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STUM WORLD
Rompiendo antiguos patrones, rescatando tu potencial divino
por Sergio Scabia
Traducción de Teresa -
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En el mundo globalizado de hoy, en el cual imperan valores distorsionados, aplastantes intereses económicos, falta de ética y una infinidad de problemas reales que perturban profunda y especialmente a los ciudadanos de mente abierta y buen sentido, hemos de realizar con más ahínco y coraje – inmunes a la infinidad de desgracias anunciadas por los varios medios de comunicación que intentan masificarnos, controlarnos y hundirnos –, nuestra singular y preciosa participación aquí en la Tierra. Debemos, con lucidez y competencia, manteniendo elevada nuestra vibración, transformarnos en un punto de Luz, en faro que esparce en derredor la palabra de la verdad, absolutamente libre de condicionamientos, miedo y culpa.
Cada vez más conscientes y recibiendo energías de búsqueda directamente de la Fuente, orientados por los Guías, balizados por las irrevocables leyes naturales, habremos de avanzar en la dirección correcta, encontrando en la jornada a otros seres en sintonía fina, con quienes intercambiar, de forma consciente o inconsciente, las informaciones y experiencias que nos permiten desvendar y depurar el poderoso campo de fuerza interior. El centro donde se encuentran latentes todas las semillas y las posibilidades de creación que podremos elegir y manifestar: nuevas actitudes, conceptos, eventos, reacciones, estados de espíritu y mentales. Es la conocida fuerza de la co-creación que, puesta en movimiento, inexorablemente transmuta todo lo que estaba parado, inerte, estancado, dentro y fuera de nosotros.
Es necesario identificar lo que, muchas veces, nos retrasa en la jornada, y eso se hace cada vez más claro durante las sesiones de constelaciones familiares o de imágenes mentales: la perpetuación de patrones adversos adquiridos, como – por ejemplo – la desconfianza por parte de los hombres respecto de las mujeres, en función del rechazo que muchos han sentido por parte de la propia madre, hecho recurrente que deja profundas marcas en el alma y es automáticamente transmitido para con los hijos.
Vale aquí subrayar además el atraso que nos ha venido causando la religión, con su distorsionado adoctrinamiento, marcado por el sentimiento de culpa, de miedo – provocado por un Dios vengativo y distante – impidiendo al ser humano vivir con total dignidad, sabedor de su verdadera naturaleza.
Estos acontecimientos y las falsas ideas diseminadas hasta el agotamiento desde la infancia y adolescencia, solían generar sentimientos de impotencia, inadecuación y negativismo. Deben ser finalmente puestas en su debido lugar (el cubo de la basura), abriendo el espacio para contactarnos con nuestra divina realidad, el eterno ser Cósmico que puede ser ‘oído en el silencio interior’, en la inmovilidad provisional de las emociones, serenadas por la manifestación, por la percepción arrebatadora de nuestra esencia de Luz.
Debemos en primer lugar modificar nuestros patrones de pensamiento. El pensamiento lleva a la intención, que conduce a la acción. La intención correcta necesita diseminarse, impregnar las capas más profundas de nuestra conciencia, pero hemos de proceder con inteligencia y determinación, para finalmente dejar atrás la barrera del “No lo consigo” en favor del nuevo reino que sugiere: “Sí, yo puedo”.
Es preciso también – siempre es bueno recordarlo, pues muchos tienen dificultades para estar de acuerdo – asumir plena responsabilidad por nuestra vida, por todo lo que nos sucede. Innumerables bloqueos se derivan de esta resistencia, y las manifestaciones, los casos o ‘muestras’ en la vida de esas personas son normalmente inequívocos, claros. La existencia le revela siempre, al que es observador, cuáles son las creencias y las actitudes individuales subyacentes. Es inevitable, es de la ley. Desactivar ese concepto tan nocivo, este mecanismo que no nos lleva a parte alguna, requiere gran energía y enfoque. La disolución de este campo de fuerza trabado, bloqueado, dará una nueva dirección al enorme flujo de energía en distintas obras positivas, compatibles con las leyes divinas.
Pasos y herramientas para ello – perdonadme por insistir tanto en este punto – son la meditación, la oración y el perdón. Es algo muy sencillo, práctico, y permite remodelar nuestra mente. Y todo está interconectado: el consciente y el inconsciente empiezan a convivir cada vez más serenamente, haciendo que sea más frecuente y reconfortante el paso entre las dos realidades. Puedo empezar con una oración, pasar a una petición de perdón o una afirmación, un mantra repetido como: “uno, uno, uno, somos todos uno”, y de repente encontrarme donde los cinco sentidos no actúan, en la profundidad de mi ser, aquella parte sabia, que siente estar permanentemente conectada, pertenecer al “Todo que está en todo”, como nos dice Wagner Borges.
Las dos voces cada vez más próximas, el consciente y el inconsciente, los dos aspectos de nuestra mente, han de ponerse finalmente cara a cara y será la parte consciente la que tome la decisión final en cada cuestión, como el sabio soberano que, tras consultar a la sagrada esencia, elegirá lo que ha de hacerse de acuerdo solamente con la ley del amor.
Así procediendo, poco a poco abandonaremos definitivamente la duda, la auto-destructividad, la baja autoestima, la inseguridad y los miedos que impedían el paso de la Luz, la manifestación divina en nosotros. Desistir de ejercer nuestro poder innato será cosa del pasado, la divina presencia será compañía permanente, acompañada de la bienaventuranza, la fe verdadera, los anhelos de amor, de honestidad y de felicidad. ¡Pues si hemos sido capaces de convivir con los aspectos negativos del dolor y de la culpa, soportándolos durante años y años, podremos tranquilamente convivir con tan buenos sentimientos!
Nada más podrá ofuscar la Luz emanada de la Fuente; una nueva fuerza vital, esta vez señalando hacia arriba y adelante, traerá realización creciente, sentido a la vida, alegría, paz y amor.
No se trata aquí de utopía o de algo abstracto, distante, un simple pensamiento positivo. Son actitudes concretas y prácticas a incorporar en el día-a-día. Ya no dependeremos de otros y manifestaremos nuestro ser real, el divino. Tendremos, por tanto, solamente relaciones verdaderas, no de dependencia. Este es nuestro destino final. Cabe a cada cual elegir cuando hacer que se convierta en real. ¡Baste reconocer la Presencia!
Doy gracias a los Guías por su sabiduría, a Rodolfo, Lidiane, Sandra y Teresa por el apoyo decisivo que se me proporciona.
¡Somos uno solo! Yo soy el otro Tú.
Sergio - STUM
Sergio Scabia é co-fundador do Site Somos Todos UM
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