El corazón tiene razones que la razón desconoce...
por Graziella Marraccini em STUM WORLDAtualizado em 16/08/2015 09:52:14
Traducción de Teresa - [email protected]
Actualmente, además de tener que enfrentar la crisis económica, las perturbaciones sociales, la desintegración de las familias, la crisis de energía y de agua, el temor a una destrucción nuclear, la superpoblación de la Tierra con el consiguiente aumento del hambre, la degradación de la atmósfera, de la flora y de la fauna de nuestro planeta, tenemos que enfrentarnos todavía a otro gran problema más: ¡la falta de amor en las relaciones humanas! ¿Podemos atribuir esos factores al cambio de Eras, según afirma la Astrología: el final de la Era de Piscis y el inicio de la Era de Acuario? En una época en que la tecnología avanza a pasos agigantados, en que Internet nos conecta inmediatamente con alguien que se encuentra al otro lado del mundo, derribando las fronteras virtuales, continuamos experimentando en muchos casos el sentimiento de la soledad, de la falta de amor, de la exclusión social y familiar.
¡Falta amor en el mundo y según mi modo de ver es en el amor donde encontraremos la cura para tanta insania! El Amor puede ser comparado a la fuerza energética gravitacional que mantiene a los planetas girando en sus órbitas alrededor del Sol. No explicamos el amor: ¡o lo sentimos, o no! Mirad bien que no estoy hablando sólo del amor en el sentido físico, hormonal, aquel que nos empuja y nos hace gravitar en torno a nuestra pareja amorosa. No. Estoy hablando del amor universal pues de ese amor se trata cuando nos referimos al verdadero “amor crístico”. La Cábala nos enseña que en el centro del Árbol de la Vida hay una esfera llamada Tipheret. Esa Esfera tiene como representación el Sol, la estrella central de nuestro sistema planetario. Él representa el Amor, con A mayúscula, universal, generoso, gratuito.
Pero ¿cómo queremos experimentar la plenitud del amor si no sabemos al menos lo que él significa para nosotros? Atribuimos al “otro” la falta de amor que sentimos, echamos la culpa a aquel que nos hace infelices, pero, ¿somos, al menos, capaces de examinar con sinceridad cuánto amor conseguimos dar a ese “otro”? ¡El amor no es comparable a una operación matemática de dar y restar! El acto de amar no puede ser binario: yo doy amor en la misma cantidad que recibo. La verdad sea dicha, así es como la mayoría de nosotros ama. Así afirmaba el autor Alejo Carpentier: “Nadie ama a nadie. Las personas se aman a través de los demás”. Según mi punto de vista, no es exactamente así. Yo afirmaría que cada uno ama a su manera y que unos aman mejor que otros. Lo importante es amar.
La Astrología describe de qué forma los nativos de los diferentes signos astrológicos expresan el amor. ¿Cómo ama el fogoso nativo de Aries? ¿Y el controlado Tauro? ¿O el experto Géminis? Muchos libros y artículos se han publicado sobre esa cuestión. En los interactivos del STUM hay incluso un test de Relaciones Amorosas que en Astrología denominamos Sinastría. Pero ningún test, ningún libro, ningún artículo podría desvendar el misterio que hay por detrás del sentimiento del amor. Sólo analizándonos a nosotros mismos podremos comprenderlo. El Oráculo de Delfos afirma: “Conócete a ti mismo, o te devoraré”. ¡El autoconocimiento es la llave que nos abre la puerta de la felicidad!
Durante este mes en que el Sol transita en el signo de Leo, el asunto “corazón” estuvo en pauta, pues consideramos que es el responsable por el sentimiento del amor. En realidad, el responsable verdadero por hacer latir nuestro corazón al avistar al ser amado es la timo, pero ese es tema para otro artículo. El corazón es el órgano del cuerpo humano regido por el Sol (en Astromedicina) juntamente con la columna vertebral. ¿Sabíais que el nativo de Leo es el ser del zodiaco más carente de amor? ¡El León, rey de la selva, individualista, que confía en sí mismo, el orgulloso León, es el mismo León necesitado, en busca de aprobación y de aplausos que se lamenta por no recibir suficiente amor y reconocimiento por parte de sus “súbditos”! Sí, porque él, el León, tiene una visión idealizada del acto de amar. Él es fiel, leal, constante, y cuando ama de verdad, mueve cielos y tierra para mantener encendida la llama del amor. ¿Y no debería ser siempre así para todos nosotros, seamos nativos de Leo o no?
Cuando afirmo que el amor verdadero no se somete a la razón, es porque considero que el amor, el acto de amar, ha de ser espontáneo, generoso, universal, altruista. No podemos decir: amo a Fulano o a Fulana porque esto o porque aquello. O se ama o no se ama y no debe haber “porqués” para justificar nuestro amor. La fuerza de atracción universal que permite la existencia del universo es el amor. Cuando comprendamos esta verdad estaremos disponibles para el amor y él vendrá a nosotros, en forma de una pareja, de un compañero, de un amigo, de una palabra, de un abrazo, de una flor o de un rayo de sol. Créeme, apreciado lector, podemos encontrar el amor en las pequeñas cosas de nuestro día, pues Él, el Creador, nos inunda todos los días con esa maravillosa energía tan necesaria para nuestra felicidad. Al fin y al cabo ¡Él nos dio la vida!
Haz este experimento: examina tu corazón y pregúntate: “¿Cómo expreso yo mi amor?” Tu respuesta puede decir mucho sobre lo que estás dispuesto a recibir. Acordaos de que atraemos hacia nosotros simplemente aquello que proyectamos hacia fuera de nosotros. Cada signo solar expresa el amor de una forma propia, pero “cualquier forma de amor vale la pena” como dice la canción.
Leed más sobre Relaciones Amorosas en varios artículos de mi Website personal o haced vuestro Mapa Natal para conoceros mejor.
Dejo aquí mi caluroso abrazo, sincero y lleno de amor para todos vosotros, los que me seguís en los artículos del STUM, para vosotros que confiáis en mi trabajo, que me consultáis y me apoyáis. ¡Mi corazón está lleno de amor para dar! ¿Y el tuyo?
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¡Una semana llena de Luz y Paz!
Sao Paulo, 11 de Agosto de 2015
