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Felicidad III

por Thais Accioly em STUM WORLD
Atualizado em 13/02/2016 10:32:07


Traducción de Teresa - [email protected]

Pensar sobre la Felicidad como bien individual es inserir por anticipado pizcas de frustración a la vivencia diaria.
La felicidad es un bien colectivo, para experimentar a medias con la vida.
Mientras exista opresión, tiranía, violencia, asesinatos, violaciones, abusos, o corrupción, en algún lugar del planeta, será imposible una vida de plena Felicidad personal.
Thais Accioly


Todo ser vivo quiere vivir, quiere ser feliz, quiere ser amado.
Pese a ello, la idea de felicidad como responsabilidad individual es utópica. El pensamiento: Quiero ser feliz y que se hunda el mundo, no funciona en la práctica.
Siendo así, lo mismo que no funciona tratar de amarse a sí mismo sin amar a los demás, tampoco el vivir ajeno a la vida planetaria. Somos seres gregarios, y dependientes de toda clase de vida del planeta.

Cuando se vive una vida egóica, en que sólo se piensa en las propias necesidades, sin sentido alguno de pertenencia y corresponsabilidad para con el bien social, se pueden tener momentos de excitación, placer y alegría, o incluso disfrutar de la paz del egoísta, pero las dosis de sinsabores, angustias y dolencias serán, invariablemente, sorbidas poco más adelante. Porque ese tipo de vida no es sostenible.

Como civilización, desde hace décadas, hemos salido los occidentales en una búsqueda desenfrenada de placer inmediato y consumo, cultivando una visión individualista del éxito, y con ello ponemos el bienestar de la Tierra en riesgo, destruyendo ecosistemas enteros y rompiendo la armonía de otros muchos, originando enfermedades para nosotros, aparte de tragedias ecológicas, ambientales y familiares.

La búsqueda de riqueza y poder, ya sea del País en que se vive, de los individuos ciudadanos suyos, o de aquellos que los gobiernan, viene conduciendo a la Tierra y a todos nosotros, sus habitantes, a mucho sufrimiento. Trabajo esclavo, miseria, enfermedades, atracos, asesinatos, de alguna forma están a servicio del deseo de poder y de riqueza de muchos.

Es posible una vida personal con menor nivel de estrés y ansiedad, en la cual se cultive la esperanza y el amor, y en esa vivencia sí podemos sentir un nivel consistente de contentamiento y bienestar. Pero ¿en plenitud de Felicidad? Todavía no.
¡La Felicidad es un bien colectivo! Y para que nuestro nivel interno de felicidad aumente es preciso que generemos posibilidades de Felicidad a nuestro alrededor.

Esto implica ensanchar nuestra sensibilidad, ya no sólo para defendernos y protegernos contra el mal exterior, sino para crear empatía y compasión hacia el otro, por su bienestar y para con su sufrimiento.

Contactar con el sufrimiento ajeno causa dolor. Sí, es verdad. Pero aliviar el sufrimiento ajeno es amor y aporta bienestar a quien socorre y a quien es socorrido; y en esa red de solidaridad, generosidad, fraternidad y amor se hace el tejido por donde la Felicidad transita, da calor y transforma vidas.
En este momento el índice de Felicidad del mundo es pequeño.
Sólo hay que observar los índices crecientes de suicidio, depresión, ansiedad y estrés.

En Brasil, el suicidio juvenil ya es la segunda causa de mortalidad, sólo por debajo de los accidentes (mata a 26 jóvenes brasileños por día. Fuente: Folha de São Paulo, 11.6.2013).

La existencia repleta de odios, iras, resentimientos, individualismos, celos, envidias, malquerencias, egoísmo, vanidad, corrupción, codicia, falta de esperanza y de fe, es, con mucho, la mayor enfermedad de la humanidad, y es algo a lo que la ciencia poca atención presta.
Y ese estado enfermizo es incompatible con el estado de plena Felicidad, personal o colectiva.
Sólo que, para cambiar a ese estado es preciso ir a contracorriente del paradigma actual de la búsqueda de la Felicidad individual, tan difundido por los medios, por la TV, por las revistas, Internet y la cultura que hemos creado.

Para crear Felicidad es preciso crear espacios de vivencia amorosa, armoniosa, donde quepan el perdón, la conciliación, el bienquerer, la compasión, el buen humor, la generosidad, el altruismo, la amabilidad, la fraternidad. Donde la convivencia genere esperanza.
Pero no esperes que el Gobierno, la empresa donde trabajas, tus padres, creen este espacio de bienestar. Empieza tú, siendo más amable, afectivo, sanando tus resquemores, resentimientos y enojos, trabajándote para ser más amoroso e inclusivo, tratando de olvidarte un poco de ti mismo y dedicándote a algo mayor. Buscando una vida más espiritualizada, donde la Fe pueda fortalecerse.

Sí, costará trabajo. Pero la recompensa vendrá en forma de bienestar, armonía, de más autoestima y de la satisfacción de tomar parte en la construcción de los cimientos de una Felicidad plena y colectiva. Y eso no tiene precio.


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thais
Thais Accioly é especialista em Terapia Floral pela Escola de Enfermagem da USP.
Professora da Pós Graduação em Terapia Floral na Escola de Enfermagem da USP.
Professora da Flower Essence Society/CA EUA no Brasil.
Professora da Bush Flower Essences/AU no Brasil.
Consultora em Cultura de Paz.
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