Las trampas del inconsciente
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 26/11/2012 17:21:27
por Flávio Bastos - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
"En Egipto las bibliotecas eran llamadas tesoros de las medicinas del alma. De hecho es en ellas donde se cura la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y origen de todas las demás". (Jacques Bossuet)
Somos una asociación de valores ético-morales y creencias internalizadas durante las sucesivas vidas del espíritu inmortal. Tales experiencias determinan nuestra visión de vida, mundo y universo. Equipaje vital que refleja el nivel consciencial de cada individuo, dotado de inteligencia y libre albedrío, que renace en el planeta Tierra para una nueva jornada de aprendizaje y evolución.
Debido a la naturaleza heterogénea de los niveles conscienciales de la población terrestre, basados en el cultivo de valores y creencias individuales y regionales, ocurre lo que podemos denominar “múltiples visiones o interpretaciones” de aquello que los ojos captan y la mente informa sobre la realidad o dimensión física que nos envuelve.
En ese contexto existencial, el prejuicio y la discriminación son las principales trampas de la mente, en el sentido de que el individuo juzga lo que ve (o analiza), condicionado por el modelo internalizado de sus experiencias vitales. Sin descuidar, es obvio, la influencia de la educación parental de la vida presente.
Por este motivo, surgen las divergencias políticas, religiosas y las polémicas relacionadas a temas que inquietan a las sociedades modernas, como el aborto, la homosexualidad y la eutanasia, entre otros. Todo ello en un planeta globalizado, conectado por una inmensa red de informaciones de fácil acceso mediante Internet y demás medios de comunicación.
En medio de esta fabulosa red de interconexiones, nuestra mente aún se ve influenciada por aquello que creemos ser la realidad. Y en esta mecánica de visualización, análisis y evaluación de aquello que “vemos” a través del conjunto de valores y creencias internalizadas, proyectamos distorsiones, o sea, manifestamos desequilibrios que pueden ser de origen psíquico, espiritual o psíquico-espiritual, más conocidas como perturbaciones mentales o patologías de la mente.
Estas patologías se estructuran con las fijaciones mentales, fundamentadas por las distorsiones provocadas por lo que la mente nos informa sobre el objeto en foco. Las fijaciones mentales, por lo regular, van acompañadas de procesos obsesivos que pueden ser de origen anímico, espiritual o anímico-espiritual. Esta desarmonía vital es responsable por los vicios, juicios improcedentes, calumnias, difamaciones, envidias, celos, entro otros, que desvían al individuo de su trayectoria ascensional, manteniéndolo en una pauta conductual inalterada.
En el sentido de evaluar cuán susceptibles somos respecto de lo que la mente nos informa, tomemos como ejemplo la imagen de un marrano y observemos las varias interpretaciones que la mente humana puede sugerir acerca del objeto en foco. Es lo que veremos seguidamente mediante un ejercicio de visualización e interpretación.
Visualizar mentalmente la imagen de un marrano y elegir una de las opciones:
Un signo del zodíaco chino. Un lechón asándose al espetón. Un individuo glotón. Un ser demoníaco. Un ser de la creación divina. Un hombre de mal carácter. Un sujeto descuidado en su higiene personal. Un marranillo asado con una manzana en la boca. Un símbolo de prosperidad (hucha). Un capitalista codicioso. Un puerco chauvinista. Únicamente un cerdo. Otras opciones o ninguna de las anteriores.
Este ejercicio de visualización e interpretación de una imagen mental nos muestra la gama de opciones que tenemos de una única imagen, lo cual revela cuánto condicionamos y hacemos prisionera la mente de los conceptos preestablecidos por un conjunto de valores y creencias internalizado en el inconsciente.
Pese a ello, las trampas de la inconsciencia nos revelan también que, en los bastidores de los desequilibrios psíquico-espirituales, existe un ansia de liberación de las ataduras que nos sujetan a la materialidad de la vida, es decir, que la naturaleza humana exige del ser dotado de inteligencia la visión interdimensional de su existencia, donde la percepción ampliada libera al individuo de su condicionamiento sensorial y altera su visión de vida y de universo.
En esta dirección, el tercer milenio, con su energía transformadora, empieza a alterar positivamente un paradigma materialista que emite señales de agotamiento, representado por los modelos sociales decadentes ética y moralmente. La fase de transición que experimentamos en el año 2012, de la segunda década del Milenio de la Luz o Nueva Era, como también se le llama, revela la aparición de un número cada vez mayor de individuos dotados de una sensorialidad poco común. Una sensibilidad especial que presiona a la ciencia en el sentido de aceptar oficialmente la condición interdimensional del hombre como potencial que orientará el rumbo de las próximas generaciones de humanos.
Por tanto, liberarse gradualmente de las trampas del inconsciente es el primer paso para la fundación de una sociedad inclusiva, cimentada en valores que orientan la vida inteligente en mundos donde el amor fraternal es el combustible de experiencias sociales consolidadas. Este es el desafío del milenio que abre caminos para que el hombre dé el primer paso hacia su propia liberación.
