Boletim especial - ¿Qué vas a llevar?
por Sergio Scabia em STUM WORLDAtualizado em 14/09/2011 11:20:41
Traducción de Teresa - [email protected]
Los años pasan veloces y el tren de la vida continúa su viaje ritmado, casi rutinario; están los que embarcan para una nueva etapa de aprendizaje y los que de él se apean, siempre en el lugar correcto y en el momento oportuno. Hay infinitos encuentros. Muchos pasajeros se cruzan como por encanto a bordo del tren de la vida, bien para continuar armoniosamente algo comenzado en otra época, en otra composición, bien por la necesidad de rescatar algo que estaba comprometido en otra dimensión y que era preciso trabajar, resolver, compensar.
Hay viajes largos, llenos de experiencias de todas clases y matices, y otros muy cortos, realizados por almas nobles, que se brindan, que vienen para traer la paz y la luz a familias en conflicto o solamente distraídas, apartadas de la gracia y de la esencia de la vida, quizá incapaces de desvencijarse por sus propios medios de costumbres y valores obsoletos y limitadores, o tan solo distanciadas de la Unidad, de la Divinidad que todos albergamos en nuestro pecho.
Al alejarse abruptamente de nuestra convivencia, esos espíritus de Luz dejan inicialmente una tristeza enorme, un dolor que parece no tener fin; pese a ello, su presencia y ejemplo serán para muchos la semilla de la transformación, de la vida nueva.
Todo está en divino orden, nada hay de erróneo en aquello que sucede con nosotros y en nuestro entorno, aunque muchos consideren una gran injusticia la ?pérdida? de jóvenes en plena lozanía, en la flor de la vida, y de adultos capacitados, productivos, iluminados y responsables? Lo cierto es que nada se pierde y esas Almas siguen vivísimas en otro plano, libres de las amarras limitadoras del cuerpo físico, formando con su energía cristalina un Todo vibrante, primoroso, magnífico. No tengo ni idea de por qué estoy escribiendo sobre esto, pero lo que he escrito ciertamente tiene su destinatario.
Aún recuerdo cuando -hace años-, interrogaba al mentor durante las reuniones semanales de un grupo de estudios espirituales aquí en São Paulo, o al médium de cura de la Casa da Luz Takamura, siempre en busca de algunas palabras que confirmasen el milagro, tantas veces realizado, que “salvase la vida” de personas gravemente enfermas de nuestro grupo.
Las respuestas eran invariablemente ambiguas, pues nos decían que aquellas personas estaban evolucionando favorablemente y que prácticamente estaban logrando curarse de sus males? siendo, no obstante, que sus enfermedades se agravaban y sus condiciones de salud no nos daban esperanza alguna.
Un buen día, entristecido y desanimado, me desahogué con el mentor, diciendo que todo lo que estábamos haciendo resultaba inútil, pues aquellas personas “nos estaban dejando”.
La contestación fue como la de un bondadoso profesor a su alumno algo bronco que aún empieza su aprendizaje: “Hijo mío, los que llamáis enfermos están bien, estupendos. Han resuelto los problemas que habían venido a limar en la Tierra. Y lo que llamáis muerte es un simple paso, un regreso a casa, un cambio de domicilio vibracional. Lo que ha hecho el grupo ha sido vital para que evolucionasen. Están curados”.
Sí, amigos, ahora estoy seguro: están curados, están hermosos y estamos en contacto; cuántas veces los seres queridos que han cambiado de plano nos hacen visitas durante el sueño, en las proyecciones extra-físicas nocturnas; interactúan con nosotros, mostrando un renovado brillo en la mirada, una vitalidad contagiosa y una alegría profunda. No estamos simplemente “soñando” con ellos, podemos sentirlos, abrazarlos, tocar suavemente sus almas con nuestras manos de energía, con nuestro cuerpo astral.
Siempre está bien recordar que es el espíritu inmortal el que organiza y moldea la estructura, las facciones y características del cuerpo físico, el cual, habiéndose alejado el Alma, retorna más o menos rápidamente a la tierra de donde vino, a la naturaleza de que forma parte, a fin de ser reciclado y servir nuevamente de materia prima para otros seres que vendrán. Es magnífico percibir que la belleza real no está en el átomo, ese ladrillito base de toda la Creación, sino en la chispa divina capaz de organizar, ordenar y hacer funcionar esos ladrillitos en total armonía, generando un campo de energía espléndido, creando -es la palabra más adecuada-, el vehículo ideal para el viaje del Alma en el planeta azul.
Pues bien, si somos espíritus encarnados, y no únicamente unos meros cuerpos perecederos, ¿cómo podemos estar tan apartados de nuestra real naturaleza divina, hasta el punto de vivir en la ilusión, en la separación, en la oscuridad y en el miedo? Nuestra andadura no termina aquí, surca toda la eternidad, todas las dimensiones, desde las más densas hasta las más sutiles, donde solo reina la perfección del Amor Verdadero, donde nuestra conciencia es una y es Luz pura, que no puede ser contaminada ni corrompida.
¿Vamos a dejar los temores, la ignorancia y la materia en su debido lugar y empezar una Jornada inolvidable, que abrirá las puertas a la belleza infinita que nos espera? Nada tangible habremos de llevarnos en el momento de dejar nuestro cuerpo por aquí, solo la conciencia despierta, la personalidad depurada, las experiencias positivas en todos los campos, en todos los Reinos; y dejaremos nuestra marca, nuestra preciosa contribución en el inconsciente colectivo, el Web Cósmico que permanece en continua evolución, también gracias a nuestro aporte…
Acaba de venir un guión rápido…
Sencillamente…
SIENDO
BUSCANDO
CUIDANDO
PERCIBIENDO
PERDONANDO
MEDITANDO
ENCANTÁNDOSE
AGRADECIENDO
CELEBRANDO
CONTEMPLANDO
AMANDO AL OTRO COMO A UNO MISMO
La verdad nos hace libres.
Agradezco aquí a los queridos y pacientes Guías y a toda la pandilla que permite que este Website exista: Rodolfo, Sandra, Teresa, Marcos, Anderson, Ian, Lidiane… ¡y Tú!
Namastê (El Dios que existe en mí saluda al Dios que habita en Ti).
Sergio - STUM
