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¿Está realmente todo perdonado entre nosotros?

por Maria Isabel Carapinha em STUM WORLD
Atualizado em 21/06/2012 11:53:57


Traducción de Teresa - [email protected]

Una de las cosas más difíciles que puede haber para la naturaleza humana es el perdón; no obstante, perdonar es un acto de inteligencia donde el mayor beneficiado eres tú mismo.

Perdonar significa transmutar todos aquellos sentimientos aparejados al momento de la traición. Significa, de corazón abierto, desear al otro lo mejor. Perdonar es, sí, un acto Divino y para ello a menudo requiere conexión espiritual; puede representar en términos más directos abrir mano de tu ego y comprender que no eres perfecto, sino un ser humano que como todos los demás seres humanos está aquí para aprender.

A veces el ego parece mostrarnos un mundo paralelo donde el miedo, la ira y la inseguridad son nuestro universo, pero ese mundo no existe. En ese contexto, el único camino a donde llegaremos será el de nuestra autodestrucción.

¿Quién no ha pasado alguna vez por una situación en la cual se ha sentido traicionado? Esta traición, en la forma más corriente, puede venir por una relación, pero también por amistades y parientes, que a menudo se olvidan de todo por dinero, o bien en las relaciones de trabajo, en las cuales el ser humano deja de existir y los intereses económicos se sitúan en primer plano. Todo esto puede, sí, ser convertido en perdón con el auxilio de una transformación energética del patrón vibracional, lo cual significa, en este exacto momento de la transformación, pasar a vibrar amor.

Una de las premisas más verdaderas que refleja el perdón como acto de inteligencia máxima dice que lo que damos a otros nos lo damos a nosotros mismos; entonces, aquí llega el momento de nuestra reflexión: ¿qué es lo que estoy dándome a mí misma cuando pienso en lo que ocurrió en determinado momento? Eliminar lo negativo de tu vida significa salud y bienestar, significa, más que nada, armonía con el Todo.

La entrega y la confianza en el Universo vienen a través del proceso de la fe, cuando el perdón realmente se instala en tu vida. Pasas a creer de hecho que hay una fuerza mayor en el Universo que comanda cada paso de tu vida y que con toda seguridad la llevará a un Orden Divino. Esta confianza en el Todo juntamente con el amor incondicional desarrollado mediante el perdón te aportará paz interior, y el sabor de este sentimiento no hay cómo describirlo, lo mejor es sentirlo y vivenciarlo.

La vida nos trae probaciones y dificultades que pueden, dependiendo de nuestras decisiones, convertirse en un aprendizaje de crecimiento o en un sufrimiento eterno. Cuando optamos por el aprendizaje, percibimos que con el paso del tiempo nos volvemos seres más evolucionados y prósperos y la atracción de nuevas historias compatibles con este nuevo estado de energía se concretiza. Con todo, si la elección se inclina por el sufrimiento, éste pulsará en nuestra vida como una sombra que nunca nos deja, nos convertirá en seres amargados y sin objetivos, y además hará que nuestra salud deje de existir. ¡El que es feliz no se pone enfermo! El sufrimiento eterno trae a nuestra vida sentimientos y emociones negativas y aquellos que están a nuestro alrededor las perciben y se alejan. El pensamiento negativo emite un tipo de energía que hace sentir repulsa a las personas cercanas a nosotros. En este exacto momento podríamos tener la nítida sensación de que todo va cada vez peor, pero aquí cabe una salvedad: está peor porque tú lo quieres así y porque has elegido el sufrimiento como patrón para tu vida.

¡Ah! ¡Qué vida maravillosa! Sí, lo que elegimos en cada momento es lo que nos permite gritar a los cuatro vientos esa expresión. Sí, vivir es la cosa más maravillosa del mundo siempre que la observación y el discernimiento formen parte de tu camino, ya que te alertan sobre lo acertado de tu elección.
Abandona de una vez lo que te hace ser triste e infeliz y parte para una vida de realización plena, haciendo de todo ese aprendizaje una lección de vida para quienes están en tu entorno.

Perdonar también significa aceptar a la otra persona tal como realmente es. Si optas por el perdón y has decidido permanecer al lado de aquel que te ha lastimado y herido, esto debe ser un acto que viene del fondo del corazón, de lo más profundo de tu alma, porque si no es así será un sufrimiento interior mucho mayor. Para ayudar a este perdón que viene del fondo de tu corazón, el bloqueo energético generado en el momento de la traición ha de ser eliminado; y para esto empleamos la Radiestesia con el auxilio de la Mesa Radiónica. La trasmutación y disolución de la energía vivida en determinado momento traumatizante hará que puedas recordarlo con sentimientos transformados.

Madurar significa conectarse con pensamientos y emociones que no te traigan sufrimiento.

Otro factor extremadamente negativo cuando hay una historia de sufrimiento o traición es la verbalización continua de lo ocurrido. Verbalizar significa traer a la consciencia, y cuanto más verbalizamos determinada situación, más nos convencemos de lo negativo que aquello ha sido para nosotros y de cuán malos son los sentimientos que albergamos hacia quien nos hizo sufrir. Este tipo de vibraciones te hará vivir conectado al pasado, a cuando en tu vida no había otra cosa más que aquel determinado momento de sufrimiento. El futuro no existe, pues nuestro foco solo nos remite a aquello que ha pasado. En términos más duros significa dejar de existir.

La enfermedad, las más de las veces, está asociada a acontecimientos traumáticos que no se han perdonado; he aquí, entonces, una enorme oportunidad de rescatar nuestro amor propio, de decir sí a la vida, sin tener que llegar a ese punto de sufrimiento. No hay nada más duro de aceptar que tener conciencia de que somos responsables por nuestro sufrimiento.

En este momento, cabe aquí pararnos nuevamente un poquito para reflexión… ¡No es fácil perdonar! Esto es lo que oímos más a menudo, pero coloco una afirmativa más verdadera que esa: ¡basta quererlo y decretar que deseas otro tipo de vida a partir de ahora!

Hace algún tiempo atendí a una pareja joven que acudió a mí por motivo de enfermedad. La chica había desarrollado una enfermedad degenerativa en el útero y el marido, en plena desesperación, ya no sabía a dónde recurrir para buscar la curación de la esposa. Me dijo entonces que la parte de tratamiento médico había concluido, la operación había salido bien y ella estaba en la fase posterior del tratamiento, pero los efectos colaterales de los medicamentos estaban acabando con su energía y él deseaba verla bien y curada.

La chica poco hablaba, pues estaba entregada en manos de quien pudiese ayudarla. Cuando él marcó la consulta y me dijo el motivo, también le pedí que me llevase la planta de la casa para una evaluación de la energía del local por la Medición Radiestésica del inmueble, que también es en muchos casos la responsable por el desarrollo de enfermedades degenerativas.Empecé entonces el atendimiento evaluando la energía del local; verifiqué en primer lugar la presencia de venas de agua, materia orgánica en descomposición o fallas geológicas, efectos que dan origen a la formación de energía telúrica en el local, pero nada encontré. A continuación analicé la presencia de líneas Hartmann y Curry y tampoco las hallé. Sí encontré memorias en la pared en forma de energía roja, pero eso era totalmente compatible con los sentimientos y emociones impregnados en el local por la vivencia de una enfermedad tan grave y no era ese el origen de una energía que pudiese causar desestructuración energética en el local.

Pasé al atendimiento con la Mesa Radiónica, con el cual verifiqué la Frecuencia General como referencia y seguidamente entré en todos los campos vibracionales a fin de equilibrar el todo. Después, empecé la verificación de los bloqueos o traumas que podrían dar origen a enfermedades más serias. Verifiqué, entonces, un bloqueo energético ocurrido hacía unos cinco y medio o seis años. Pregunté a la muchacha qué había ocurrido en esa fecha. Ella miró a su marido y el silencio se instaló en mi consultorio.

Tras algunos minutos, ella dijo al marido que podía contarlo, pues la historia se refería a él, quien permaneció callado hasta que yo pregunté: ¿hubo alguna traición? La chica me lo confirmó de inmediato, pero dijo que ellos nunca habían mantenido conversación alguna sobre la cuestión.
Ella lo había descubierto todo por mensajes en el ordenador y él simplemente marchó de casa, pasó algunos meses fuera y entonces decidieron retomar la relación como si nada hubiese sucedido, pues se echaban tanto de menos el uno al otro durante el tiempo en que estuvieron separados, que eso era más fuerte que el dolor de la traición.
Rogué entonces al chico que verbalizase lo que había ocurrido y que ella también verbalizase lo que había sentido, mirándose el uno al otro.

Fue una escena emocionante y de trasmutación total. A continuación trabajé energéticamente en la Mesa Radiónica ese momento vivido y trasmuté las energías. Le pedí a ella que hiciese durante 63 días la Oración del Perdón de los Kahunas como liberación final de energías. Le dije entonces que la enfermedad ya no debería formar parte de su vida y que si así ella lo deseaba de corazón, el perdón y la transformación se producirían en su vida.

El útero representa lo femenino y en aquel momento traumático de la traición su femenino había sido lastimado. Es como si éste no existiese y no fuese respetado, y por eso se puso enferma. Volver a vivir juntos sin la verbalización y el perdón causaban en ella un enorme sufrimiento interior y en él, un enorme sentimiento de culpa.

Pasado un tiempo, recibí la noticia de la curación efectiva de la muchacha y le dije que estuviese segura de que tal situación nunca volvería a repetirse en su vida, porque hubo sanación energética que la llevó a perdonar con el corazón y lo más íntimo de su alma…
¡La transformación de tu vida está en tus manos y ten la más absoluta seguridad de que siempre hay cosas maravillosas que vivir, marca la diferencia en este mundo!


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Maria Isabel Carapinha é colaboradora do site, radiestesista e trabalha também com Feng Shui.
Ministra cursos e faz atendimentos em residências e empresas.
Trabalha também com a mesa radiônica fazendo atendimentos em seu consultório ou à distância.
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