Dependencia Emocional en las Relaciones Afectivas
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 19/08/2017 10:55:11
Autor Barbara de Oliveira Campanha
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Traducción de Teresa
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Muchas personas ya se han visto envueltas en relaciones afectivas en las cuales al principio todo son flores, parecía que todo estaba fluyendo muy bien, y de pronto, con el paso de los días, se veían envueltas en lo que llamamos relaciones enfermizas, abusivas, o sufrieron tal desgaste que el encanto del inicio parecía haberse acabado.
Pero, ¿te has parado a observar y analizar algo súper importante: cómo has entrado en esta relación? ¿Cómo estaba tu parte emocional, tu autoestima, tu energía? Y ¿qué llamó tu atención en el otro? ¿No sería la misma carencia la que os unió a ambos en aquel momento? ¿El mismo nivel vibracional y energético?
A fin de cuentas, ¿qué fue lo que te llevó a envolverte con esta persona que te pareció un “ser encantado” y con el paso de los días, meses o años, todo ha cambiado? Está claro que ya hemos oído que buscamos en el otro lo que a nosotros nos falta, pero ¿te has preguntado qué es lo que a ti te está faltando?
¿Existirá un “ser mágico” que va a surgir y resolver todas tus cuestiones emocionales, aquel vacío interior, que todos buscamos llenar, cada uno con su nivel de intensidad? ¿Te has parado a pensar que aquella “princesa” o “príncipe encantado” que has idealizado, que creías iba a ser la respuesta para sanar tu “hambre de plenitud” es un ser humano como tú, y con un equipaje de cuestiones para resolver y transmutar?
Quizá la búsqueda del autoconocimiento, del amor propio y de tu propósito mayor sea el inicio de una relación de amor verdadero, con el ser más importante, que eres tú mismo. No estoy sugiriendo que no debemos relacionarnos afectivamente, todo lo contrario. Pero evaluemos nuestra vibración, nuestra energía y cómo lidiamos con nuestro propio yo, ya que la forma en cómo entramos en una relación afectiva es esencial para que pueda ser más saludable, duradera, libre de neuras y por consiguiente, más feliz. Recordando siempre que a través de nuestra energía, frecuencia y nivel vibracional es como atraemos lo que queremos para nosotros, y esto incluye nuestras relaciones.
Y entonces ¿cómo está tu energía? ¿Cómo estás vibrando?
¡Namasté, mucha paz!
