocultos.
Si estás teniendo dificultades en la vida y quieres saber qué hacer para reducir el miedo y tener fuerza vital, debes actuar sobre tu Chakra Básico.
Visualiza energía de color rojo entrando por tus pies y entona el sonido vocálico U larga, hasta sentir a la energía fluir por todo tu cuerpo. El efecto es extraordinario.
Este proceso te abrirá la consciencia y te aportará herramientas importantes, como la vitalidad, el optimismo y estímulos de vida. ¡Abre tus caminos!
En el Chamanismo las canciones de poder acompañan las ceremonias para evocar espíritus guardianes, espíritus de curación, intensificar la energía y alterar la consciencia, permitiendo que tu mente se libre de pensamientos indeseables. Y proporcionan visiones o trances.
En el Espiritismo algunos grupos incluyen músicas preparatorias en las sesiones.
Un detalle curioso, la canción de poder no es compuesta como una música común, sino quees canalizada, en un extraordinario fenómeno de liberación psíquica o mediúmnica.
Ellas pueden traer felicidad y bienestar, comprensión y reflexión, curación y trance, tanto pueden ser cortas y repetitivas como grandes y melodiosas.
En Perú los estudiosos asocian los trabajos chamánicos a los ícaros, o canciones mágicas.
Su objetivo es: evocar el espíritu de una planta de poder, viajar por mundos invisibles o curar y traer protección.
Y en la Mesopotamia el Rey enviaba a sus ministros a visitar las ciudades para ver qué tipo de música escuchaba el pueblo. Con esa información evaluaba el estado de placer o sufrimiento de sus súbditos.
El Dr. Alfred Tomatis, médico francés, observó experimentalmente muchas canciones sagradas, incluidos los cantos gregorianos y tibetanos; percibió que son ricos en sonidos de alta frecuencia, llamados armónicos o hipertonos. Considera que estos sonidos cargan el córtex cerebral y estimulan la salud y el bienestar.
Investigadores modernos han descubierto que el ritmo del tambor corresponde exactamente al rito del cerebro.
Los indios nativos eran capaces de inducir estados alterados de consciencia por medio de los batimientos expresivos del tambor.
El atabal representa al tambor en la función de patrocinar o facilitar el trance, en las giras de los Terreiros.
El científico británico Rupert Sheldrake explica que al cantar un sonido sagrado con la intención de invocar a seres o atraer energías puedes crear lo que él denominó "campos mórficos".
Estos campos de energía "forman" campos vibracionales.
Según ese científico, recitando el nombre de una entidad, eventualmente traerás a esa entidad y podrás unirte con ella a través de ese "campo mórfico".
Este campo mórfico puede ser creado por un tatuaje que aplicas en tu cuerpo, y premitir la presencia de entidades que utilizan ese símbolo en sus rituales.






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