¿Eres capaz de percibir cuando estás siendo atacado(a)?
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 13/05/2019 07:39:39
Autora Aurora Reis
Traducción de Teresa -
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Ese es un asunto con el cual he venido lidiando desde hace algunos años y con el que todavía aprendo, tanta es su importancia. Confieso que es difícil para mí, aun al día de hoy, reconocer cuando alguien me está atacando - incluso con tantos años de "experiencia" en esa cuestión.
Es difícil, porque en mi ingenuidad, tardo en creer que aquella persona "buena" a quien he supuesto un mínimo de crédito y confianza pueda hacerme daño de alguna forma (aun inconscientemente, o como ya decía Chaves en aquel programa: "fue sin querer, queriendo").
Antes de que alguno piense que soy una Poliana - que ve el mundo color de rosa, me gustaría aclarar que yo creo, sí, que estamos en un plano de dualidad, donde existe el mal en mí, en ti, en los otros, en fin. Trabajo arduamente mi lado sombra pero incluso así, en este ítem todavía dejo mucho a desear.
¿Cómo pretendo aquí enseñar algo que ni yo sé? La idea no es esa, sino profundizar en una reflexión al respecto, para autoconocernos mejor.
Una cosa que ya percibo de avance es que antes yo tardaba "siglos" en darme cuenta de que "¡upa, algo no está bien ahí!".
Ahora sé que esa percepción se está afinando - como un entrenamiento - ¡y a veces mi reflejo para defensa es casi inmediato! Empieza con una sensación extraña en el pecho, un malestar, un sentimiento de miedo, de inadecuación, de preocupación, de haber hecho algo equivocado (culpa), arrepentimiento, entre otros. En cuanto me doy cuenta de que "¡un momento! Si eso fuese de la luz yo no me sentiría así". ya empiezo a dar vuelta al juego, y entonces, finalmente, a protegerme (¡uf!).
Protegerse no es una revancha. Dar vuelta al juego quiere decir únicamente: "¿por qué siendo atacado vas a permanecer pasivo como un "papanatas" y al final aún ser manipulado a pedir disculpas?"
"Ah, pero Jesús enseñó a poner la otra mejilla..." Me parece que hay mucha confusión y error de interpretación ahí en medio de esa historia.
En primer lugar, nuestra consciencia divina, Dios en nosotros, no quiere que seamos víctimas de nada (ni de nuestros sentimientos negativos, ni del ataque de los demás).
La no-violencia implica la no revancha, sí, pero Gandhi no fue un pasivo, ¡al contrario! Él movilizó una protesta bastante activa que culminó con la independencia de la India.
Ser libre es exactamente eso: ¡saber defenderse! ¿De dónde viene la culpa, el miedo, el recelo, la vergüenza de protegerse y decir: "¡No!", "¡Largo de aquí, energía negativa! ¡Fuera, persona horrible, ve a amolar a otro!"?
¿Es que hemos de ser condescendientes con el mal? Considero que no. Entonces, en cada ocasión de defensa está una pepita de oro de sabiduría enseñándonos, ayudándonos a reafirmar nuestro comprometimiento con la luz. Es nuestro deber velar por nuestra luz. Somos centinelas y guardianes de nuestros portales (órganos de los sentidos), como enseñó Sathya Sai Baba en el bello mensaje siguiente:
"Hay muchas entradas para un templo. Ellas sirven para que los devotos puedan entrar y adorar al Dios consagrado allí dentro. De la misma forma, para el templo del cuerpo humano hay cinco portones - los cinco sentidos. ¿Cuál es el propósito de estas puertas? Si construimos una casa y erigimos puertas, éstas son para uso de nuestros amigos y parientes. Si cualquier animal perdido intenta entrar, las puertas estarán cerradas para ellos. De la misma forma, las puertas en este cuerpo sagrado deben mantenerse abiertas sólo para los buenos y divinos visitantes. Sólo entonces merece el nombre de Kshetra (santuario). Deja de ser un templo si se autoriza la entrada en él de objetos profanos".
Permítete, por tanto, protegerte de todo mal, de todo aquello que no sirve a la luz y no condice con tu consciencia divina. Ámate y trátate, en fin, con el respeto, el amor y la dignidad que te mereces. Sólo así el otro te tratará de la misma forma. ¡Om Sai Ram!
Aurora
