¿Existen los fantasmas? ¿Sí o No?
por Eraldo Manfredi em STUM WORLDAtualizado em 31/01/2007 16:05:21
Traducción de Teresa - [email protected]
Puertas que se baten, piedras que se desplazan, ventanas que se abren o cierran abruptamente, lámparas que se apagan, cuadros que se desploman en el suelo, formas o sombras que aparecen y se esfuman en un abrir y cerrar de ojos…
¿Cuántos de nosotros no hemos percibido ya estos sencillos fenómenos muchas veces en nuestras casas, en la calle, en el ambiente de trabajo? Un frío en la espina, un escalofrío, una sensación extraña como si estuviésemos siendo observados de cerca…
Con reacciones polémicas, las personas a veces hasta tienen miedo de relatar algo de este tipo que les haya sucedido, por temor a las críticas o a exponerse a las chacotas de la mayoría, con miedo incluso de que les llamen locas. En realidad los Hospitales Psiquiátricos están bien surtidos de internos que tal vez solamente estén dotados de una sensibilidad extrasensoria muy aguzada y que simplemente podrían ser cuidados y orientados para lidiar de forma inteligente y positiva con esta maravillosa capacidad. Que lo diga Paulo Coelho, hoy el mayor escritor del mundo en esa Categoría y mundialmente conocido, que a los 18 años fue ingresado en un Hospital Psiquiátrico por su padre, que lo consideraba muy alejado de los patrones llamados “normales”. Él ha colocado su desesperación e impotencia en letra impresa, en el best-seller “Verônica decide morrer” (Verónica decide morir).
¡Imaginad lo que hubiera perdido el mundo si él no hubiese conseguido escapar!
Pero veamos lo que este caso nos cuenta sobre esos “Fenómenos”…
Adriano (nombre ficticio), Ingeniero, 33 años.
Adriano es un muchacho alto, fuerte, atlético, alegre, inteligente, competente, creativo, hace amigos (y amigas…) con facilidad. Ha sido enviado a Manaos por un corto período de tiempo.
El problema comenzó cuando Adriano alquiló una casa grande dotada incluso de piscina, con buena zona verde, en un barrio noble de la ciudad, destinado a alojar a los ingenieros contratados por la compañía.
Uno de los primeros ingenieros huéspedes de la casa, comenzó a vislumbrar a través de la ventana de su habitación, a una persona pasando rápidamente. Con eso, algo preocupado, pasó a dormir con las contraventanas cerradas. Sin embargo, aunque dejó de ver al ser desfilando, comenzó a oír sus pasos.
Preocupado, Adriano contrató el servicio de vigilancia nocturna que durante semanas no constató nada de anormal en la parte externa de la casa. Sin embargo, su colega continuaba a oír los pasos en el lado de fuera… tornándose rápidamente blanco de las guasas por parte de los colegas que nada veían o escuchaban. El propio Adriano no le daba crédito.
Las cosas fueron diferentes el día en que Adriano llevó a su novia a casa para un fin de semana. ¡Cuál no sería su sorpresa cuando, por la noche, ella también percibió la presencia de alguien que pasaba ante la ventana, y escuchó sus pasos! Por fin, hasta él comenzó a tener la misma percepción.
Extraños acontecimientos comenzaron a manifestarse a la par; una serie de problemas con las tuberías comenzó de repente, un muro al fondo de la casa comenzó a desprender el revestimiento y por más que se reparasen, los problemas volvían a producirse.
Las cosas llegaron hasta tal punto que ya nadie quería permanecer en aquella casa.
Adriano acudió finalmente en busca de ayuda, pues estaba completamente perdido.
Acompañado de Adriano, y de Rodolfo y Julie, una pareja amiga mía, fuimos hasta la bonita residencia para intentar entender qué podría estar ocurriendo. Normalmente voy con la mente y el corazón abiertos y busco con mi intuición percibir algo que los ojos normales no ven…
Al dar una vuelta completa por la casa, advertí una presencia espiritual de la que emanaba gran sufrimiento. Percibí que debía tratarse de alguien que cuidaba del Jardín, responsable por las plantas y el césped.
Una persona sencilla, angustiada y perdida.
Después de eso, Adriano me contó que allí había ocurrido un robo y que el dueño de la casa había echado la culpa al jardinero y simplemente lo había asesinado.
A partir de esta revelación, la Pandilla del Amor entró una vez más en acción, buscando liberar el Alma del pobre hombre, muerto injustamente y que teniendo aún su contraparte astral atada a aquel lugar, deambulaba por la casa, sin intención alguna de asustar o molestar a quien quiera que fuese.
Para conocimiento de las lectoras y lectores: se efectuó un procedimiento que transformaba instantáneamente a Adriano de ingeniero en jardinero… o, mejor dicho, en representante (procurador) oficial de la pobre Alma ante Dios y el Cosmos. Sí, es indispensable que alguien asuma este papel conscientemente.
Aquí está el perdón, tal como se ha practicado:
“Pido perdón a mi asesino por todo cuanto él me causó con mi muerte y también le perdono por todo cuanto él me causó con mi muerte y pido perdón por todo cuanto le he causado a él y a mí mismo con mi muerte.
En este momento quiero desatar los lazos que puedan estar perjudicándome entre mi asesino, mi muerte y yo. Principalmente lazos de injusticia, odio, rencor, culpa y venganza, y aprovecho para que el Universo armonice las energías implicadas en todo ello”.
A continuación se deshizo la “procuración” y di lugar entonces al siguiente paso, que consiste en el rescate del Alma:
Pido que su Maestro venga a hacer el rescate de su Alma limpiando su impregnación de todas las enfermedades y vínculos emocionales, sentimentales y materiales que le están impidiendo volver a su TODO, haciéndola consciente de que todo ha terminado ya, que ha sido una experiencia más o incluso una manera de rescatar algo que haya sido cometido en el pasado. Pero en este momento está libre, para que pueda vivir su vida con alegría, salud, paz y amor, allá donde se encuentre, sea en el plano espiritual o material.”
La intuición también pidió que se encendiese una vela en aquel muro (que era el lugar donde el dinero había estado escondido), además de rezar un Padrenuestro.
Hecho esto, ocurrió algo extremadamente fuerte: Al final de la oración, todos nosotros oímos un grande y profundo suspiro de alivio.
¿Queréis saber cómo terminó?
La casa volvió a lo normal en aquella misma noche.
Todo eso ocurría debido al hecho de que algunos de los huéspedes tenían una sensibilidad más sutil y aun desconociendo esta circunstancia acabaron por tornarse instrumentos importantes para la liberación de esa Alma que todavía estaba atada a este mundo material.
