Nuestra actualidad y el síndrome de pánico
por Silvia Malamud em STUM WORLDAtualizado em 21/07/2008 19:12:30
Traducción de Teresa - [email protected]
Ya estamos en el siglo XXI y contra lo que podría esperarse con el avance de las nuevas tecnologías y de las áreas científicas y terapéuticas, parece que el tema central de nuestra especie aún no está tranquilo en la mente de muchos, por no decir de la gran mayoría.
Cuestiones como: -Qué somos, hacia dónde vamos y en fin, cuál es el sentido de nuestra existencia… insisten en infiltrarse en la mente de los afligidos.
Hoy, más que nunca, el vacío existencial producido por esta era espectacular en que vivimos, acaba colocando al hombre frente a sí mismo de una manera visceralmente cruda, de la cual no puede escapar a no ser que haga una búsqueda intensa e interior en nombre de encontrar sus reales significados.
Hoy ya no tenemos las verdades absolutas a que podíamos anclarnos en el pasado. Nuestro día-a-día se ha vuelto caótico y en consecuencia, la actualidad en vez de mostrar lugares donde poder expresar nuestra creatividad, nos arremete frenéticamente a nuevas posibilidades competitivas y sensacionales en cada nuevo instante. Podemos entonces sacar la conclusión de que nada es fijo y que, por consiguiente, todo acaba siendo extremadamente insólito y mutable.
Los empleos ya no tienen la característica del pasado, que promovía la seguridad de la permanencia y la conquista de hacer una “carrera”. Este enfoque hoy está totalmente reformulado, y al igual que las demandas para estar en el “top”, también son susceptibles de modificarse a cada día.
Además de todo este nuevo aspecto mutante, tienes que estar muy bien emocionalmente para conquistar cualquier espacio que fuere, pero ¿cómo conseguir este intento en medio de tanta adversidad?
En un pasado no muy distante, las verdades eran absolutas y teníamos pocas formas de dar rienda suelta a la expresión total de un aspecto interior esencialmente creativo.
En aquella época, por desesperación, las personas se encontraban demasiado enclaustradas y aún así, sin conocerse interiormente, en un “grito” pidiendo libertad, expresaban sus represiones en medio de crisis extremadamente sufridas, que por aquel entonces se clasificaban como histerismo.
Hoy ya no hay represión y, por el contrario, existe demasiada soltura. Las imágenes represoras del pasado, poco a poco han ido perdiendo sentido.
Se abrió entonces un enorme espacio a la libre expresión… Y, precisamente en este punto, vuelve la humanidad al origen de su cuestión primera, la que está al principio de este texto.
Sin embargo, ni en el exceso de represión, ni en el racionalismo, ni en el exceso de soltura o en lo que quiera que fuese, ha logrado el ser humano sentir su plenitud existencial.
Hoy, como síntoma de desesperación de este orden, tenemos el Síndrome de Pánico. Un sufrimiento atroz que atenaza a miles de personas.
Obviamente tocamos aquí tan sólo la punta del iceberg de cuestiones extremadamente profundas, que envuelven a nuestra especie como un todo. Con toda seguridad hay mucho más que decir sobre este asunto complejo.
Al no encontrar salida para percibir el sentido de su existencia, el ser humano de nuestra actualidad se encuentra en Pánico y de este modo está nuevamente pidiendo ayuda.
Lo que abordo aquí sirve para ponderar acerca del tema y comprender definitivamente que si existe un camino para sentirnos mejor, este camino ciertamente está directamente ligado al encuentro consigo mismo de un modo nunca antes vivenciado.
Una de las posibilidades es un proceso terapéutico que auxilie el encuentro con la cohesión de un “self” que pueda experimentarse de modo más creativo, por lo tanto más placentero y con mucho más sentido. Este es seguramente un camino fértil. Recuérdese que para que se instaure esta sensación de plenitud, no pocas veces se hace necesario que una ayuda venida de fuera te auxilie en ese proceso.
No serás menos por pedir ayuda de modo consciente. ¡Al contrario, te revelas a ti mismo que tienes recursos internos para percibirte y adoptar actitudes en tu propio beneficio, lo cual ya es un excelente comienzo!
No huyas más de ti mismo, búscate. Encuéntrate.
