Cambio de patrones con Espirales Curativas
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 06/05/2010 12:56:57
por Maria Silvia Orlovas - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El sentirse aprisionado es algo muy común en la vida de las personas y tema frecuente en terapia. Vamos a considerar que puede incluso ser natural, en un momento u otro, que alguien se sienta preso, pero no es natural seguir la vida así, queriendo hacer cosas, cambiar, encontrar un nuevo amor o un nuevo camino y no conseguirlo.
En esa sintonía recibí a Camila, mujer joven de cabellos oscuros y ojos verdes, una morena linda que en nada aparentaba su edad. Parecía una niña, pero ya era madre de dos hijos y tenía más de 35 años. No obstante, lo que tenía a su favor en la apariencia, lo tenía en contra en la energía. El inconsciente de esa muchacha estaba totalmente cerrado. No quería mostrarse, quizá incluso para no tener que observarse… Pero está claro que no era feliz sintiéndose presa.
La sesión de Vidas Pasadas mostró a una joven en Egipto que fue dada en matrimonio siendo todavía una niña. Permaneció con sus padres hasta la adolescencia cuando consolidaría los votos yendo a vivir con su marido. Un año antes se enamora de otro muchacho, y sin poderlo resistir se entrega, viviendo un intenso romance, queda encinta; y lo que no iba a ser más que un deseo saciado se convierte en una pesadilla. Todos se ponen contra ella y, al correr el riesgo de ser arrojada a los cocodrilos, toma veneno. Con su muerte termina también el ímpetu de seguir la intuición, la autoestima, etc. Hoy tiene miedo a exponerse, y no consigue concretizar su sueño de ser independiente. ¿Cuántas personas no se enfrentan al mismo paradigma?
Lo peor de sentirse aprisionado es que la persona realmente se lo cree. La persona piensa que no tiene solución y con eso la mente se cierra. Después de haber charlado sobre su situación actual, ella quería comprender el por qué de aquella vida pasada tan antigua. Le expliqué que esa sintonía reflejaba el deseo actual de huir. El suicidio de entonces fue una solución desesperada para no enfrentar las acusaciones de los demás y una posible muerte aún más horrible. Entonces ella no tenía elección, no tenía un camino, pero ahora ella con toda seguridad lo tiene. Como mínimo, ya no será arrojada a los cocodrilos…
Por el simple hecho de contemplar su sombra, de conversar sobre sus miedos, Camila ya se sintió mejor. Le expliqué que muchas situaciones se presentan de forma cíclica. Vuelven a nuestra vida cuando, en verdad, querríamos ir hacia el lado opuesto. Así, es preciso recorrer el círculo que acaba por traer un retorno de la situación. La cura está en crear una espiral. Volver a algo doloroso porque la vida nos lo impone, vale, pero, entonces, ¿por qué no lo hacemos como una oportunidad de proceder de forma diferente?
Camila sufría porque dependía de su marido que tendría que vivir nuevamente en el interior, en un lugar donde ya había vivido y que detestaba. Le expliqué que si no había otra opción, entonces era necesario hacerlo de otra manera.
Le sugerí el siguiente ejercicio:
Aprendí con seres de luz que como nuestra mente es poderosa y asimila cosas nuevas, con algunos impulsos especiales podemos cambiar patrones. El círculo es un patrón de repetición. Le sugerí, entonces, que siempre que le sea posible, dibuje en sus cuadernos, apuntes, etc. Mirando el dibujo de la espiral, vuelves al problema y, mentalmente, pides apertura. Tu inconsciente, mirando la figura expansiva de la espiral, se lo cree, acepta el movimiento de liberación y crea la apertura. Así, tú abres la mente y vives la experiencia de una manera distinta. Vale intentarlo, ¿no es cierto?
¡Buena suerte!
