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El Tiempo del Fuego...

por Rubia A. Dantés em STUM WORLD
Atualizado em 05/12/2010 08:24:22


Traducción de Teresa - [email protected]

Aquí en las montañas de Minas hay un lugar que es puro encantamiento… Allí es donde vive la Mujer de la Montaña y es allí donde tengo el privilegio de acercarme a mí… poco a poco… y es allí también donde tengo la alegría y el honor de hacer mis vivencias…

Y fue en la última vivencia del Manto del Amor… donde aprendí un poco más sobre el fuego… y sobre las expectativas… y mucho más que eso, pero algunas cosas quedan en el corazón del que las ha sentido y no pueden ser puestas en palabras…

Hace tiempo hice una mandala para el oráculo, a la cual llamé tiempo del fuego… y decía que… quien determina el tiempo del ritual es el fuego… presentí que esa mandala tenía esa energía, pero nunca he logrado escribir nada sobre ella… y ella ha ido quedando sin formar parte de las otras láminas que llevaba para el trabajo… Hasta que en el Manto del Amor me decidí a llevar esa imagen, y otras dos o tres, cuyo significado tampoco había escrito… junto con el oráculo.

Lo que yo no sabía era que el propio fuego me enseñaría sobre esa carta…

El día de la vivencia comenzó muy tempranito con una lluvia impresionante… las aguas bajaban con tanta fuerza que, bajo mi cobertor, encogidita, yo podía sentir aquella energía que parecía movilizarlo todo…
Casi a la hora de empezar, otra fuerza se manifestó… esa vez en la forma y en la belleza inconcebible de dos arcoíris que cortaban el cielo de un lado a otro… uno muy nítido y fuerte… y uno de suavidad…

El tiempo, aquel fin de semana, se mostró de todas las maneras… en sol y en lluvia… en aguas fuertes y suaves y… en fuego fuerte de un sol que calienta y en bochornos… cuando el Sol se revelaba filtrado por las nubes…
Pero el fuego nos traía un aprendizaje muy especial…

Por la noche… después de una experiencia muy fuerte y profunda en el laberinto… cuestioné si sería posible encender el fuego, pero al grupo le pareció importante…
La hoguera, preparada el día anterior, había sido cubierta con una lona para protegerla de la lluvia, caída en gran cantidad…

Pero con tanta agua era de esperar que… incluso cubierta con la lona… la hoguera recibiera alguna humedad y… el fuego podría no prender tan fácilmente…
Y así fue como… después de un buceo profundo en el laberinto nos encaminamos al círculo de piedras que delimitaba la hoguera…

Después de varias tentativas en las cuales el periódico húmedo se prendía, pero no iba adelante en su tentativa de llevar el fuego hasta los bambúes que eran la base de la hoguera… pensé que ciertamente no se prendería sin ayuda extra…

Con las luces apagadas… y el cielo pleno de estrellas… parecía que el fuego no estaba ciertamente dispuesto a manifestarse… y, después de algunas tentativas más, me decidí a pedir ayuda… y justamente cuando una de las mujeres ya se dirigía a buscar esa ayuda… el fuego se prendió despacito…
Pero tan despacito que nos dio la sensación de que aquel podría no ser un fuego bueno… Una llama aquí… otra allí… y de una forma muy rara, porque en vez de prenderse en la base de la hoguera, donde estaba el relleno de papel y bambúes, se prendió en la cresta… donde las llamas hacían una danza suave que, al principio no nos daba seguridad de continuar… y aún así en un ritmo muy distinto de todos los otros en que he participado… y mira que no han sido pocos…

La llama… que irradiaba desde la cresta de la hoguera, también al contrario de las otras veces, no se extendió rápidamente a las otras partes de la madera… se quedó allí, suave… quemando poquito a poco, a veces dando la sensación de no salir adelante y trayendo a la superficie nuestras inevitables expectativas de lo que sería un modelo “bueno” de fuego, que aquel, parecía no colmar…

Y el tiempo fue pasando y aquel fuego nos fue acogiendo y creando una atmósfera de calor e intimidad… que fue tocándonos el corazón de una forma tan única que nos mostró una fuerza que aún no habíamos presenciado en el fuego…
La fuerza de la suavidad… y muchas más cosas que ni siquiera tengo cómo describir…

El tiempo fue pasando y la hoguera tardó mucho en caer… mucho, mucho… y cayó hacia el este… el águila.
Ese fuego, que al principio no colmó ninguna de nuestras expectativas… nos propició momentos tan especiales, que sé que nunca los vamos a olvidar… y por los cuales agradezco profundamente… y más todavía por el aprendizaje precioso que nos trajo…
Él nos mostró, entre otras cosas, que… lo que está más allá de las expectativas, y que nunca fue vivido, puede ser lo que más deseamos… y matar nuestra sed de Alma…

Por más que sepamos que nuestras expectativas influyen en la forma que tenemos de recibir la realidad, es muy difícil no dejarse llevar por ellas… y algunas cosas son tan fuertes dentro de nosotros que determinan la aceptación o no de cosas… situaciones y personas, que vamos juzgando y clasificando, aceptando o descartando, porque no se encajan dentro de nuestras expectativas de lo que es o no adecuado o favorable…

Y muchas veces nuestra felicidad anda lejos de aquello que esperamos…
Y el Gran Misterio nos pone frente a frente con situaciones en que podemos finalmente percibir como no sabemos de nada… de casi nada…

Cuántas veces, basados en nuestras expectativas, dejamos de vivir cosas que serían maravillosas si… no las descartásemos sumariamente… y cuando nos hemos arriesgado a ir más allá de ellas, quién nunca se sorprendió al percibir cómo se había equivocado respecto de determinada persona o situación… y consigue percibir la maravilla revelándose bien delante de nuestros ojos.

Esas expectativas que son creadas por las memorias acumuladas desde el principio… están pidiendo ser liberadas… porque nos impiden recibir el presente en toda su exuberancia…

Cuando te depares con algo… que supones no es bueno… o está equivocado porque no se adapta a un modelo de lo que consideras ideal… párate un poco… respira hondo y permítete descubrir lo que está más allá de las expectativas…
Descartar las cosas solo porque no son tal como esperabas, puede impedirte descubrir maravillas en las cuales en principio solo ves lo que está mal… así como descubrimos en aquel fuego tan especial y encantado… que calentó nuestros corazones para siempre… en todas las direcciones…


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