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Sexo, Amor, Erotismo y Pornografía - Parte 6

por Flávio Gikovate em STUM WORLD
Atualizado em 20/06/2008 13:41:21


Traducción de Teresa - [email protected]

ALGUNAS REFLEXIONES DE ORDEN MORAL

Es evidente que se puede también pensar por la vía más usual y ponderar que la pornografía puede estar estimulando nuestros apetitos sexuales más allá de lo razonable. Y más, que juntamente con este eventual aumento del erotismo, podría además estar siendo liberada la energía agresiva, o sea, que podría ser que la pornografía estimulase además la delincuencia, la criminalidad de todo tipo y, principalmente, los crímenes de naturaleza sexual, como es el caso del estupro.
Esa duda viene disipándose a través del análisis y observación de los acontecimientos. La verdad es que nunca se ha conseguido demostrar que la pornografía tuviese algún tipo de responsabilidad en el aumento o disminución de cualquier crimen. Aún así, los argumentos de esa naturaleza han sido empleados por personas denominadas moralistas que los consideran un buen motivo para ponerse en contra de las fantasías eróticas y su expresión práctica.

Es difícil pensar acerca de la moral cuando estamos reflexionando sobre un único individuo. Esa cuestión es esencial cuando hay algún tipo de prejuicio impuesto indebidamente a la otra persona. Si no hay perjudicados, como en el caso de la pornografía, no podremos hablar de actos criminales o inmorales. Podríamos pensar sobre la moral de un modo más restricto, ligado tan sólo a la salud física y mental. Por ese razonamiento, sería inmoral todo cuanto pudiese ser perjudicial a la propia persona y moral lo que le fuese benéfico o inofensivo. El empleo de drogas, por ejemplo, podría ser considerado inmoral por causar daño a los que hacen uso de ellas. Las drogas además envuelven cuestiones morales en el sentido más amplio, ya comentado, pues existen traficantes que inducen a los jóvenes a usarlas, provocándoles obvios perjuicios.

Aún desde el punto de vista de la salud física y mental, nada se puede decir contra la pornografía, que solamente materializa fantasías eróticas que se tendrían de cualquier modo. Éstas activan las prácticas sexuales o son el alimento para la masturbación y ya queda lejano el tiempo en que los médicos tenían alguna duda respecto de los eventuales maleficios de la masturbación. Hoy sabemos que ésta tiene incluso un efecto benéfico, relajando tensiones y facilitando la inducción al sueño, principalmente en los hombres.
La verdad es que son muchas las personas que ven en el sexo una importante forma de placer y están dispuestas a activarla al máximo. Para éstas, el material erótico que la industria produce es una cosa buena, pues permite que el sexo se ejerza más en el dominio de la fantasía, pudiendo así ser vivido con más seguridad, incluso sin los riesgos de adquirir enfermedades de transmisión sexual. Para aquellas personas que prefieran una vida más “recatada”, basta que se abstengan de buscar ese tipo de estímulos.
La verdad es que nunca se ha conseguido demostrar que la pornografía tuviese algún tipo de responsabilidad en el aumento o disminución de cualesquiera crímenes.

Otro ángulo más de la reflexión moral puede encaminarse al análisis de lo que serían las manifestaciones naturales de nuestra sexualidad. Así, lo que es natural es moral y lo que es antinatural es inmoral. Aquí sí que la cuestión se complica de una vez. Sí, pues una de las prácticas sexuales más comunes es la homosexualidad, lo cual sería antinatural y, por tanto, inmoral. La verdad es que no sabemos si la homosexualidad es, de hecho, antinatural. Freud, por ejemplo, consideraba que todos nosotros nacemos con predisposición para prácticas homo y heterosexuales, de modo que, bajo su punto de vista, la homosexualidad no sería antinatural.

Me parece mejor que continuemos respetando solamente el principio más general de la moral, según el cual hay daño – siendo por eso conducta inmoral – cuando alguna persona se ve perjudicada en virtud de actos de terceros, u obligada a hacer cosas contra su voluntad. Si el acto es inofensivo y de consentimiento mutuo, todo está bien. Desde este punto de vista, incluso algunas exageraciones provenientes de la asociación del sexo con la agresividad, propia del comportamiento denominado sadomasoquista, pueden ser tolerados, pues son fantasías comunes a muchas personas y, en la práctica, sólo se llevan a cabo mediante consentimiento recíproco.

Sería inmoral el material pornográfico que mostrase el estupro, por ejemplo, al igual que es lamentable la utilización de niños en algunas revistas eróticas – los niños no están en condiciones de dar o no su consentimiento. No obstante, desgraciadamente, no es lo que predomina. En el material pornográfico existente, por lo regular todo el mundo está súper feliz, practicando sexo por placer, de modo parecido a los juegos sexuales infantiles; todo es alegre y libre de compromisos, lo cual no siempre ocurre en la vida real.

Flávio Gikovate es médico psicoterapeuta, pionero en la terapia sexual en el Brasil.
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Escucha el programa "No Divã do Gikovate", en antena todos los domingos de 21h a 22h en Radio CBN (Brasil), respondiendo a cuestiones formuladas por teléfono y por e-mail [email protected]

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flavio
Flávio Gikovate é um eterno amigo e colaborador do STUM.
Foi médico psicoterapeuta, pioneiro da terapia sexual no Brasil.
Conheça o Instituto de Psicoterapia de São Paulo.
Faleceu em 13 de outubro de 2016, aos 73 anos em SP.

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