Eliminando vínculos de dependencia
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 03/02/2011 12:09:24
por Teresa Cristina Pascotto - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Durante nuestra vida creamos muchas relaciones de dependencia respecto de la aceptación y amor por parte de otros, solo para podernos sentir amados e incluidos. Por toda nuestra experiencia de dolor - de la infancia y de otras vidas - mantenemos la creencia de que si no somos exactamente tal como el otro desea seremos rechazados y abandonados. Temiendo esto, pasamos a hacer de todo para agradar al otro; pero como esto es contrario al deseo de nuestro corazón, entramos en el resentimiento y en el enojo, principalmente porque, incluso haciendo lo que es bueno para el otro, aun así no nos sentimos amados de verdad.
Llega un momento en que el peso aplastante de esa dependencia sobrepasa nuestra capacidad de aguantar y de negar el dolor que eso nos causa, y todo sale a flote. Cuando el dolor "estalla" nos trae la oportunidad de despertar para la realidad, descubriendo la dinámica oculta que se verifica en la relación de dependencia, y de liberarnos de esos vínculos.
Esto nos aportará el deseo real de buscar cambios, pero sentiremos miedo, ya que nos daremos cuenta de que cualquier cosa que intentemos modificar en la relación, habrá de afectarla de algún modo. Esto significa que si, haciendo caso a nuestro corazón, empezamos a decir no al otro, su reacción será de contrariedad, explícita o velada.
Si nos mantenemos firmes en nuestro propósito de terminar con el vínculo de dependencia, tendremos que entrar en esto de manera consciente, ya que podremos vernos en conflicto en un primer momento, puesto que parte de nosotros sentirá miedo a perder a la otra persona y nos impulsará a volver a la vieja interacción con nuestro eterno sí, pero la parte de nosotros que ha despertado y ahora percibe la realidad, empezará a sentir más explícitamente el dolor y el enojo que nos produce la dependencia, y nos impulsará todavía más al no.
Estos vínculos son intensos y difíciles de "disolver", pues en la dinámica oculta de la interacción, que tiene lugar en la energía", existe una trama energética creada entre nosotros y la otra persona, que se ha ido fortaleciendo a cada sí que hemos dicho, otorgando cada vez más poder al otro, más dominio sobre nosotros. Cuanto más intensa y "antigua" sea la relación, y más profundos y significativos sean los lazos que nos unen, más "cristalizada" queda la trama y más se convierte en una rígida estructura energética, y mucho más difícil se hace romper con el vínculo de dependencia. Las relaciones equilibradas no tienen vínculos sino ligaduras saludables, por cordones energéticos que nos unen mediante los chakras, en los cuales la interacción es de libertad verdadera.
Una vez se ha creado esa estructura energética del "agrada al otro diciendo siempre que sí", nos parece que no hay otra manera de interactuar con la persona en cuestión, a no ser dentro de esa única condición. Esto significa que esa estructura nos atrae como un imán, o sea, siempre que nos acercamos a esa persona, somos arrastrados hacia dentro de esa estructura rígida y, cuando entramos, solo conseguimos interactuar dentro de los "caminos" creados (por ambos) en esa estructura. Quedamos desconectados de nuestro corazón, perdemos el poder sobre nosotros y entramos en la energía mental del otro, que gana poder y determina los acontecimientos haciéndonos ser aquello que quiere él. La energía psíquica del otro nos envuelve con tentáculos energéticos y pasamos a actuar y a reaccionar como si estuviésemos hipnotizados. Nos encontramos mal, nos sentimos irritados, angustiados (dependiendo de la relación), pero no logramos salir, nos sentimos presos.
Nos gusta la persona, pero parece que siempre que estamos con ella no nos sentimos muy bien. Cuando nos alejamos de ella, libres de la estructura energética y de sus tentáculos dominadores, nos sentimos más libres y ligeros. Aunque tengamos comprensión y consciencia respecto de esta realidad, no es tan fácil salir del juego. La forma más fácil de salir de él sería "cortar" la relación con tal persona, pero no siempre es lo que deseamos y lo que es posible, como en el caso de nuestros padres, hijos, familia. Nos vemos en un lío.
Cuando nos proponemos enfrentarnos al proceso, nuestro alejamiento - físico o emocional - es inevitable, al menos por un momento, y esto causará una reacción negativa en el otro, que hará de todo para atraernos de vuelta - con influencia psíquica y "retirándonos su energía"; esto nos causará el dolor del rechazo y del abandono - y este juego energético nos afecta. Si no somos conscientes de ese tipo de juego y no nos mantenemos firmes en nuestro intento, podremos, por el pavor de quedarnos sin esa persona, dejarnos envolver nuevamente. Esto será natural, pues se trata de un aprendizaje que hemos de conquistar, y hasta que se establezca el equilibrio podremos pasar por idas y venidas.
Si tenemos perseverancia y voluntad firme, llegará un momento en que lograremos soportar el dolor del alejamiento, la retirada de la energía y el rechazo del otro, con profunda aceptación, y resistiremos a sus tentativas de atraernos de vuelta. Este alejamiento producirá un gran poder interno, ya que lograremos afirmar nuestro propósito de no volver a entrar en aquella estructura energética, lo cual aportará definición a esa relación.
Cabe puntualizar que el otro no es el único responsable por la trama: nosotros hemos aceptado entrar en su juego de dominio. Nadie tiene el poder de arrastrarnos a una estructura energética sin nuestro consentimiento. Esto solo ocurre porque nuestro Ego cree que obtendremos ventajas dentro de eso, por tanto, de este juego con el otro somos igualmente responsables. Otro punto es que también dominamos al otro, haciendo las mismas cosas, pero dentro de otras cuestiones. Es la "ley de la compensación".
Este proceso será un buen recurso hasta poder decir un firme no interiora la vieja dinámica, a fin de crear medios de relacionarnos de forma sana, lo cual se verificará a partir de la creación de una nueva interacción energética. Este nuevo tipo de interacción equilibrada "no existe" para nosotros, pues no tenemos ninguna referencia anterior, todas las relaciones de dependencia que hemos creado se han producido dentro de las mismas estructuras, solo cambiando en intensidad y complejidad.La relación dentro de la trama equilibrada, ha de ser creada a partir de la "nada", de la ausencia de referente. Podremos servirnos del conocimiento de las dinámicas anteriores pero solo como base. Para ello, tendremos que entrar en sintonía con nuestro Yo Real, en una actitud de entrega, al objeto de poder entrar en sintonía con vibraciones más elevadas, con Seres de Luz, deseando una conexión con Dios, pues lo nuevo solo existe en la Mente y en el Corazón de Dios, y solamente así podremos encontrar todas las condiciones y características de las nuevas relaciones por crear.
Éstas son relaciones de libertad y respeto mutuo. En las cuales todos se aceptan, exactamente tal como son, sin intentar modificar o manipular al otro. Todo cuanto necesitamos: amor, afecto, aceptación, reconocimiento, aprobación, etc., está dentro de nosotros. Nadie jamás podrá suplirnos en tales cuestiones. Cuando consideramos que tenemos todo cuanto necesitamos, no esperamos nada del otro, nos ubicamos por entero en la relación, ofreciendo lo mejor de nosotros. Resultado: relaciones equilibradas y con saludables intercambios energéticos.
