Giordano Bruno
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 18/08/2017 10:23:43
por Marcos Spagnuolo Souza
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Traducción de Teresa
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Su nombre de bautismo era Filippo Bruno y adoptó el nombre de Giordano Bruno al ingresar en la Orden Dominicana a los 15 años de edad. En el seminario estudió a Aristóteles y a Tomás de Aquino, doctorándose en teología. Defendía los siguientes aspectos: infinitud del universo, relatividad de lo existente, hilozoísmo, pampsiquismo y que la búsqueda de la verdad es un proceso auto referencial interno.
Infinitud del Universo: el Universo es infinito, poblado por una infinidad de estrellas, como el Sol, y por otros planetas, en los cuales, lo mismo que en la Tierra, existiría vida inteligente. Dijo Giordano Bruno: “Nosotros declaramos ese espacio infinito, dado que no hay cualquier razón, conveniencia, posibilidad, sentido o naturaleza que le trace un límite”. “El mundo es infinito porque Dios es infinito. ¿Cómo creer que Dios, ser infinito, pueda haberse limitado a sí mismo creando un mundo cerrado y limitado?”
Demostraba la predominancia del relativismo, diciendo que cualquier perspectiva de cualquier objeto es siempre relativa a la posición del observador; hay infinitos referentes posibles y ninguno es privilegiado en relación a los demás.
Defendía el hilozoísmo (todo posee vida). Resaltaba que la Tierra y los astros están dotados de vida; y siendo vivos, es de manera voluntaria, ordenada y natural, como se mueven en dirección a las cosas y a los espacios que les convienen. Los hilozoístas consideran que toda realidad, inclusive la inerte, está dotada de sensibilidad y, por tanto, animada por un principio activo. Consideraba que toda materia en el universo es viva, siendo el propio cosmos un organismo material integrado, poseyendo características tales como animación, sensibilidad y consciencia.
Defendía el pampsiquismo (todo tiene una naturaleza psíquica, un alma). “Toda forma por minúscula que sea, encierra en sí una parte de sustancia espiritual. No hay corpúsculo mínimo que no contenga cierta medida de psiquismo. Todas las cosas y seres encierran en sí mismos un psiquismo que se desarrolla en la temporalidad. La psique, o alma, constituiría así la esencia dinámica de todas las cosas, siempre en desarrollo. Del mineral a la humanidad, de cada partícula al ser humano, se procesa incesantemente el desarrollo de la psique. A través de un prolongado proceso de transformación, esos seres se van alterando hasta alcanzar un elevado nivel de consciencia pudiendo comprender el pensamiento divino.
Enfatizaba el proceso de metempsicosis que abarca la posibilidad del alma humana de encarnar en animales o vegetales, es decir, que el alma puede transmigrar del cuerpo humano para un cuerpo de animal o vegetal. La metempsicosis fue aceptada por egipcios, griegos, romanos, chinos, hindúes, budistas y esquimales.
La divinidad está en nuestro interior, no podemos buscar ninguna verdad en lo exterior, no es fuera de nosotros donde debemos buscar la divinidad o la verdad.
La Iglesia Católica no aceptó las ideas defendidas por Giordano Bruno, encarcelándolo en Roma en la Torre de Nona. El juzgamiento de Bruno duró siete años, durante los cuales permaneció encarcelado. Algunos documentos importantes sobre ese juzgamiento se han perdido, pero otros han sido preservados y entre ellos un resumen del proceso, que fue reencontrado en 1940.
Las acusaciones hechas por la Inquisición Romana contra Bruno fueron las siguientes:
• Sostener opiniones contrarias a la fe católica y objetar a sus ministros;
• Sostener opiniones contrarias a la fe católica sobre la Trinidad, la divinidad de Cristo y la encarnación;
• Sostener opiniones contrarias a la fe católica sobre Jesús como Cristo;
• Sostener opiniones contrarias a la fe católica sobre la virginidad de María, madre de Jesús;
• Sostener opiniones contrarias a la fe católica tanto en lo que se refiere a la transustanciación, como a la misa.
• Reivindicar la existencia de una pluralidad de mundos y sus eternidades;
• Creer en la metempsicosis y en la transmigración del alma humana.
En el último interrogatorio de la Inquisición del Santo Oficio, Giordano Bruno no abjuró, y el día 8 de febrero de 1600 fue condenado a morir en la hoguera. Llevando túnica de condenado, atado a una estaca y con la lengua atravesada por un clavo y presa a una estructura de metal, agonizó en las llamas de una hoguera, en la plaza de las Flores, en el centro de Roma, el día 17 de febrero de 1600.
