¡La soledad entre tantos!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 29/09/2016 18:08:46
Autor Paulo Salvio Antolini - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Personas con familia, incluso numerosa, relatan con frecuencia que se sienten muy "olvidadas", a la deriva en la navegación de las relaciones. Ya nadie acude a ellas para cambiar impresiones. En las conversaciones, cuando intentan participar, reciben miradas de desaprobación, del tipo de "estás interrumpiendo", eso cuando no son totalmente ignoradas y se continúa hablando como si no estuviesen presentes.
Gran parte de esas personas poseen bienes materiales, no son una carga económica, y muchas incluso ayudan a sus parientes. A la hora de pedir, se acuerdan de ellas. Al recibir, se olvidan incluso del "muchas gracias".
No padecen Alzheimer ni ningún otro mal. Lúcidas, conscientes, y aun así, excluidas.
También hay personas que viven solas, pero el comportamiento de los familiares es el mismo: alejamiento. También están aquellas que recibieron en sus casas a los familiares y éstos proceden como si fuesen ellas la intrusa. Sus gustos no son tenidos en cuenta. Sus preferencias no son atendidas. Sus voces llegan mudas a los oídos sordos de quienes las rodean. Tristezas, disgustos, depresiones, son los estados más comunes vividos por ellas.
¿Y aquellas que por fuerza de las circunstancias dependen de sus familiares? Se añade entonces el sentimiento de impotencia por no poder dar otro rumbo a sus vidas. Pero todas sufren de la misma forma. Incluso las que están en condiciones de vivir sin depender de nadie se sienten presas en la red familiar y con obligaciones para con la familia. La ingratitud normalmente se hace presente en esas situaciones.
Una persona me relató el cambio producido en sus sobrinas cuando empezaron a ser solicitadas por su padre para que lo ayudasen económicamente. Pasaron a hostilizar a su tía, incluso con insinuaciones muy directas de que ella era quien debería ayudar a su hermano y no ellas, las hijas.
Esa ayuda durante mucho tiempo la estuvo prestando, pero su situación económica después de jubilarse ya no es la misma, aparte de que su hermano es desorganizado en sus dispendios. Cuánto duele percibir que las personas que antes demostraban tanto amor y cariño ahora son las que más te dan la espalda, excluyéndote de sus vidas. Ese mismo dolor sienten los padres que ven a sus hijos alejados.
No hay fórmulas mágicas o remedios que modifiquen esos hechos. Hay, sí, posturas diferentes que esas personas excluidas de la convivencia familiar pueden adoptar.
¿Cuál es la gran dificultad? Aceptar que personas tan amadas y cercanas puedan proceder así con ellas. En el lenguaje de los días actuales, cuando "cae la ficha" y se reconocen los hechos, entonces sí se hace posible actuar de modo a propiciar una mejora de la calidad de vida, buscando nuevos contactos, nuevos grupos sociales, afianzando nuevas amistades, y eliminando las expectativas de que aquéllos van a cambiar. ¡No cambiarán! Es posible que en ellos se produzcan cambios, pero sólo después del cambio en los afectados.
Hace algunos años una señora que vivía situación semejante y dependía económicamente de sus familiares, pues su pensión de jubilación no le permitía mantenerse sola, buscó por sí misma un local y sorprendió a todos cuando con su pequeña maleta preparada y el taxi a la puerta, les entregó la dirección donde iba a vivir a partir de entonces. Un local sencillo, pero limpio y con personas para poder compartir sus vidas, sus historias.
"Sabe, doctor, cuando dejé de esperar que ellos cambiasen, encontré algunos intereses que hoy llenan mi vida. Sólo siento tristeza si lo pienso, pero he descubierto que mi vida es más que eso, entonces alejo esos pensamientos y pongo mi atención en otras cosas". Es un ejercicio a menudo doloroso, hasta aceptar que se está viviendo una situación así, pero después de tener la humildad de aceptar y comprender que cada uno es como es, esa soledad entre tantos (familiares) puede ser colmada por otras personas e incluso actividades que el desprendimiento les propicia.
