¿Cuál es el verdadero valor del esfuerzo en el trabajo?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 16/07/2017 09:50:47
Autor Isha Judd
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Traducción de Teresa
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Érase una vez un carpintero que trabajaba en una empresa de construcción. Estaba cansado y decidió pedir a su patrón que lo jubilase antes de tiempo. El patrón dijo que estaba de acuerdo, pero antes tendría que construir una última casa. El carpintero se vio obligado a decir que sí, entonces construyó la casa lo más rápidamente posible, esforzándose poco, utilizando materiales de segunda clase y poniendo poca atención en los detalles. Cuando terminó, el patrón le puso las llaves en la mano y dijo sonriendo:
- Acabas de construir tu regalo de jubilación.
Cuando damos lo mínimo y somos mediocres, acabamos perdiendo. Sin embargo, cuando encontramos nuevas formas de dar, encontramos la pasión, la satisfacción, y un sentido renovado de nuestra propia valía.
Mediante el trabajo interior y la expansión de la consciencia, modificar la actitud en el trabajo se convierte en algo todavía más profundo. Cuando nuestra percepción va más allá de la visión individualista y egoísta, y nuestro sentido de quienes somos trasciende los límites de nuestra personalidad para abarcar a todos los seres, es cuando conseguimos dar lo mejor, sabiendo que, en realidad, damos a nosotros mismos.
Herramientas y estructuras son necesarias para que empresas y sociedad puedan funcionar. Todo el mundo es igual. Todos somos iguales: perfectos y merecedores de amor. Pero una cosa es cierta: tenemos habilidades diferentes, por tanto desempeñamos ciertos papeles mejor que otros.
Un buen líder inspira a sus trabajadores, sobre respeto, aprecio y disposición para escuchar y seguir las instrucciones. Ahora bien, si estás trabajando para algún arrogante, algún jefe perezoso egoísta, lo que te define es el modo en cómo respondes a las situaciones. En vez de criticar constantemente y reafirmar todo lo que está equivocado en él, encuentra maneras de dar, dentro de esas circunstancias. Inventa modos de mejorar tus propias reacciones frente a los caprichos de él.
Observa si sientes ira o tienes sentimientos de injusticia y resentimiento, y encuentra maneras creativas para liberar esos sentimientos e ir más allá de ellos. Hazlo así – en vez de resentirte con tu jefe -, conviértete en un ejemplo de todo lo que tu jefe es incapaz de hacer; ¡quizá incluso acabes por sustituirlo!
Cada papel tiene un valor dentro de una empresa. Nosotros tendemos a considerar que aquellos que están en la cima son los más importantes, pero cuando encontramos el aprecio y el amor dentro de nosotros mismos, es como una nueva y linda coreografía en el ballet. Cada danzarín es importante, no sólo el primer bailarín.
El hecho de crear una cultura corporativa que celebra el papel de cada trabajador apoyará la creación de una sociedad que abraza la diversidad y valora la unidad. Cada uno de nosotros tiene algo que añadir a la gran sinfonía de la vida. Somos todos muy valiosos.
¡Hasta la próxima semana!
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