Conversación con Dios
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 21/09/2010 12:33:39
por Lidiane de França - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
La búsqueda de estar y permanecer en sintonía con nuestros amigos, con los familiares y con todo a nuestro alrededor, con el universo, en fin, debería ser algo primordial en nuestra jornada. En cambio, no siempre conseguimos mantener ese equilibrio, es una inconstante que asola a muchos, incluso a mi alma, que en algunos momentos se pierde y hasta llega a olvidar la gratitud por las bendiciones que recibe diariamente.
Esta semana, me pasó algo interesante que deseo compartir con todos vosotros. No todos los días es fácil despertar, levantarse de cama con la misma disposición. Para algunos se hace casi imposible despertar de buen humor, todavía más los que viven en una ciudad como São Paulo. Para hacerse una idea, los medios de transporte son más fatigosos que ejecutar el trabajo diario. La energía no siempre es una invitación, algunas calles producen miedo incluso con luz diurna. Pues bien, mi día parecía corriente, pero algo me incomodaba, estaba un poco malhumorada y desanimada.
Entre los motivos que nos quitan la energía, ya por la mañana, muchas veces están los contratiempos que surgen del trayecto casa-trabajo, lo cual no es mi caso, pues vivo a 25 minutos de mi trabajo y no empleo los medios de transporte habituales. Por tanto, no tenía de qué quejarme. Quien no me conoce, podría pensar que había alguna desavenencia con la familia, marido, hijos... pero tampoco era eso, ya que vivo sola.
Es frecuente que algunos amigos del trabajo lleguen a la empresa malhumorados, fastidiados y muchas veces agotados, a causa de los diversos problemas personales, pero la gran mayoría, por lo que de veras protesta es por el metro, que desde hace mucho no funciona como debería... Hay incluso una amiga que protesta por la cantidad absurda de edificios, que no permiten que el sol entre al nacer por la mañana en su casa. Y eso se convierte en uno de los factores cruciales para que su día, y el de personas en la misma situación, sea improductivo... En ese momento es cuando empieza el trabajo de los arcángeles, porque la energía ruin ya está impregnada en el pobre ser.
Volviendo a mi experiencia, no tenía motivos aparentes para aquellos sentimientos confusos y baja energía. Entonces, hice algunas oraciones, que por cierto, muchas veces se hacen de manera mecánica, con la mente y no con el corazón, y más todavía estando en el ambiente de trabajo. Nuestra mente permanece atenta a los varios movimientos que nos rodean y no damos el valor debido a aquella conversación con Dios.
Así, algunos minutos más tarde, una amiga me llamó la atención, porque ni siquiera me sonreía cuando se decía algo simpático. Y fue, en ese momento, cuando al mirarla nuevamente a los ojos, sentí la presencia de algo más sublime y encantador... y pude percibir la presencia de un arcángel, pues era una mirada diferente de la que siempre veía en la cara de mi amiga. Primeramente, no me lo quería creer, pero no había cómo explicar la transformación inmediata que siguió; vino un sentimiento de paz, tuve incluso una sensación de limpieza, igual a esa de cuando salimos de una deliciosa ducha y sentimos aquel alivio y paz. Mi experiencia con los arcángeles fue así... incluso haciendo una oración mental rápida, ellos se hicieron presentes y llevaron aquel sentimiento no muy agradable para muy lejos...
Con esa experiencia he aprendido que es preciso sentir gratitud por nuestro ambiente de trabajo y por nuestros compañeros, porque incluso ante las dificultades diarias, ellos forman parte de una dimensión sutil, del plan divino... y si la energía angelical llega a través de ellos, es debido a que son seres de luz, utilizados por los arcángeles para ayudarnos en la andadura. He comprendido también que para que el día sea bueno o malo, también depende de que demos oportunidad a la luz de llegar hasta nosotros, impidiendo que situaciones indeseables nos alcancen. Debemos crear esa costumbre, porque como en esta dimensión lo mental se manifiesta bastante y ejerce gran influencia sobre nosotros, aunque sea por oración debemos desear, estar y vivir siempre en días positivos... repletos de alegría y disposición. Y vale recordar que ningún obstáculo es lo suficientemente grande como para quitarnos la dádiva de estar frente a frente con los ángeles y los arcángeles del Señor, nuestro Dios.
Hemos de dar gracias a los arcángeles que con sus irradiaciones benditas se hacen presentes en todo momento y como en un pase de magia nos protegen y nos confortan. Y sentir gratitud por poder conversar con Dios en cualquier ambiente, en cualquier lugar y agradecerle por todos y por todo cuanto compone el escenario de esta dimensión.
