¡Da atención a tus tendencias!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 23/06/2010 12:06:13
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El comportamiento es la forma en cómo nos presentamos socialmente, o sea, la expresión de nuestros sentimientos, emociones y manera de ser que envuelven nuestros actos en lo cotidiano de la vida. El comportamiento, por tanto, es nuestra imagen proyectada en el medio socio-familiar.
Esa imagen, muchas veces sin darnos cuenta, lleva en sí tendencias o vicios de comportamiento como la liviandad, la inclinación a la crítica exagerada, el sarcasmo, entre otros defectos de carácter…
Características personales que acaban por convertirse en “marca registrada” de nuestra personalidad, ejerciendo influencia en la construcción de nuestra imagen proyectada en el ámbito de las relaciones humanas.
No sería un problema si esas tendencias de comportamiento no cristalizasen con el paso del tiempo, llevando al individuo a convertirse en un crítico de “su propia sombra”, o en un sarcástico de asuntos considerados serios, o incluso en un observador liviano contumaz…
Las tendencias o vicios de comportamiento son características individuales que interfieren negativamente en la evolución del espíritu, pues son mecanismos de actuación psíquica, que al interferir en el fluir del auto-conocimiento, impiden que la fe o la creencia se fortalezcan.
El desarrollo de la autodisciplina es imprescindible en el sentido de “combatir” tendencias o vicios de comportamiento. La auto-vigilancia, cuando tomada en serio por el individuo que desea, de manera convicta, transformarse moralmente, ya es medio camino andado para una toma de actitud renovadora en su vida.
Libertarnos de los vicios de carácter que nos acompañan desde hace mucho tiempo, siempre es un desafío espinoso, pero no imposible de superar cuando la firme voluntad está asociada a la perseverancia en el Bien.
La falta de disciplina inserida en la filosofía de vida, así como la falta de lo lúdico cuando la disciplina es exagerada, causan desequilibrios en la esfera de comportamiento del individuo, con repercusiones en el ámbito de las relaciones afectivas. No obstante, para que se procese naturalmente la expansión de conciencia, no podemos abdicar del sentido de auto-responsabilidad como requisito básico para que la autodisciplina sea factor importante en la conquista de etapas del auto-descubrimiento.
Una mente muy dispersiva, confusa y perdida en el hábito-vicio de la crítica negativa, del sarcasmo o de la observación liviana, representa una conciencia paralizada en su proceso de auto-conocimiento.
Toda situación de tendencia de comportamiento exagerada, característica que la persona arrastra consigo en el día a día, de la cual no logra liberarse, con repercusiones desagradables en sus relaciones interpersonales, es susceptible de ayuda psicoterápica.
Cuando nos encontramos en un laberinto vital con dificultades para vislumbrar la salida, es momento de prestar atención a la señal de alerta que nos avisa sobre la necesidad de buscar ayuda para dar con la salida.
Vivir – y morir – con vicios de comportamiento que alejan a personas que podrían agregar, y atraen a otras que tienen afinidad con nosotros, pero que nada agregan en términos de crecimiento personal, es una pérdida de tiempo para el ser dotado de inteligencia y de inmensa capacidad de amar y ser amado.
La maduración, como ya hemos registrado, implica disciplina y sentido de responsabilidad con uno mismo y con el mundo de relaciones que nos rodea. Convivir en la crítica exagerada o en el sarcasmo como forma sutil e indirecta (transferencial) de agresión, es actitud infantil de defensa que exige, como mínimo, reflexión.
Prestar atención a sus tendencias negativas o vicios de comportamiento es un deber de quien pretenda madurar en la esfera de sus emociones y sentimientos no resueltos.
Hoy, tenemos la claridad en relación a la somatización de enfermedades como la úlcera gástrica y el cáncer, originada por el hecho de ser la persona amargada, crítica y severa consigo misma, con los demás y con el mundo.
No hemos nacido por casualidad y no hemos venido al mundo en balde. Nuestra estancia en la dimensión física tiene un significado que trasciende en mucho nuestras incomprensiones y dudas respecto de nuestra existencia.
Si queremos crecer con la oportunidad que se nos ofrece, lo que nos queda es percibir el movimiento vital para encaminar los cambios de actitudes que necesitamos. Caso contrario, permaneceremos escépticos e indiferentes mirando pasar la vida a través de nuestra limitada visión.
Erradicar vicios de comportamiento mediante un mejor nivel de auto-conocimiento es obligación de quien lucha para liberarse de atávicas acomodaciones que interfieren negativamente en el proceso de evolución consciencial.
Por tanto, el ser inteligente estará siempre ante el mayor de sus desafíos: transformar, mediante el proceso de reforma íntima, vicios y tendencias negativas en actitudes positivas, ennoblecedoras, que elevan el espíritu.
Psicoterapeuta Interdimensional.
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