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Cómo surge la enfermedad en el alma

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 17/07/2013 06:02:18


por Bruno J. Gimenes - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

Tras haber yo publicado un vídeo en Internet con el tema "Por que ficamos doentes?" (¿Por qué nos ponemos enfermos?), me ha sorprendido su repercusión. He recibido más de 70 comentarios en dos días en el propio vídeo, aparte de otros 115 correos, todos con preguntas, comentarios y elogios. ¡Guau!!! Qué interacción, ¿verdad?
Pero ¿por qué será?
¡El caso es que estamos, a algún nivel, todos enfermos! Porque estamos todos sujetos a un estilo de vida alienada de los verdaderos y esenciales valores. En otras palabras, los valores que están orientando la vida de la mayoría de la gente se hacen muy tóxicos para la salud.
Y ¿por qué motivo? Porque los pensamientos, emociones y sentimientos en desequilibrio afectan a la energía vital que cada persona naturalmente magnetiza. Una vez que la energía vital magnetizada se desequilibra a consecuencia de la acción de pensamientos y sentimientos nocivos, el cuerpo físico recibe esa carga negativa que debilita su vitalidad.
Pero expliquemos ese concepto en un contexto energético.
Una definición clásica dice que en el universo sólo hay materia y energía. Materia es energía aglomerada y su densidad depende del nivel de compactación y del grado de agitación de las moléculas que componen la muestra de aquel material. De la misma forma, podemos decir que la energía es materia en forma libre, antes de aglomerarse.
Si materia es la energía condensada, entonces nuestro cuerpo físico es un campo de energía que se ha condensado. Pensando así, aparte de contemplar la enseñanza de las escrituras de los antiguos iniciados, yo estoy en sintonía también con la ciencia clásica.
Un cuerpo sano tiene vibración saludable, es decir, la frecuencia vibratoria que corresponde a la salud. En cambio, un cuerpo enfermo tiene la frecuencia vibratoria de la enfermedad.
Compréndelo mejor con este ejemplo. Piensa en un lago de aguas quietas. Entonces, de cinco en cinco minutos, arrojas una pequeña piedra (que cabe en la palma de tu mano) en el agua del lago. Lo que podrás ver será la formación de un pequeño movimiento de ondas, que nacen en el punto en que la piedra toca el agua y se expanden suavemente hacia fuera. Y como las pequeñas piedras son arrojadas sólo de cinco en cinco minutos, puedes observar un movimiento suave y constante, de pequeñas ondas formándose por toda la extensión del lago. ¿Logras imaginarlo?
Pues bien, la vibración de tu energía física obedece a los mismos principios naturales. Para que lo comprendas, imagina que las piedras arrojadas son tus pensamientos y sentimientos y que el agua del lago es la energía vital, energía de la vida, espíritu santo, quinta esencia, ki, chi, pneuma, akasha o el nombre que prefieras darle. Cualquiera que sea la nomenclatura elegida, estamos nombrando la sustancia primordial que está en todo y actúa sobre todo (también conocida como logos o simplemente Cristo).
Ahora imagina que tu mente se desequilibra y se sumerge en pensamientos nocivos, negativos, agresivos o autodestructivos. O entonces, imagina que empiezas a sentir enojo, miedo, rencor, rebeldía, resentimiento y tristeza. ¿Qué crees que significa eso?
Que has dejado de arrojar simples piedrecitas de cinco en cinco minutos y has comenzado a ametrallar el lago con enormes bloques de piedra, a una velocidad espantosa. Lo que antes formaba aquellas pequeñas ondas, ahora ha dado lugar a un movimiento descontrolado. ¿Eres capaz de imaginarlo?
Pues eso es lo que hacemos con la energía fundamental, que más tarde se consolida en la estructura física que forma nuestro cuerpo físico, tejidos, órganos, vasos sanguíneos, huesos y músculos de nuestra fisiología.
Cambiamos el patrón de la formación natural de salud, y así creamos una frecuencia vibratoria de enfermedad. Así de sencillo.
Y ese mismo es el motivo por el cual muchos se sienten enfermos, pero no encuentran nada en los exámenes médicos convencionales, simplemente porque la dolencia está únicamente a nivel energético y no se ha propagado a la fisiología.
Y esa es la gran equivocación de la medicina occidental que se enfoca únicamente en el cuerpo físico. Teniendo el cuerpo físico como base para todas las causas, la visión occidental de la medicina acaba cometiendo el más grave de todos los errores: ¡el de separar el cuerpo del alma!
Yo mismo he trabajado y trabajo con médicos tradicionales que ya se van abriendo a nuevos horizontes y, gracias a ese nuevo comportamiento, están revolucionando con sus capacidades de alcanzar la totalidad del ser humano. Pero desgraciadamente esa muestra de médicos que están haciéndose holísticos es aún muy pequeña.
Solo se podrá ver la curación de alguien si la propia persona modifica su patrón mental y emocional. En otras palabras, ¡ella tendrá que dejar de arrojar piedras enormes al lago!
¡Y esto sólo es posible si la persona sabe conocerse mejor, sabe encontrar y realizar la misión de su alma y conoce su origen espiritual, sus papeles, y si sabe desarrollar el amor! ¡A esto muchos de nosotros lo llamamos reforma interior!
Reforma interior es el desarrollo de la capacidad de educar los pensamientos, calmar las emociones y dar estímulo al sentimiento del verdadero amor.

La energía de las plantas en el equilibrio del alma.
Por eso yo particularmente confío tanto en la ayuda que viene de la naturaleza. Porque mientras un medicamento de la medicina alopática actúa en el cuerpo físico, que es únicamente un efecto, una infusión fitoenergética, equilibrada en su polaridad y debidamente preparada, actúa en el alma y en la energía, que es la verdadera causa.
Tú puedes e incluso debes tomar medicamentos alopáticos para muchas enfermedades, pero debes saber que si deseas sanar la verdadera causa, tendrás que sanar tu matriz esencial, que es tu alma. Y para sanar tu alma, necesitarás elementos que tengan sintonía perfecta con ella. Y es ahí donde la energía de las plantas actúa.
Cuando una persona conoce los secretos y conceptos necesarios para montar compuestos de plantas dinamizadas energéticamente, y los aplica al servicio del bien mayor, entonces esa persona encontrará el camino de la sanación para su alma.Yo también estaría considerando que eso es demasiado bueno para ser verdad si yo mismo no hubiese visto cientos de casos exitosos en mis diez años de investigación sobre la fitoenergía. El hecho es que, aparte de los más de 2.000 alumnos en el curso presencial, de los 367 alumnos de cursos a distancia, de los lectores de los más de 15.000 libros vendidos y del público de más de 40.000 personas de las conferencias que he impartido, yo mismo he encontrado caminos de sanación de mi alma, por medio de la energía de las plantas.
Yo me he transformado completamente. Aunque sea un ser humano normal, lleno de inferioridades, puedo ver cuánto me ha modificado la energía de las plantas y cuánto aún continúa modificándome. Simplemente porque ella logra ofrecernos la energía adecuada, que aparte de calmar nuestra impulsividad de "arrojar piedras al lago" también nos ofrece condiciones de calmar la propia "agua del lago".
No puedes ignorarlo, la causa de las dolencias no es el cuerpo físico. El cuerpo físico es el escenario donde los dolores del alma se exhiben diariamente. No te dejes engañar.


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