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Cosas sobre Embarazo y Reencarnación

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 08/04/2020 11:34:30


Autor Tony
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Traducción de Teresa
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Uno de los temas más abordados en mis consultas es la duda de ansiosas y especiales mujeres que anhelan ser madres, cuestionando "cuando" y "si" el tan preciado sueño se va a manifestar.

Más que un simple "sí" o "no", es preciso que, por parte de las tiernas candidatas al oficio de madre que buscan auxilio espiritual, exista la comprensión de cómo funciona verdaderamente el mecanismo del embarazo bajo la óptica de la reencarnación.

En otras palabras, cuando surge la pregunta "¿seré madre?", hay que entender que es sólo una forma diferente de preguntar: "¿algún espíritu que ya está en el plano espiritual, va a reencarnarse en el mundo a través de mi vientre?"

Sí, pues si bien engendramos hijos fisiológicamente, en realidad no creamos el espíritu que va a animar aquel cuerpo y formatear aquella alma: ese espíritu ya existe.

La ecosfera de la Tierra tiene entre 24 y 30 billones de espíritus, cada cual en la actividad y camino que le corresponde para la evolución. Si hoy somos casi 8 billones encarnados, significa que tenemos entre 16 y 24 billones de individualidades sin cuerpo, sólo espíritus, actuando en los planos invisibles de la vida.

Cuando nos preguntamos si vamos a ser padres o madres, estamos en realidad preguntándonos si nuestra candidatura para recibir a uno de esos espíritus será aceptada.

Sin embargo, no se trata de un proceso aleatorio. No por el simple hecho de quererlo, ni tampoco por el hecho de haber toda esa disponibilidad de espíritus (inclusive ansiosos por la oportunidad de reencarnarse), va el proceso a producirse de forma irrestricta. Un embarazo sólo emerge donde existe condición vibratoria adecuada entre los padres y las almas que se reencarnan ya sea a través de un karma colectivo que deba ser liquidado, o por la simple elección libre de ambas partes por existir afinidades entre ellas. Por ejemplo: el criminal que cometió actos terribles en el pasado, probablemente encarnará por el vientre de una mujer que haya, pongamos por caso, participado en los desmanes cometidos en aquella época. En cambio, parejas que hoy están inmersas en riñas y desavenencias, jamás podrán recibir espíritus que pudiesen sentirse aniquilados con ese patrón vibratorio y han conquistado méritos para nacer en una familia más equilibrada. Los casos son innumerables, pero podemos dividirlos así:

1. Reencarnación Voluntaria (Libre)

Grandes misioneros que vienen a la Tierra en tarea de valor incontestable. Poseen una libertad de elección muy grande, ya que ellos mismos determinan las tareas que habrán de desarrollar, el lugar donde van a nacer, los padres y las diversas situaciones de su existencia. Muy escasas son esas encarnaciones comparadas con las demás;

2. Reencarnación Semivoluntaria (Propuesta)

Tiene en cuenta el libre albedrío relativo de que dispone el Espíritu; los mentores estudian sus deudas y méritos, programando a continuación, con la participación del espíritu, los principales acontecimientos de su próxima existencia en la carne, formando una suerte de contrato reencarnatorio (que la Cábala descifra completamente en la vida de cualquier persona encarnada) teniendo en vista la liquidación o minoración de deudas y las posibilidades de progreso. Pero esto no es impuesto, pudiendo el individuo discutir ciertas cuestiones y proponer alteraciones, que serán aceptadas o no. Es la modalidad de muchos de nosotros, dotados de suficiente acuidad mental en el espacio para discernir lo que es interés genuino de lo que es ilusión, en la vida terrena;

3. Reencarnación Impuesta

Es la que afecta al Espíritu sin su previa aquiescencia e incluso sin conocimiento suyo. Propia de los Espíritus cuya perturbación impide un análisis lúcido de la situación o cuyas faltas son tan graves que anulan la libertad de elección. Es una imposición hecha por la Ley de Causa y Efecto para atender a casos cuya recuperación exige largas expiaciones. Los conciertos reencarnatorios son realizados por entidades amigas de condición evolutiva superior que preparan todos los detalles de aquella nueva existencia, la cual, por lo regular, se verifica a través del vientre de madres capacitadas para atender a las exigencias de corrigenda necesarias a la evolución de aquel espíritu. El proceso de la reencarnación impuesta, en realidad, dispensa la preparación anticipada y concentrada de los técnicos de la espiritualidad. Éstos actúan con menos planificación, ya que todo puede desarrollarse naturalmente, obedeciendo a los impositivos del automatismo sexual que rige la encarnación de los seres. Es el caso por ejemplo de aquel embarazo que ocurrió "inesperadamente" tras aquella visita al motel, después de una noche de placer con una persona que no se conoce. Pero incluso en estos casos, la entidad que se reencarna tiene una supervisión atenta.
El caso espírita más famoso es el de Laércio, padre de André Luiz:

Mientras estuvo en la Tierra, mintió, engañó, traicionó, optó por elegir mal, y murió.

Su esposa traicionada nunca descubrió tales traiciones, pero era espiritualmente elevada y tenía una fe inquebrantable en el Cristo. Ella también muere.

Desencarnados, la pareja se separa: él va para las regiones Umbralinas pesadas, donde pasa a ser perseguido, y ella va para regiones celestiales elevadas, donde tiene acceso a todo lo que sucedió con su marido, inclusive a la traición. Decide ella entonces, como espíritu, POR AMOR VERDADERO, aprovechar el descuido de una joven liviana en la Tierra, y ayuda en el proceso de retorno de su marido al cuerpo, haciendo a los espermatozoides vencer el ambiente hostil y engendrar el óvulo que inmediatamente recibe el espíritu de Laércio.

La esposa, seguidamente, decide reencarnar, sin necesitarlo (por elección propia - por principio de amor verdadero) para nacer en la Tierra en condiciones y en familia cercana a la de aquella joven madre liviana, para que tras algunos años, los dos niños ya convertidos en adolescentes, se encontrasen, se enamorasen y se casasen nuevamente, para intentarlo de nuevo esta vez.

El caso es bellísimo pero aquí lo resumo en función de lo obvio. Si deseas conocer la trama completa, lee el libro "Nuestro Hogar", psicografiado por Chico Xavier, dictado por el espíritu André Luiz.

El hecho es que cada proceso reencarnatorio es único, pero siempre obedece a la ley de compatibilidades y necesidad entre el espíritu que se reencarna y/o los futuros padres.

Manoel Philomeno de Miranda, en la obra "Painéis da Obsessão", esclarece:

"Cada criatura recibe según las necesidades de su propia evolución. Merece, pese a todo, considerar que ninguna existencia se halla al azar, alejada de la cariñosa ayuda y de socorros providenciales. De la misma forma que la franja más ancha de las reencarnaciones se produce a través de fenómenos de automatismo, en una programática colectiva ésta no se verifica sin que los superiores encargados de los renacimientos, en la Tierra, tengan cuidadoso conocimiento."

Con relación a los Espíritus vinculados al planeta Tierra, André Luiz nos informa de que la mayoría de ellos se reencarna de forma impuesta.

Fases de la Reencarnación

No existen dos encarnaciones iguales, pero didácticamente podemos separar en fases los momentos sucesivos que acompañan la inmersión del Espíritu en la carne. André Luiz [Misioneros de la Luz] estudia la reencarnación mostrándonos cómo se desarrolla una encarnación del tipo semivoluntaria:

1ª Fase: Planificación Encarnatoria

Esta fase se desarrolla en el plano espiritual, donde el que se reencarna, junto a sus mentores, va a planificar su futura encarnación. Kardec nos recuerda que son planificados únicamente los grandes lances de la existencia, aquellos que pueden realmente influir en el destino de la criatura, por eso, una gran parte de la vida de la persona no está regida por el destino, sino por sus elecciones, tendencias y comportamientos. Hay casos en que el matrimonio, los hijos, la profesión, el tiempo medio de vida en la Tierra y las principales enfermedades kármicas quedan en esa fase bien determinados. Detalles más importantes del futuro cuerpo pueden ser determinados en ese período. Son los mapas cromosómicos, descritos por el autor, que traducen la herencia genética del padre y de la madre, que va a determinar las características hereditarias del que reencarna, y que pueden ser pasados a un lenguaje más popular por medio de la Cábala individual de la criatura.

2ª Fase: Contacto fluídico con los padres

Es la fase en que el que reencarna, en contacto más íntimo con los futuros padres, se va preparando para la nueva existencia. Es una fase importante, en la cual el Espíritu se mantiene en proceso de conexión fluídica directa con los padres. A medida que se intensifica semejante aproximación, el que reencarna va perdiendo los puntos de contacto con la esfera espiritual.

3ª Fase: El Espíritu se liga a la materia

a) Reducción Periespiritual: el Espíritu pasa a sufrir una reducción del cuerpo espiritual, debida a una disminución de los espacios intermoleculares. Pierde "materia psi", y alcanzando una pequeña dimensión, va a ser acoplado al centro genésico de la madre. Se cree que la reducción periespiritual será tanto más intensa cuando más evolucionado sea el Espíritu que reencarna;

b) Selección del Espermatozoide: Acoplado al centro genésico de la futura madre, el que reencarna, miniaturizado, aguarda la relación sexual para desencadenar la reencarnación propiamente dicha. Tras la explosión de los espermatozoides, liberados en la relación sexual, uno de ellos será "elegido" y debidamente magnetizado para vencer la carrera y alcanzar la trompa de Falopio donde está el óvulo. Sin esa magnetización nunca habrá embarazo. Esa magnetización del espermatozoide que deberá vencer la carrera es, a menudo, hecha por técnicos de la espiritualidad que seleccionan el gameto que trae la carga genética apropiada, de acuerdo a los mapas cromosómicos, delineados anteriormente. Cuando el que reencarna, por su pasado, no es merecedor de un equipo especializado, el proceso se desarrolla según los principios de la sintonía magnética. El periespíritu del que reencarna, por sintonía, atrae el espermatozoide que mejor se adapte a sus necesidades evolutivas, o sea, aquel ser necesitará ser formado de acuerdo a experiencias correctivas de dolor o de amor que él y sus padres tendrán necesidad de vivenciar;

c) Fecundación: el gameto masculino al alcanzar el tercio superior de la Trompa de Falopio va a encontrar el óvulo y a fecundarlo. En ese exacto momento, el Espíritu que reencarna, el cual se halla ajustado al aparato genital, se liga magnéticamente al ovocito, y ya no puede ser sustituido por otro Espíritu. Entonces acontece la vida, y a partir de ahí, cualquier fuerza provocada para eliminar ese nuevo ser, está científicamente (según el Espiritismo científico) considerado aborto.

4ª Fase: Formación del feto. Se inicia con la fecundación y va hasta el nacimiento.

Se trata del período de múltiples divisiones celulares que darán origen al embrión y seguidamente al feto. En esta fase, el que reencarna está creando, a través de su periespíritu, un campo magnético que va a actuar como molde donde las células físicas se irán ajustando. A semejanza de una colmena de abejas que va siendo paulatinamente rellenada, el cuerpo espiritual, como vigoroso modelo, actuará como lo hace un imán entre limaduras de hierro, dando forma consistente al futuro cuerpo físico. Los primeros 21 días después de la fecundación son de extrema importancia para la formación del futuro cuerpo - época en que se están formando órganos y sistemas - y por ese motivo la asistencia espiritual en esa fase es muy intensa. La gestante no puede alejarse del cuerpo, y se prohíbe que otros espíritus le hagan visitas. Después del 21º día se reduce la vigilancia espiritual que, no obstante, continúa presente hasta el final.

5ª Fase: Adaptación a la Vida

El proceso encarnatorio, según André Luiz, no se completa con el nacimiento, sino tan sólo a los 7 años de edad, cuando se produce la plena integración del que reencarna a los implementos físicos.

Aspectos psicológicos del que reencarna

El momento de la encarnación va seguido de un estado de perturbación más o menos prolongado. Esta perturbación, algunas veces bastante dolorosa, tiene inicio con ocasión de la reducción del periespíritu y se va prolongando hasta el nacimiento, cuando el grado de inconsciencia alcanza el apogeo. A partir del nacimiento el que reencarna va recobrando la lucidez a medida en que las células del sistema nervioso se van haciendo maduras. El grado e intensidad de la perturbación depende de tres factores:

a) Período de Gestación: la perturbación va aumentando a medida en que la gestación se prolonga, siendo menor al comienzo y máxima al término del embarazo;

b) Evolución del que Reencarna: la reencarnación de Espíritus superiores se acompaña de un estado de perturbación más discreto y más tardío. Los Espíritus menos perfeccionados, desde las primeras horas de la gestación se sumergen en estado profundo de perturbación;

c) Estado Emocional de los Padres: los pensamientos de los padres, especialmente de la madre, se entremezclan con los pensamientos del que reencarna, produciéndose un profundo intercambio de emociones y sensaciones. Madres ansiosas, deprimidas, quejumbrosas, que adoptan posturas moralmente incorrectas y no tratan de mejorarse como personas, alimentando actitudes y decisiones negativas, pueden transmitir esas vibraciones al Espíritu del feto, agravando su sufrimiento y su angustia. Por otra parte, madres tranquilas, calmas, optimistas, que moralmente hacen lo que es correcto, valorizan la verdad y eligen actitudes más nobles y honestas, contribuyen sensiblemente para el estado de equilibrio del feto, transfundiéndole coraje, fe y esperanza. Hay registros en la literatura espírita, de Espíritus que abandonaron el útero materno en función de la carga de emociones enfermizas recibidas de la madre, lo cual configura una forma de aborto al que André Luiz denomina Aborto Inconsciente. Manoel Philomeno de Miranda, en el libro "Temas de la Vida y la Muerte", informa que el que reencarna registra todos los estados familiares, todos los conflictos domésticos; y eso podrá, a menudo, ser causa de una infinidad de problemas emocionales o físicos en la futura criatura, tales como enuresis nocturna, irritabilidad constante, inseguridad, etc. No obstante, incumbe únicamente a la madre hacer los movimientos necesarios para mantener una postura correcta y honesta ante la vida, pues si se trata de una madre que asuma una postura moral, que no sienta culpa, que no alimente negatividades, y que sobre todo haga lo correcto dentro de la moral humana en aquel contexto del embarazo, la criatura se sentirá protegida.

Abro un paréntesis para compartir que atiendo a innumerables casos en que muchachas descuidadas acabaron quedando embarazadas inesperadamente y sus relaciones con la familia se convierten en un caos. Esas jóvenes son humilladas, difamadas, juzgadas, condenadas, criticadas, y toda esa negatividad será transmitida al feto. Sin embargo, el problema no está en el ataque de los familiares, a fin de cuentas, toda acción tiene una reacción, y la acción de la liviandad que condujo al embarazo, tiene ciertamente la natural reacción de indignación de muchas familias. Eso es lo normal de la vida. El problema donde está de verdad es en que la madre trate de justificarse demasiado, de mentir, de omitir, de crear mecanismos de defensa completamente innecesarios, sólo por orgullo. Esto es lo que abre el canal en gran anchura para aumentar el conflicto familiar, y hacer que toda esa carga recaiga sobre la criatura. La mujer que se ha quedado embarazada inesperadamente y con esto causó el natural y esperado conflicto familiar, debe tomar la experiencia como una lección de humildad y conceder a los familiares el derecho a indignarse, pedir perdón por su fallo, asumir todas las verdades y consecuencias que envuelven ese acto ¡y listo! Sólo con esa postura será como se inicie un revestimiento poderoso que protege al bebé, y consecuentemente, el futuro reencarnatorio, haciendo que el crío venga a la luz en una fecha y hora más favorables a todos los planos bendecidos de aquel contexto. Si la madre, no obstante, no reconoce su "error", mezcla problemas de otras naturalezas con el embarazo, miente sobre los hechos, oculta verdades, actúa con miedo y desesperación, o cualquier cosa que le impute culpa u orgullo, prefiriendo recurrir a subterfugios negativos para enfrentar la situación, difícilmente podrá impedirse que la carga sea transmitida a la criatura. Habrá quien pueda decir: "Ah, la chica se ha quedado embarazada de forma irresponsable, pero ya que lo está, nadie puede atacarla con golpes de reprensión". Craso error. Esto puede valer para amigos, pero no para familiares, principalmente aquellos que trataron de dar una educación moralista a sus hijos. Es lo mismo que lanzar un meteoro a la Tierra y esperar que no cause un estrago en el lugar donde vaya a caer. Si el meteoro es lanzado, no tengas duda: causará devastación. Los golpes de reprensión son naturales, y en la mayoría de los casos, necesarios. Todo depende, no obstante, de cómo los tomará la madre: si con humildad, mejor para el crío; si con sublevación y combate a las reprimendas familiares, peor - mucho peor - para el pequeño.

Más aspectos psicológicos de los padres

De la misma forma que el hijo recibe de la futura madre los pensamientos y sus contenidos emocionales, la madre capta de una forma más evidente las vibraciones emitidas por el feto. La embarazada es "una criatura hipnotizada a largo plazo", exactamente porque trae su campo psíquico invadido por las impresiones y vibraciones del que reencarna. Funciona la madre como un "extractor de fluidos" y por consiguiente tendrá una alteración profunda en su emocional. Algunas se llenan de entusiasmo y bienestar. A veces hay mujeres ansiosas que se equilibran durante la gestación, se sienten bien, tranquilas, en función de una carga emotiva sana o de afinidad que les llega del hijo. En otras oportunidades ocurre lo contrario. Durante el embarazo la mujer se vuelve deprimida, tensa, hay una disminución de la vivacidad mental, un entorpecimiento intelectual, extravagancias. Puede ser en función de vibraciones poco sanas o de un Espíritu que fue un desafecto del pasado. El futuro padre puede asimismo sufrir alteraciones en su campo mental en función de la presencia de un nuevo Espíritu en su hogar. A veces se ve tomado de unos celos terribles y pasa a llenar a la mujer de atención y cariño. Otras veces se vuelve huraño, agresivo, deprimido. Son vibraciones de un Espíritu ligado a él por un pasado feliz o infeliz que ahora retorna para proseguir en su marcha evolutiva, fortaleciendo la amistad, si ésta ya existe, y deshaciendo rencores y desacuerdos si los hubo.

Pero, a fin de cuentas ¿tendré hijos? Si no tienes condiciones o méritos para una evaluación espiritual más profunda, es muy sencillo saber si tendrás hijos. Basta observar la palma de tu mano. La zona que se sitúa bajo el dedo meñique indica si tendrás hijos y cuántos. El número de líneas que surgen de las líneas de casamiento indica el número de hijos que la persona probablemente tendrá. Si se trata de una línea gruesa, indica un chico; si es una línea delgada indica a una niña. Una pequeña horquilla indica gemelos.

Quiromancia Tony

Pero hay que tener en cuenta dos cosas importantísimas:

La primera es que por "hijos" puede no entenderse necesariamente los hijos biológicos. Un sobrino a quien se ama como a un hijo, un proyecto personal o incluso un animal de estimación pueden surgir indicados en la mano de la persona, en las Líneas de los Hijos.

La segunda es que las manos muestran un potencial, pero incumbe siempre a nuestro libre albedrío, en última instancia, realizarlo o no. Así, aunque una persona tenga en abierto la posibilidad de tener dos hijos, por ejemplo, le corresponde siempre la decisión de optar por no tenerlos.

Una cosa es cierta: el embarazo, si se encara con seriedad, moral, verdad y absoluto posicionamiento moralmente correcto, con independencia de los problemas y trastornos, sorpresas y desencantos que pueda inicialmente causar, convierte a una madre en una criatura merecedora de amparo por parte de la luz, a fin de cuentas, la "lista de espera" es muy grande, y hay espíritus que luchan durante 10, 20, 30 años, para merecer una oportunidad de reajuste en la Tierra.

¡Piensa en ello!


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