¡Los optimistas son más felices en el amor!
por Rosana Braga em STUM WORLDAtualizado em 20/08/2016 09:35:57
¿Eres optimista o pesimista?
Para responder con más seguridad a esta pregunta, quizá necesites saber un poco más sobre cómo piensa y actúa una persona optimista y cómo lo hace una persona pesimista.
Una de las diferencias más significativas entre esas dos maneras de ser en la vida es el hecho de que el pesimista tiende a considerar los problemas como definitivos y absolutos, mientras que el optimista tiende a verlos como circunstanciales y pasajeros.
Una buena manera de descubrir en qué modelo de comportamiento te encajas es empezar a observar cuántas veces empleas palabras tales como nunca, siempre, nada, todo y así sucesivamente. O sea, son palabras extremistas e inflexibles que los pesimistas emplean mucho cuando una situación no va bien.
La cuestión es que, en tus relaciones, los momentos más delicados son cruciales para determinar si eres capaz de superar las dificultades o si abandonas y abres mano de un amor para intentar otro nuevo. Y quizá sea exactamente esa decisión lo que está marcando toda la diferencia en tu felicidad afectiva.
Y esto tiene todo que ver con cuánto te enfocas en lo positivo y en lo negativo. En cuánto valoras las cualidades y los defectos de tu pareja. En cuánto consideras que un problema es toda la relación o es únicamente una fase o una parte de ella.
Sólo para que te hagas una idea, en una encuesta* con 54 parejas desde el día en que se casaron hasta pasados 4 años. De este número 16 de ellos se separaron y la encuesta sugirió que las parejas que logran explicar las dificultades y las diferencias con más optimismo se sienten más satisfechos en su matrimonio, y la probabilidad de que continúen juntos aumenta considerablemente.
Por otra parte, las parejas que ven las dificultades con pesimismo tienden a considerar mucho más rápidamente que el encuentro no valió la pena y desisten el uno del otro.
Observa que esto tiene que ver contigo. Con tu forma de ver la vida e interpretar los acontecimientos. Sí, porque, a fin de cuentas, ya sabemos que todos tenemos defectos y que la convivencia es un arte que dista mucho de ser fácil.
Por tanto, en la mayoría de los casos, no se trata de los defectos de otro, sino del significado que das a la dinámica de tu relación. Tiene que ver con la historia que cuentas sobre lo que el otro realmente hace. Tiene que ver con tu disposición de enfocar lo positivo.
No es fácil, pero sí es sencillo. Es, sobre todo, una cuestión de entrenamiento y voluntad.
¡De elección y decisión! Entonces, que el primer paso sea dado hacia un importante aprendizaje: ser más optimistas y crear explicaciones más positivas para los acontecimientos vividos en las relaciones.
*Encuesta citada en el libro Felicidad Auténtica, de Martin Seligman
