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El coche de tus sueños...

por Rubia A. Dantés em STUM WORLD
Atualizado em 01/08/2011 12:58:12


Traducción de Teresa - [email protected]

Imagina que te han regalado el coche de tus sueños… del color que más te gusta, el modelo que siempre has soñado y que parecía imposible de conseguir algún día… en fin, un coche que atiende a tus más altas expectativas.
Tomas la llave, entras en el coche y antes de encenderlo te encantas de lo perfecto que es en todo… tras largo tiempo admirando el interior del coche… y sorprendiéndote con cada nuevo descubrimiento según el cual ese es de veras el coche de tus sueños, tú, finalmente, te decides a poner la llave en el contacto y encender el coche para partir.

Y cuál no será tu decepción cuando el coche no enciende.

Piensas: esto es un problemilla cualquiera y mañana voy al mecánico… y continúas admirando el coche.
Al día siguiente, muy temprano, llamas al mecánico y éste no consigue aclarar dónde está el problema del coche. Enseguida echas la culpa al mecánico, considerando que él no es muy competente y comentas con tus amigos que te ha tocado el premio gordo… que te han regalado el coche de tus sueños, el cual tiene un problemilla tonto, pero que al día siguiente irás a otro mecánico que con toda seguridad va a resolver el problema.
Y así lo haces… y cuando el nuevo mecánico tampoco logra solucionar el problema, nuevamente tú te irritas con él y dices que el coche es nuevo y perfecto, cómo es que él no logra aclarar dónde está el problema.
Y vas a un taller especializado en aquel tipo de vehículos… y te vas a casa tranquilamente en taxi, con la seguridad de que al día siguiente ya vas a poder andar en tu coche nuevo.
Cuando el teléfono toca al día siguiente y del otro lado el hombre te dice que no han encontrado el problema de tu coche… sientes como si hubieran tirado por tu alfombra…
Pero… cuando el coche está en tu garaje, ya repuesta, nuevamente te encantas por haber recibido el coche que siempre has soñado… entras en él y te admiras de nuevo con la perfección de cada detalle y piensas que vas a contactar con la fábrica ya que todas aquellas personas son incompetentes por no haber descubierto algo que debe ser sencillo…

Y así lo haces y la fábrica te sorprende con la misma respuesta. Nadie ha descubierto el problema que tiene tu coche…
Te quedas arrasada porque era tu última esperanza y ya empiezas a dudar de que ese coche sea así tan perfecto. Al fin y al cabo no enciende… e incluso ya piensas en venderlo, pero ¿quién querría comprar un coche que no enciende?
Y el regalo ya empieza a convertirse en un pequeño problema…

Y tú empiezas a pensar que puede que tengas que quedarte sin el coche de tus sueños…
Mientras tanto lo dejas en el garaje y continúas tomando el autobús y el taxi con el corazón partido…
Pero algunos días más tarde, mirando el coche allí, tan perfecto, decides entrar en él y te encantas nuevamente con el modo en que todo se acomoda a tus sueños… el asiento parece diseñado especialmente para ti, el buen gusto del interior del coche despierta aún más tu admiración… y cuando piensas que tendrás que deshacerte de él, se te oprime el corazón y se te hace un nudo en la garganta… Y te vas a dormir con esa tristeza…
A la mañana siguiente es domingo y tienes nuevamente grandes deseos de mirar nuevamente algunos detalles en el interior del coche. Y te sientes bien allí… parece que algo en aquel coche se encaja tan perfectamente contigo que no tienes deseo alguno de salir de allí.
Vas a dentro de casa, tomas el libro que estás leyendo y vuelves para el coche… reclinas cómodamente el asiento hacia atrás y te entregas a aquel momento mágico de leer tu libro en un lugar donde te sientes tan bien… Y piensas que cualquier día de estos vas a encontrar una solución (milagro)… y tu coche de los sueños va a funcionar.
Y el tiempo pasa… Y cuando estás lejos decides muchas veces que es una locura mantener aquel coche que no funciona parado en el garaje… pero… cuando llegas a casa y nuevamente miras el coche, abandonas la idea considerando que algún día darás con la solución.

Algún… o mucho tiempo después… tú aún estás disfrutando tu coche e incluso olvidas que no anda… Puesto que tiene tantas cosas maravillosas, el andar… pasa a no ser más que un detalle…
Y el tiempo sigue pasando…
Algunas veces te incomoda tener que ir en autobús, te quejas… te sientes culpable por mantener algo que no funciona… Pero sigues teniendo el coche en el garaje.
Tras mucho… mucho tiempo, un día recibes la noticia de que tu empleo se muda a otro local, que es bastante lejos y no hay forma de llegar allí en autobús, por lo que tendrás que ir en coche, ya que el taxi te saldría muy caro…

Y de pronto te das cuenta de que lo que realmente necesitas es un coche que ande…
Y como en tu casa solo hay garaje para un coche, te ves en el dilema de tener que deshacerte del coche de tus sueños…
En este punto veo que me ha llegado un mensaje por Outlook y me deparo con esta frase:
…aun sabiendo que aquello no funciona, cerramos los ojos a lo que se hace evidente, insistimos en la esperanza de que algún “milagro” se produzca…
Pero continuando nuestra historia… Tú (que también podría ser yo) te ves en un dilema. Ya te has acostumbrado tanto a pasar horas leyendo cómodamente en tu coche y te has apegado al coche de tus sueños de tal manera, que deshacerte de él te causa un dolor muy grande… Y…
Piensas incluso en renunciar al trabajo para quedarte en casa, pero… no puedes, porque tienes que sobrevivir… Entonces, piensas en vender la casa y comprar otra que tenga dos plazas de garaje… pero no tienes posibles para hacerlo.
Y la duda persiste durante mucho tiempo, tiempo durante el cual gastas en taxi gran parte del salario, y eso hace que tu calidad de vida sea cada vez peor…
Tienes que suprimir muchas cosas, pero todas parecen innecesarias comparadas con el coche de tus sueños… y él continúa en el garaje cumpliendo varios papeles, excepto el papel para lo cual ha sido creado que es el de transportarte de un lugar a otro…

Y todo va sucediendo tan sutilmente que ni siquiera te das cuenta del absurdo de tal situación…

Cuántas veces nos encantamos tanto con un proyecto, un objeto, una persona, un sueño… o lo que quiera que fuese… que ni siquiera percibimos que no cumplen el principal papel por el que están en nuestra vida y… están ocupando el espacio de algo que sí lo podría cumplir…
Nos parece que aquello es tan perfecto que un día un milagro se va a producir y la situación se va a transformar.
Preferimos cultivar el sueño a enfrentarnos a la realidad de que aquellas cosas no encajan en nuestra vida… vamos adaptándonos poco a poco, negando nuestra esencia, intentando hacer de una ilusión una realidad.

Escribí este texto inspirada en la historia de una relación de la que hace mucho oí hablar… y que de pronto me vino a la memoria…Y tan impresionada quedé con aquella historia, que era exactamente como el coche de los sueños, que fui a buscar dentro de mí dónde estaba el coche de los sueños de mi vida… y vislumbré una cosa aquí… otra allí, pero nada muy definido… Por lo visto no era algo tan palpable como en la historia de aquella relación.

Hasta que… pocos días más tarde vi por TV algo que me indicó exactamente dónde estaba ese coche en mi vida. Era tan obvio después que lo descubrí, que no sé cómo no me había dado cuenta antes…

Hice mucho Ho’oponopono para la situación hasta que adormecí…

Y tuve un sueño…
Soñé que iba paseando, cuando… un señor me pide que le saque una foto suya y me pasa la cámara. Le saco la foto y voy a devolverle la cámara… y él me dice que me puedo quedar con ella.
Se lo agradezco, le digo que no, que es una máquina súper moderna y muy cara, pero él insiste tanto que acabo aceptando aquella cámara fotográfica, tan llena de recursos (la cámara de los sueños).
Cuando llego a casa toda feliz voy percibiendo que la máquina es aún mejor de lo que imaginaba… y estoy encantada descubriendo los recursos, y sin poderme creer que haya recibido aquel regalo…
Es cuando percibo que la batería se está acabando… y me doy cuenta de que aquel señor no me ha dado el cargador para la batería… Busco a ver si tengo alguno que sirva, pero veo que no.

Despierto feliz porque comprendo que de alguna forma la situación evoluciona un poco, porque al coche de los sueños nadie le descubría su defecto y, por lo tanto, no tenía solución, y en mi caso yo ya sabía cuál era el problema de la cámara… y estaba por un hilo…

Y realmente después de más Ho’oponopono las cosas se van poniendo cada vez más claras y siento que estoy limpiando las memorias que me hacían proceder en parte como el dueño del “coche de los sueños”.

A menudo nos apegamos solo a los sueños y olvidamos que vivimos también de realidad… Somos de las estrellas, pero… también tenemos raíces…


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