¡Depresión, el mal del siglo!
por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLDAtualizado em 17/02/2011 16:34:03
Traducción de Teresa - [email protected]
Tema polémico y bastante difundido entre todos los seres humanos últimamente.
Si no lo vivimos directamente, siempre habrá algún conocido que pasa o ha pasado por este problema, y conocemos los reflejos de todo eso.
Hace un tiempo, se podría decir que eso no existía, que era algo para llamar la atención y todo lo demás. Hoy, respetamos la cuestión tras muchos estudios y sabemos que hay necesidad de tratamiento y seguimiento médico, y la persona que se encuentra en tal estado ha de ser respetada y comprendida; es como tenderle la mano para que ella se libre de tal situación.
La persona se ve tomada por una tristeza enorme, cuyo origen no siempre conoce; la vida familiar es excelente, la relación es maravillosa, la parte económica va bien, la salud es perfecta, y ¿de dónde viene tanta tristeza y falta de ánimo para hacer cosas?
Hoy abordaré ese tema enfocándolo por el lado energético, mostrando cómo la radiestesia puede actuar y eliminar tal problema de tu vida.
Algunas posturas son muy importantes a fin de mantener estabilizada nuestra energía; entre ellas destacamos la siguiente: todo el mundo debe prestar siempre atención a las señales que le da la vida y extraer de ellas siempre un aprendizaje; dominar los pensamientos y mantener la mente siempre libre de pensamientos negativos; permanecer siempre en el estado de humildad frente al conocimiento, solo así te convertirás en un sabio (es muy importante reconocer que tienes algo que aprender). Y, por fin, tener siempre en mente la importancia del amor incondicional en todas las situaciones de tu vida, la alegría y el equilibrio personal.
Hasta aquí hemos hablado de procesos internos que pueden influir sobre nosotros; ahora hablaremos de los procesos externos, de cómo puede afectarnos el medio en que vivimos y de cómo las personas de nuestro entorno pueden influir sobre nosotros de manera negativa.
Hace unos seis meses atendí a distancia a una pareja que pasaba por un problema serio de depresión.
La esposa me contrató, pues el marido estaba en pésimo estado; habían acudido a la consulta de muchos médicos y el número de medicamentos que él tomaba al día era considerable, ya no salía de casa. Se levantaba por la mañana y se iba directamente al sofá frente a la TV y allí permanecía todo el día, sin ganas de hacer nada, muchas veces ni siquiera de alimentarse.
Cuando la esposa contactó conmigo para estudiar las energías de su vivienda y hacer la parte de estudio personal con la mesa radiónica, de inmediato me dijo que esa sería la última tentativa que haría, pues ya estaba cansada de luchar contra todo eso desde hacía treinta años.
Empecé, entonces, el estudio de la casa a través de la planta del inmueble, identifiqué de inmediato una confluencia de líneas Hartmann sobre el lugar donde el marido dormía y pedí que cambiasen de sitio la cama. Continué el estudio e identifiqué la presencia de energías de forma muy intensas y peligrosas en el centro de la casa; rogué que se me dijese qué había en aquel lugar. La esposa, entonces, me dijo que había una enorme colección de máscaras antiguas de los más diversos formatos. Le expliqué que había que retirarlas inmediatamente de la casa, debido a la energía de forma emitida, y ella hizo sin tardanza lo que le recomendé.
Pedí entonces que hiciese una limpieza energética en la casa, a fin de eliminar las memorias de pared que se habían generado por cuenta de todo ese sufrimiento pasado durante todo ese tiempo.
Pedí que se anclase la energía de la casa mediante la colocación de cristales en puntos estratégicos, en un proceso de geoacupuntura.
La energía de la casa estaba curada, ahora era el momento de la parte personal. Empecé, entonces, el atendimiento con la mesa radiónica, verificando las frecuencias energéticas y dónde había desequilibrio.
Al punto detecté la no-sintonía de algún medicamento que el marido estaba tomando. Le pedí que me pasase el nombre de todos los medicamentos y los verifiqué. Descubrimos qué era lo que le estaba haciendo daño; la falta de sintonía de un medicamento puede causar el efecto contrario, y este era el caso. Así, propuse que volviese al médico y la posibilidad de sustitución de tal medicamento. Todo eso se hizo. Llevé a cabo un ciclo de 7 mesas radiónicas repetidas cada 21 días a fin de cambiar la sintonía energética del marido y mantenerla estabilizada. La necesidad de repetición constante de la mesa radiónica se justificaba por la permanencia durante tan largo período sobre el efecto de la línea Hartmann en el lugar donde el marido dormía.
Hoy, pasados seis meses de todo análisis y corrección, la vida de la pareja es otra; el marido retomó sus actividades como empresario exitoso y de suma importancia en la empresa. El número de medicamentos quedó reducido a dos, pues él todavía se halla en período de reposición química cerebral y deshabituación. Por su última foto, he tenido la sensación de que había rejuvenecido unos diez años, después de librarse del mal que le acompañó durante casi toda la vida.
La esposa está muy contenta y feliz. Han comprado una casa nueva, que pasó por mi evaluación, y, hoy, ella la está decorando y poniendo todo a su gusto para, después de esta etapa, empezar también una vida nueva en un nuevo lugar arborizado y cómodo, no solo para ellos sino para los nietos, a quienes tanto les gusta recibir.
Todo eso motiva mi trabajo en el día a día, en la certidumbre de que es una misión de vida y de poder decir: he conseguido, como instrumento del Divino, modificar la vida de algunas personas más.
No convivas con nada, pero nada, nada, que te haga infeliz. La vida está ahí para ser vivida de manera plena y tal como tú la deseas. Para ello hay instrumentos como la radiestesia que nos ayudan en esos cambios.
