Amigas, amigas...
por Adília Belotti em STUM WORLDAtualizado em 01/04/2008 14:49:56
Traducción de Teresa - [email protected]
Se me olvidó el cumpleaños de una amiga querida. Y eso no tiene disculpa. Aun siendo como yo, del tipo que olvida su propio cumpleaños. Aunque hace siglos haya celebrado con mi marido el fin de las celebraciones de aniversario de boda, por la sencilla razón de que ya nos hemos casado y descasado el uno con el otro algunas veces y no hay manera de recordar fechas exactas en el vértigo de esta montaña rusa que es nuestra relación. Lo hemos dejado así; de vez en cuando salimos ¡y celebramos el día de hoy!
No, no hay justificativa para el olvido del cumpleaños de una amiga querida. Pero ha ocurrido. Ahora, hay que telefonearle con alma de perrito mojado por la lluvia y pedir disculpas. Decir que he sido engullida por la vida; sobre todo, nada de inventar disculpas, las buenas amigas siempre saben cuando estás mintiendo – ¡sólo fingen que te creen porque comprenden que a veces deseamos mucho parecernos a esa imagen perfectita que hemos creado de nosotras mismas!!!
Una invitación para una cena, sólo nosotras dos, ¿quién sabe ella aceptaría? Arrancar el afecto de la correría y meter a presión un encuentro en la agenda. Ella lo comprenderá, ¿o no?
Espero que sí. Pero sigo perpleja con mi olvido. Mis amigas son mi espejo favorito, el más digno de confianza, el más íntimo. Conocen una parte de mí que tal vez sea la más mía, aquella que no es madre ni mujer ni hija de nadie. Aquella que intenta hilvanar todos estos papeles, que a veces se desanima y que necesita de ellas para reírse de sí misma.
Un estudio sorprendente publicado por el Departamento de Psicología de la Universidad de California en 2002 ha revelado que, contrariamente a como hacen los hombres, las mujeres en situaciones de estrés no siempre reaccionan de la forma “clásica”, o sea, huir o luchar. La respuesta femenina, que los americanos han definido como “tend and befriend” y que se podría entender como “cuidado e intimidad”, indica que, hace miles de años, cuando las hordas humanas vagaban por el planeta huyendo de los tigres de dientes de sable, los hombres decidían el momento de huir o de atacar, mientras que las mujeres se dedicaban a proteger a las crías y a cultivar los vínculos de amistad con otras hembras que garantizarían la supervivencia de todos en emergencias futuras. Esta respuesta antiquísima está grabada en nosotros y está comandada por una de las hormonas que forman parte del aluvión químico que nos invade en situaciones de peligro, la oxitocina. Juntamente con nuestras hormonas femeninas, como el estrógeno, la oxitocina produce un efecto calmante que se hace más intenso todavía a medida que nos concentramos en este tipo de actividad “nutritiva”.
Moraleja: ¡necesitamos de las amigas, mucho más de lo que imaginamos! Y sin embargo…
La terapeuta americana y autora de varios libros sobre relaciones, Ruthellen Josselson, considera que las relaciones entre mujeres son tan poderosas que no caben en ningún retrato idealizado, son “laboratorios de conflictos”. Entre nosotras, mujeres, es donde aprendemos desde muy pronto a lidiar con las varias facetas del ser femenino. Y ello incluye afectos para toda la vida, cotilleos, deslealtades, celos, cuidado, cariño… entre amigas, no hay lugar para ocultarse. En su libro (Mejores Amigas: los placeres y los peligros de las amistades entre chicas y mujeres) Best Friends: The Pleasures and Perils of Girls’ and Womens’ Friendships(*), escrito en colaboración con otra crack en relaciones humanas, Terri Apter, la terapeuta explica que “a lo largo de la vida, cada vez que una niña o mujer sale en busca de aquello que es más auténtico y genuino en si misma, es en el espejo de la mirada de la amiga donde ella va a encontrar las “respuestas”, lo cual no quiere decir que le vaya a gustar siempre lo que ve reflejado; los espejos son así, ciertamente, implacables cual ojo de gato…
Y las psicólogas americanas continúan:
Estar entre amigas es una experiencia “curadora” y única, no obstante, las estadísticas demuestran que cuando las mujeres están ahogadas en el trabajo, en el cuidado de los hijos, en las obligaciones familiares, son las amigas las primeras en pagar el pato de la distancia y es entonces cuando se olvidan los cumpleaños…
¿Habéis visto? Es el momento de cambiar todo esto y agenciar tiempo para “charlas de mujeres”.
Por ello, qué tal navegar por los enlaces que siguen a continuación, y después dejar tu receta para buenas amigas en mi e-mail.
- Un articulo sobre el estudio de la UCLA acerca del estrés y las amistades femeninas;
- Un test (en inglés): ¿qué tipo de amiga eres?
- Haz el test y comprueba cómo anda tu CE o Cociente de Empatía. ¿Eres realmente una buena amiga para tus amigas?
- Lee más sobre el estudio que ha revelado cómo las mujeres reaccionan de manera diferente a los hombres frente al estrés y en situaciones de tensión buscan consuelo en los hijos y en otras mujeres, en vez de la acción clásica de luchar o huir, preferida por los hombres;
- Y si quieres ir a las fuentes
- Navega por el sitio web de Terri Apter.
