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La visión de la espiritualidad sobre las compras a plazo

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 31/05/2011 13:32:36


por Bruno J. Gimenes - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

No es novedad para nadie que el dinero es una forma de energía. Se trata de un recurso que puede ser acumulado, derrochado o empleado con equilibrio. El dinero es una forma de Fluido Vital de la dimensión terrena. Se le utiliza para organizar los sistemas de intercambios de bienes y servicios entre las personas. Los individuos trabajan en las más diversas actividades, ofreciendo esfuerzos que serán retribuidos en la forma de energía codificada mediante cierta cantidad de dinero.

En el momento en que la energía de trabajo es convertida en unidades monetarias, deja de ser una fuerza virtual o etérea y pasa a ser material. Por eso, cuando se cambia trabajo por dinero, se materializa esa recompensa de esfuerzos por unidades monetarias que pueden ser utilizadas en otras diversas formas de intercambio.
Esa contextualización sobre el papel del dinero en la sociedad es importante para que se pueda comprender que todo es intercambio y constante flujo de dar y recibir.

El hombre se pierde y se confunde en el contexto de la vida material en su relación con el dinero, cuando empieza a desear (en el sentido de tener deseos materiales) en exceso, de forma desmesurada y más allá de las necesidades reales que todos tenemos.
Todo exceso de deseos y el aumento de la ambición requieren grandes cantidades de dinero acumulado para sostener esas carencias descontroladas que anhelan el consumo constante de bienes y servicios. Ahí tiene su comienzo un camino de oscuridad en el alma humana, pues origina la aparición de diversos problemas. Juntamente con éstos surgen asimismo muchos sufrimientos e inferioridades en la personalidad. Siempre que la ambición de una persona sea mayor que su propia capacidad de convertir trabajo y esfuerzos en dinero, ella se convertirá en esclava de sí misma, porque vivirá para alimentar sus deseos consumistas, y así nunca tendrá sosiego, pues vivirá de excesos: de trabajo, de gastos, de deseos, entre otros.

En el Universo, en especial en el planeta Tierra, las energías naturales están constituidas por la combinación de dos energías opuestas, de polaridades contrarias, que se complementan para dar origen al equilibrio. El yin y el yang, el sol y la luna, la noche y el día, el frío y el calor, el hombre y la mujer, son caras de una misma fuerza universal. Como todos los seres humanos están insertos en ese mismo movimiento cósmico, todo cuanto ocurre en su vida también debe perseguir el mismo objetivo, que es el equilibrio. En caso contrario jamás serán felices, pues estarán en oposición a las fuerzas naturales que organizan la vida planetaria, y en la vida financiera de cualquier persona esas leyes naturales actúan de igual manera.

Intercambiar esfuerzos y trabajo únicamente con el objetivo de acumular dinero hará desequilibrar ese flujo, y con el paso del tiempo pueden aparecer consecuencias negativas en la vida de cualquiera. Igualmente, gastar más dinero del que se puede obtener también manifestará desequilibrios. En resumen, cualquiera que tenga una relación desequilibrada con sus finanzas sufrirá influencias negativas también en el ámbito general. El desequilibrio en la vida financiera podrá afectar a una persona en sus aspectos espirituales, emocionales, mentales y físicos, en otras palabras, de forma integral.

Desgraciadamente los desequilibrios en la relación con el dinero vienen presentándose como la causa número uno en la aparición de crisis, sufrimientos y enfermedades en toda la población mundial.

Por eso es tan necesario prestar atención a ese punto, porque las crisis financieras pueden afectar completamente a la conexión del hombre con Dios (hablamos de Dios sin connotación religiosa) y por consiguiente, con su propia esencia interior.

Es preciso desarrollar urgentemente una relación más saludable y principalmente más equilibrada con el dinero. Ese flujo de entrada y salida debe ser organizado de manera precisa y los intercambios han de producirse en una razón de dar y recibir siempre equilibrada.

En ese panorama, las compras a plazos y en especial las que se hacen mediante tarjeta de crédito, que se incrementan cada año en número asombroso, han de ser bien meditadas. Cuando alguien compra algo a plazos, porque aún no dispone de todos los recursos necesarios para obtenerlo al contado, esa persona emite y recibe en su aura la vibración de un flujo energético de desequilibrio. Esa vibración desencadenará como consecuencia otros diversos acontecimientos negativos en la vida de una persona, sin que ésta perciba el verdadero motivo: el desequilibrio en su relación con el dinero.

Cuando alguien quiere comprar algo a plazos porque no tiene recursos suficientes para comprar al contado, eso significa de forma directa y objetiva que esa persona aún merece tener determinado bien o servicio. Cuando la persona aún no tiene todos los recursos que necesita para comprar (aún no merece obtenerlo) y, aún así, decide comprarlo a plazos, se puede decir que es como si ella conquistase algo que aún no ha acumulado esfuerzo de intercambio para recibir. Es una especie de deuda energética que queda impregnada en el aura de quien compra lo que aún no puede pagar.

Leyendo este artículo incluso puedes sorprenderte y decir: “¡Pero si no hago compras a plazo jamás lograré tener nada en la vida!”

Es normal ese comentario, al fin y al cabo no es un crimen comprar a plazos; con todo, queremos poner de manifiesto que esa práctica puede ser fuente de desventuras en la vida de cualquiera, principalmente en la de aquellas que ni siquiera imaginan el poder negativo que las deudas ejercen sobre su aura.

El objetivo de esta reflexión es despertar la conciencia acerca de lo importante que es establecer una buena relación con el dinero. Que cada persona comprenda que todo aquello que se compra con un dinero que aún ni siquiera ha dedicado esfuerzos para ganar, que esa práctica podrá tener como resultado influencias negativas en su vida.

Cuanto más consciente sea el hombre de que debe comprar únicamente aquello que ya tenga recursos suficientes para obtener, sin exageraciones y sin desequilibrios, más prosperidad tendrá, pues sus relaciones de intercambio se expandirán y elevarán a niveles cada vez más sublimes.

Comprar a plazos hace daño y aleja la prosperidad. Es importante y sensato hacer un entrenamiento y un test a fin de verificar que la relación con el dinero tiene una influencia muy profunda en la calidad de vida de cualquier persona.

Mensaje de Paramahansa Yogananda recibida espiritualmente por Bruno J. Gimenes
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Bruno es autor de 7 libros - Conócelos todos


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