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¿Eres capaz de frenar tus impulsos?

por Silvia Malamud em STUM WORLD
Atualizado em 09/11/2009 14:07:50


Traducción de Teresa - [email protected]

EMDR, cura emocional en alta velocidad

¡Ayer, arrojé el teléfono móvil contra la pared y él se escacharró! El otro día me puse nerviosa debido a una situación mal resuelta, cogí un florero en mi casa (que me encantaba) y lo estrellé contra el suelo. Otra vez, durante una disputa de tráfico con un motero que me había roto el espejo del coche, me persiguió y exhaustivamente me insultó, totalmente “ciega” salí del coche, agarré al motero por la camiseta y empecé a abofetearlo. En el momento de la acción, estoy enloquecida y no quiero salir de ella por nada del mundo, pero enseguida de actuar de manera impensada, me veo corriendo peligro.

Estos tres recientes episodios han sido lo bastante para que Cristianne decidiese lidiar con sus actitudes impulsivas. Ya conocía el EMDR por ser paciente mía y por haberse beneficiado con él al reprocesar una situación de duelo mal resuelta.

Empezamos con el protocolo de reprocesamiento y Cristianne, esta vez, optó por movimientos bilaterales sensoriales. La “foto” de la imagen perturbadora, representante de todo el fardo de su angustia en relación al tema, fue el episodio de la riña con el motero.
Le ruego que relate minuciosamente el “flash” del momento del impacto y Cristianne me cuenta que fue, en un susto, cuando se dio cuenta de que estaba sentada encima del motero abofeteando violentamente su cara y, las personas a su alrededor berreaban, sin cesar, para que el muchacho soltase a la chica... ¡En este instante, el chaval había reaccionado, avisando que él era el agredido! La escena fue poco común causando confusión en las personas de la calle que no lograban decodificarla. Avergonzada, Cristianne había cesado inmediatamente de atacarlo, encaminándose a su coche, marchándose disparada.

Sus sentimientos con relación a la escena fueron de angustia, impotencia y falta de control. Durante el desarrollo del procedimiento y, para iniciar el EMDR, recogimos algunos enfoques más, relevantes en relación a la escena perturbadora, y empezamos.

En la primera secuencia, Cristianne observa la escena como si ella estuviese simultánea y rápidamente ocupando todo en varios lugares distintos. Lo mismo se veía por encima del muchacho, o bien veía la escena como espectadora, o estaba asustadísima mientras era golpeada por el motero. En el segundo momento, le pido que me cuente lo que le estaría pasando y revela detalles, como si estuviese mirando una película en cámara lenta. En la próxima etapa, relata que repentinamente saltó de la imagen en que estaba con el motero para la del accidente de coche que había quitado la vida a su hermano, del que se cumplían diez años por aquellas fechas.

A pesar de ya haber elaborado el duelo por la pérdida de su hermano, Cristianne ahora se encaminaba a otra cuestión inserida en el episodio del accidente. En el caso específico de Cristianne, por algún motivo, su mente entró en contacto con múltiples variaciones de escenas y, de algún modo, la hicieron revivir el accidente.
Se acordó de cuando su hermana, que estaba en su compañía en el coche en el momento del accidente, gritó que al otro lado de la pista un neumático se había soltado de un autobús y venía en dirección a ellas a alta velocidad. Piensa en su madre, conduciendo el coche en aquel momento; cuestiona el hecho de que ella no lo desviase de la ruta y lo arrimase al arcén por protección, por haber sido ella la que recibió el impacto destructivo, si había dicho antes que podría irse al arcén y al final acabó por no ir...
En otro momento, Cristianne revive el ruido del neumático golpeando el techo del automóvil y llora poniendo la mano en la cabeza al recordar la abolladura producida en el coche, el neumático golpeando la cabeza de su hermano y quitándole la vida de inmediato. Dice verlo caerse muerto con la cabeza en su regazo y la angustia y desesperación que sintió por la impotencia de no poder hacer nada por traerlo de vuelta a la vida.

Se acuerda de las mismas reacciones de todos en el fatídico e inesperado momento. Se siente totalmente desamparada. En una aflicción desmedida, por la desesperación causada, empieza a sentir deseos de romperlo todo a su alrededor. Se acuerda de haber tenido ganas de salir corriendo y de no parar de correr nunca más en la vida. Parecería Forrest Gump. Percibió, en verdad, que después del accidente, nunca más ha parado de correr. Situaciones que la hacían parar, de alguna manera, la frustraban en sentimiento de impotencia y la remitían a la desesperación. Oyó el sonido de una sirena y la llegada de una ambulancia y asoció su violencia de determinados momentos al sonido de aquella sirena de rescate en el día del accidente.
Observa que, cuando se siente impotente, es como si oyese la sirena de la ambulancia dentro de sí y la desesperación la domina y ella, esa vez y las otras veces en que se siente impotente, intenta frenética y alucinadamente resolver la situación, sea como fuere y, así, la mayoría de las veces actúa impulsivamente y a ciegas. Se queda perpleja al darse cuenta de todo eso. Percibe su deseo de haber hecho algo distinto en aquel momento. Se acuerda de situaciones límite con impacto de soluciones de las cosas y, desenfrenada por la angustia, metió “manga por hombro”, ansiosa y temerosa de nuevamente no ser capaz de dar cuenta de la situación.

Paradójicamente, se vio de veras acelerada durante todos los años siguientes al accidente, dejó de percibir cuántas veces pasó por encima de sus propias percepciones siendo y permitiendo que otros fuesen seres lesivos en sus conductas y para con ella misma. Recordó innumerables situaciones en que se imaginó súper potente pasando por encima de sus propios sentimientos. Como supuesta heroína de sí misma, corrió serios riesgos tanto en actitudes impulsivas como en aquellas en que pasaba por encima de sí misma. Notó una falta de compás en sus ritmos internos.Al final y tras atravesar innumerables escenas clarificadoras, Cristianne revela estar muy cansada. De pronto, se ve en una playa con su hija y su novio. El día está soleado y todos se divierten. Repentinamente, el cielo se va oscureciendo y se arma un temporal de aquellos. Miran el cielo antes azul y observan numerosas nubes oscuras que se van haciendo más voluminosas. En unos instantes más, rayos y truenos surgen, y les quitan el relax y alegría que disfrutaban. Empiezan a recoger sus pertenencias para abrigarse en lugar seguro. Su hijita, con miedo, empieza a llorar. En una fracción de segundo, Cristianne es impelida a ponerse nerviosa pretendiendo aquietar los molestos miedos de la criatura.
Seguidamente, se acuerda de no ser lesiva para nadie nunca más, y si bien temerosa de la tormenta imprevista, Cristianne toma en brazos a su hijita, acogiéndola y ofreciéndole cariño y seguridad, permitiendo así sentir sus miedos e inseguridades inherentes a todo ser humano.
En la siguiente escena su novio abraza a las dos y empieza a llover torrencialmente. Los tres empiezan a reírse y sin dejar de estar atentos a los posibles contratiempos por la fuerte lluvia que cae, actúan de inmediato, corriendo para casa.

Este fue el final del EMDR de Cristianne. ¡Tras el reprocesamiento, chequeamos nuevamente todos los contenidos en relación a la escena inicial y estuvimos de acuerdo en que todo estaba listo! Al final, Cristianne, todavía elaborando, observa, considerando todo lo ocurrido en el accidente de su hermano, y pese a toda la fatalidad experimentada, que ella estaba viva, la tempestad ya había pasado y ella, Cristianne, tiene toda una vida por delante...

A la semana siguiente, Cristianne retorna a la consulta y relata dos momentos de situaciones límite que normalmente la llevarían al estrés anterior conocido, cuenta que ha sido invadida por pensamientos apaciguadores que le recordaban que ya no había necesidad de desesperarse. Todo estaba bien.

Durante el reprocesamiento en EMDR ocurren innumerables situaciones de percepción imprevistas. Es indescriptible la riqueza de detalles envueltos en la reformulación de las situaciones encapsuladas que muchas veces existen, cuyas extensiones ni siquiera imaginamos, ni cuánto o de qué modo podrían afectar nuestra vida, nuestra conducta y nuestro humor. Poder habilitarnos y encaminarnos con libertad sin ser rehenes de aspectos oscuros hace que nuestra vida sea mucho más vivida y estimulante para nosotros mismos.

Imaginad al llevar a cabo procedimientos en EMDR o Brainspotting a nuestro Yo actual que simultáneamente asiste y participa de la liberación de situaciones mal resueltas.

En las próximas oportunidades, con la anuencia de otros pacientes de mi consultorio, contaré un caso sorprendente de una situación de compulsión a comer el contenido de latas de leche condensada – resolución y acceso aparentemente de cuño espiritual. Tú decidirás si, de hecho, se trata de obsesión espiritual desarticulada por la propia paciente con la ayuda del EMDR o si no fue más que un caso simbólico emocional, plenamente resuelto (tras más de 20 años sin resolución convencional) o quizá, si la resolución ha pasado por esos dos tipos de planteamiento...


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silvia
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
Tel. (11) 99938.3142 - deixar recado.
Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos

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