Jesús y nuestro comportamiento
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 09/05/2016 09:16:44
Traducción de Teresa - [email protected]
Autor Leandro José Severgnini - [email protected]
¿Qué es ser Cristiano para ti? La humanidad viene confundiendo drásticamente el sentido del cristianismo, principalmente la cultura occidental, que cuida mucho más los rituales externos que el comportamiento interno. Nuestro infantilismo espiritual nos hace creer que ser Cristiano es sólo devoción a la figura de Jesús, rogando a todo momento su intervención divina, por tanto, cometemos el error de apegarnos demasiado a la cuestión fenoménica del Maestro. Sin embargo, raramente percibimos que el paso de Jesús por la Tierra tuvo un carácter mucho más instructivo y educacional en el sentido de promover la transformación ética y moral de sus seguidores.
Los pasajes de Jesús en la Biblia tienen dos aspectos: uno de ellos se refiere a la cuestión fenoménica de Jesús, o sea, los milagros que habría hecho; el otro aspecto se refiere al carácter moral del ser humano. Éste, desgraciadamente, es el menos recordado. Nos acordamos de Jesús por haber convertido el agua en vino y por haber multiplicado los panes, pero nunca nos acordamos de que el mismo Jesús enseñó a no juzgar.
Recordamos que Jesús curó a ciegos, pero rehusamos abrir los ojos a las verdades trascendentales expuestas en las entrelíneas del Evangelio. Frecuentemente recordamos que Jesús habría curado a paralíticos, pero olvidamos adherirnos a su elevado mensaje para curar la parálisis de nuestro estado moral.
Difícilmente olvidamos que Jesús habría curado a enfermos y leprosos, pero qué difícil es recordar su mensaje para que curemos las llagas de nuestros corazones.
Apreciados amigos, pido perdón por el atrevimiento, pero ser Cristiano no es sinónimo de creencia, de idolatría o de apego a rituales impuestos por sacerdotes. ¡No! Ser Cristiano, en su sentido más amplio, significa que tú aceptas las enseñanzas de Jesús como las más sensatas para tu elevación espiritual, que harás todos los esfuerzos para proceder como Jesús procedía, que entiendes que de nada sirve rezar y continuar juzgando, odiando o maldiciendo o desmereciendo a las demás religiones o doctrinas. Comprende que Jesús no creó ninguna religión, todo lo contrario, Jesús enseñó el camino de la más pura religiosidad.
Quienes crearon la religión cristiana fueron sus discípulos, quienes, en su pasión por elMaestro y en el más infantil de los errores, consideraron que la única forma de salvación era rogando la misericordia del Maestro. Pablo de Tarso llega a decir que “no son tus actitudes lo que te salvará, sino tu fe” . Es obvio que nuestras actitudes tienen un peso importantísimo sobre nuestro estado de bienaventuranza; en caso contrario, ¿por qué habría Jesús enseñado a amar al prójimo como a sí mismo, a ser mansos y humildes de corazón o a no juzgar para no ser juzgados?
Por eso las doctrinas espiritualistas (inclusive el Espiritismo de Kardec) son esencialmente cristianas – no porque hayan venido a ampliar el cristianismo, sino porque han venido a ampliar la comprensión humana acerca del inolvidable paso de Jesús por la Tierra. Jesús vino a traer un grandioso tratado moral para mantenernos en perfecta armonía con la Creación, y cualquier disgusto o desventura que pueda surgir en nuestras vidas se debe a que en algún momento procedimos de modo contrario a esa moral; por tanto, perdonadme la desilusión que esto pueda causar, pero de nada sirve rogar la intervención divina mientras nuestra conducta no se afine con la moral máxima de “hacer a los demás tan sólo aquello que me gustaría que me hiciesen”.
