El papel de la ayuda
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 31/07/2017 10:39:00
Autor Jay Reiss
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Traducción de Teresa
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“¿Tú eres psiquiatra?” me preguntó una señora por teléfono. “No, yo soy terapeuta”, respondí. Y la conversación se fue desarrollando, mientras yo escuchaba lo que ella buscaba y a qué estaba dispuesta. La conversación duró unos diez minutos y al final ella me habló de su hijo de 30 años que no salía de delante del ordenador y si yo podría hacer algo por él. “Si él tiene la iniciativa de buscar alguna cosa, sí, entonces puedo”. “Pero él se resiste mucho a la terapia”, dijo. E insistió en si yo no podría ayudar.
Cada cosa en su sitio. En primer lugar: ¿qué significa ayudar? Mira: vivimos en un mundo de interpretaciones y subjetividades que dan forma a nuestras vidas. Para algunas personas, la palabra ayuda puede ser interpretada como: “¿lo haces en mi lugar?”.
Cuando la idea de ayuda significa eso, la respuesta es: no va a funcionar. Porque no hay la energía necesaria. Y porque aceptar eso no sería ayuda. El nombre que doy a eso es otro: ¡robo! Se trata de establecer un juego debilitante en la relación entre terapeuta y cliente. Y en esa relación, el poder personal de elegir y tomar decisiones se ha robado.
Yo trabajo con varios abordajes y uno de ellos es la Constelación Familiar, que trata de observar el sistema a que la persona pertenece y los órdenes de ese sistema. Al violar esos órdenes, sufrimos. Así de sencillo. Y en cualquier sistema, cuando una persona busca ayuda, el que ayuda es el último en llegar. Y como último en llegar, es el que tiene menos influencia en el sistema. Las personas eligen y toman decisiones. Es esencial tener eso en mente, porque eso forma parte del poder de ellas. El “hazlo en mi lugar”, “arréglalo por mí”, “soluciónalo por mí”, “sálvame”, es el niño que vive dentro del cuerpo de un adulto quien busca eso.
El papel que yo me dispongo a vivir con mis clientes es el papel de un guía. Digámoslo así: yo conozco el territorio y ofrezco el apoyo necesario para la andadura. El apoyo viene a través de varios recursos: percepción, sinceridad con lo que veo, mi experiencia y el conocimiento de las técnicas de apoyo para que el proceso sea más fácil. Subvertir el orden de la ayuda y meterme donde no me pertenece sería una confusión peligrosa y desgastadora.
¿Ha visto alguien aquella matraca de la persona que va a la terapia desde hace años y ni siquiera sabe ya por qué sigue yendo, y el terapeuta se convierte en aquella figura que le pasa la mano por la cabeza, en una dinámica que hunde la energía creativa de ambos? No, gracias.
La vida está hecha de encuentros. Algunos son significativos y añaden valor a la vida. A esto le llamo apoyo mutuo. Otros son encuentros que sugieren que la persona acude a alguien para no sentirse sola y para evitar lidiar con lo que le incomoda. Uno de los componentes de la vida son los acuerdos. Cuando éstos son claros, uno puede aceptarlos o rechazarlos. Otros son implícitos y vienen con intereses extorsivos – ejemplo: “dame tu vida”. Y hay quien a esto le llame amor.
Tener claro el lugar de cada uno proporciona la fuerza y la dignidad para todas las partes implicadas. Tal como yo lo veo, una terapia es la forma valiente de elegir mirar las propias sombras inconscientes y tomar la decisión de fortalecerse haciendo lo mejor por la propia vida. Da vitalidad. Es inspirador. Es arte y es ciencia también.
Tener claros los papeles es el primer paso, y cuando me refiero a mi lugar como guía, la posición de la jerarquía es horizontal, y esto quiere decir que se trata de una responsabilidad compartida. Es un caminar lado a lado. Lo cual es diferente de la posición de un cuidador, que puede confundirse fácilmente con una posición de superioridad. Es lo que frecuentemente digo a mis clientes: yo atiendo a adultos; trae al adulto ahí para el asiento del conductor y deja al crío en el asiento de atrás. Desde ese lugar, en que se comparte la posición humana ante el asombro de la grandiosidad de la vida, surgen nuevas comprensiones y nuevas dimensiones de comprensión ante la vida: más expansivas y beneficiosas para ambos.
