Menu

El mejor modo de ser tú misma

por Silvia Malamud em STUM WORLD
Atualizado em 17/04/2008 13:10:24


Traducción de Teresa - [email protected]

Este caso, como otros que he relatado aquí, forma parte de las historias reales sobre personas corrientes como yo o como tú, por ejemplo.
Como siempre, los nombres y situaciones más reveladores se cambian deliberadamente, con el propósito de preservar la privacidad de los implicados.

Sandra acudió a mi consulta por recomendación de otra paciente mía. En un primer momento me encantó su belleza y suavidad, pero al mismo tiempo que me sentía fascinada, sentía algo inabordable en aquella mujer joven, con sus 32 años. Este factor de ser inaccesible vino como marca suya y como su principal queja terapéutica…

Sandra trabaja en una empresa del ramo fotográfico y está casada desde hace cerca de 5 años. Cuenta que en su trabajo está en ritmo de ascenso, lo cual siente que causa la envidia de sus compañeras de trabajo. Dice que se lleva muy bien con los hombres en general y que detesta la sumisión, mejor dicho, a las mujeres sumisas. Su cuestión principal está en el área de la sexualidad. Aunque disfrute de un matrimonio que ya dura algún tiempo, nota que aquél puede terminar repentinamente. Siente miedo. El motivo principal es que nunca ha conseguido mantener una relación sexual completa con su marido, o sea, Sandra padece algo a que comúnmente se llama vaginismo, no hay penetración.
Ese era el motivo de que esta paciente fuese inabordable… Porque realmente lo era.
Saqué la conclusión de que tendríamos una larga travesía hasta que ella pudiese aceptar aquello que más deseaba, que era poder tener una relación sexual completa.

Sandra contaba que en sus fantasías tenía miedo de que, si fuese penetrada, sus órganos internos pudieran desconformarse, romperse. Tenía tanto miedo que, durante las veces en que casi llegaban a la penetración, ella se mareaba fuertemente, temiendo la posibilidad de desmayarse.

Aquí tenemos incluidos varios aspectos emocionales, que Sandra bravamente ha tenido que enfrentar a solas… Comprendió, entre muchas situaciones suyas, que tenía un padre extremadamente dominador, que descalificaba todo cuanto ella hacía. Que mediante su fuerza sometía a su madre por el miedo. Comprendió que estaba a mal con todos los hombres porque todos representaban para ella un padre hostil e invasor, que simbólicamente “penetraba” a las mujeres, haciéndolas sumisas, acabando con ellas. En su imaginación, ella era la defensora de esas mujeres; habiéndose aliado a la fuerza de los hombres, sabía lidiar con ellos, pero hasta cierto punto.

Muy exacta la historia, ¿no? Si el hecho de enterarse Sandra de todo esto fuese suficiente para curar su vaginismo estaríamos todos nosotros felices y literalmente satisfechos. Pero ocurre que las cosas en la vida no siempre se resuelven apenas por enterarnos de lo que puede estar en una capa más evidente. En el caso de Sandra, trabajé conjuntamente con una ginecóloga que pacientemente fue presentando a la propia Sandra sus órganos genitales. En las sesiones con la ginecóloga, ahora veía con un espejo sus órganos, ahora veía todo lo demás internamente a través de fotos en libros y, poco a poco, fue desmitificando sus miedos infundados de que sus órganos pudiesen quedar dañados en una relación sexual. La cuestión aquí era puramente simbólica. El miedo de ser penetrada y destruida estaba directamente ligado al recelo que tenía de ser fragmentada como identidad, tal como había ocurrido con su madre.
Todo esto aún no era suficiente para que ella aceptase ser efectivamente mujer. Al principio de la conversación había enfatizado que nunca iba a querer hijos.

Desde el comienzo de su tratamiento, opté también por hacer sesiones de EMDR con ella, pero las sesiones no hacían adelantar en nada. Decía sentir mucho sueño cada vez que hacíamos las sesiones. Algo de mí, en lo cual confío mucho, que es mi intuición, me decía que yo continuase intentando el EMDR. Ha sido en una de esas tentativas cuando Sandra, en medio de la sesión, cuando nuevamente evidenció tener sueño, me dijo: “sabes, todo este sueño me hace recordar un sueño recurrente”. ¡Ella estaba en EMDR! Le pregunté cuál era ese sueño y me reveló que frecuentemente soñaba estar subiendo y bajando laderas o escaleras y siempre que tenía ese sueño/pesadilla despertaba extremadamente angustiada sin solución para él.
Le pregunté si le gustaría hacer el EMDR con la escena del sueño, lo cual aceptó prontamente. Sorprendentemente, Sandra estaba en su escena en el EMDR subiendo y bajando montañas hasta que, de repente, las montañas se transforman en escaleras desconocidas y éstas se transforman en las escaleras de la casa en que había vivido hasta los cinco años de edad. A continuación, Sandra dice que se ve con sus cinco años subiendo alegremente las escaleras hasta que llega a una puerta que está cerrada. En la siguiente escena, Sandra se emociona y llora compulsivamente; dice que abre la puerta del cuarto y ve a su padre y su madre juntos en la cama. Le pregunto qué estaban haciendo. Ella me dice que la cuestión no era esa, que ellos estaban solamente abrazados, pero que ella percibió que cuando entró en el cuarto, estaba desnuda. Sandra afirma que esa escena nunca ocurrió en la vida real, pero en el momento en que la vio en el EMDR, percibió toda su sexualidad, todos sus miedos y deseos mezclándose en fantasías y realidad. Tiene un fuerte momento de percepción, de revelación interior. Vació definitivamente sus patrones de funcionamiento que estaban al servicio de protegerla de sí misma.

Salió de la sesión extrañada por la sensación de levedad, pese a la escena revelada. Nótese que cada persona tiene reacciones y vivencias muy particulares y únicas. Siempre digo que somos inmensamente creativos para todo. Incluso para crear nuestros subterfugios en el sentido de salirnos “bien” de una situación, por ejemplo, con cinco años de edad, y a partir de entonces, creando más y más escapatorias a medida que aumenta nuestra cognición y no liberamos lo que tenemos. Funcionamos, entonces, encapsulando los miedos y creando nuestras defensas.

Después de este episodio, Sandra finalmente ha podido tener su vida sexual dentro de un patrón de normalidad. La pareja proyecta tener hijos y ella dice que hoy ni siquiera da crédito a que haya estado de aquella manera. Ha desconectado, se deshizo el sentido anterior.
Como resultado de este tratamiento, otros aspectos de su personalidad han cambiado a mejor y nuevas situaciones han surgido.

Sandra tuvo una situación de alerta que la hizo moverse. La pregunta que queda es: ¿Será preciso que lleguemos a puntos alarmantes en nosotros mismos para que cuestiones que nos incomodan puedan ser visitadas y transformadas?


estamos online   Facebook   E-mail   Whatsapp

Gostou?   Sim   Não  
starstarstarstarstar Avaliação: 5 | Votos: 1


silvia
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
Tel. (11) 99938.3142 - deixar recado.
Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos

Visite o Site do Autor

Saiba mais sobre você!
Descubra sobre STUM WORLD clicando aqui.

Deixe seus comentários:



Veja também

As opiniões expressas no artigo são de responsabilidade do autor. O Site não se responsabiliza por quaisquer prestações de serviços de terceiros.


 


Siga-nos:
                 


© Copyright 2000-2024 SomosTodosUM - O SEU SITE DE AUTOCONHECIMENTO. Todos os direitos reservados. Política de Privacidade - Site Parceiro do UOL Universa