Me sumergí en las aguas profundas
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:33
Autor Wilson Francisco
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Traducción de Teresa
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Leonor, mi cliente, dice que "siendo aún niña, llevada por mi padre, fui bautizada en un Terreiro de Umbanda. Su salida de casa más tarde, abandonándonos, dejó marcas penosas en el alma de todos nosotros. Ese bautismo causaba en mí una sensación de miedo y tristeza. Yo era católica. Mi madre, a continuación, trató de bautizarme en la Iglesia Católica. La penosa sensación de aquel otro bautismo permaneció en mi mente y perjudicaba mi estabilidad religiosa. Yo sentía culpa y miedo por el comprometimiento realizado".
En la terapia hice la lectura de esa sensación íntima de aquel otro e indeseado bautismo y le sugerí hacer la Apelación de los 21 días del Arcángel Miguel para cortar vínculos y disolver acuerdos que empecen la vida humana. Ese bautismo, con toda seguridad, era un vínculo negativo.
El resultado fue bueno. La nube se disipó. Y completé el proceso, realizando un bautismo virtual con un lindo texto del padre Marcelo Rossi. Ella revitalizó su fe y tuvo su tutela espiritual restaurada.
Observad bien, el bautismo puede tener una importancia decisiva en la vida de una persona, porque otorga la tutela espiritual a los padrinos.
El año pasado hice un seguimiento del caso de la hija de una clienta. La chica sólo consiguió tener paz en su vida cuando me reveló que odiaba a sus padrinos.
Pedí permiso a sus padres, autorizado por ella, y realicé un Bautismo virtual, en mi sala, transfiriendo su tutela espiritual a una pareja que ella amaba. Su vida se transformó y a partir de ahí tuvo éxito en sus estudios y relaciones.
Siendo todavía un chiquillo, yo oía decir que me iría al infierno, porque no había sido bautizado. Nací espírita y en el Espiritismo no hay bautismo.
La palabra Bautismo viene del griego bapto y baptismo significa ablución, inmersión, baño.
Es el nombre que designa los ritos de iniciación en diferentes religiones y creencias.
El ritual del bautismo era una práctica muy difundida en Palestina. Provenía de los antiguos misterios de Grecia, de Egipto, de los Esenios.
Juan el Bautista utilizaba esta práctica para ayudar a las personas a modificarse.
El bautismo, por tanto, era un divisor de aguas, el marco de una vida nueva.
A partir de aquel momento el converso se disponía a ser otra persona.
Cuando preguntaban a Juan: "¿Qué debemos hacer?"
Él respondía: "Producir frutos sinceros de arrepentimiento. Aquel que tiene dos túnicas, dé una al que no tiene ninguna. Y quien tiene para comer, comparta con el que pasa hambre". (Lucas, cap. III).
La costumbre de bautizar no tiene su origen en el Cristianismo, pues en los relatos de diferentes sectas, de pueblos de la Antigüedad, encontramos referencias a baños purificadores, aspersiones e inmersiones que preparaban a los creyentes para el culto a sus divinidades.
Fue Juan quien dio inicio a la práctica del bautismo entre los judíos de modo popular. Él sumergía a la persona en las aguas del Jordán, en un acto simbólico de bautismo, para anunciar la venida de Cristo e invitar al pueblo a arrepentirse de sus pecados y postularse a una renovación moral.
Es lo que se hace evidente en pasajes como estos: "Arrepentíos, haced penitencia, porque es llegado el reino de los cielos".
"Yo, en verdad, os bautizo con agua para llevaros a la penitencia; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, cuyas sandalias no soy digno de lavar; él os bautizará con el Espíritu Santo y con el fuego".
Aquí, Juan el Bautista deja claro que Jesús bautizaría a las personas ya no con agua, sino con el Espíritu Santo y con el fuego.
El bautismo de agua empleado por Juan era simbólico, significando el arrepentimiento de los errores; el bautismo de fuego simboliza el esfuerzo por hacerse mejor; el de Espíritu Santo simboliza alcanzar la sintonía y el intercambio sutil con la espiritualidad superior.
El bautismo de fuego, preconizado por Jesús, significa la lucha que los hermosos y nobles ideales del Cristianismo han tenido que enfrentar y continúan enfrentando, para que los privilegios, la tiranía y el fanatismo lleguen a desaparecer de la faz de la Tierra, cediendo lugar a un orden social fundado en la justicia, en la libertad y en la concordia.
Yo entiendo que el hecho mediúmnico auténtico, con la presencia de los Espíritus del Bien, representa la "venida" del Espíritu Santo.
Las "lenguas de fuego" simbolizan la presencia de la Luz Divina diseminándose por la Tierra para iluminar y transformar a los seres humanos que habitan el Planeta Azul.
Y llegan a través de médiums, sensitivos, reveladores. De todas las creencias y religiones. ¡Seres con dones carismáticos!
Los discípulos recibieron el bautismo del Espíritu Santo el día de Pentecostés, en el Cenáculo de Jerusalén, donde, según los Hechos de los Apóstoles, por primera vez se registró ese grandioso hecho histórico del Cristianismo, en que se produjo el derramamiento del Espíritu en forma de lenguas de fuego sobre los Apóstoles.
Se puede decir que en ese episodio se dio el bautismo de la humanidad, tutelada por los Ángeles del Bien bajo la dirección de Jesucristo.
María Elita es católica practicante. Con un grupo de la Iglesia que frecuenta fue a Israel y realizó su gran sueño, visitar los lugares donde Jesús vivió.
Se emocionó. La sensación de quienes recorren los Lugares Santos es indescriptible, dice ella. Por fin, recibió el bautismo en las aguas del Río Jordán.
Misión cumplida. ¡Sueño realizado! Sí, la presencia de Jesús dejó marcas en la Tierra y en el corazón de esa voluntariosa mujer quien, a los 80 años, ¡tiene el valor de realizar sueños!
Y más que eso, ella está siempre con los brazos abiertos para acoger a todas las personas, en su casa, sin distinción de credo o posición social y da, con sus gestos de cariño, a cada uno, Su Tutela Espiritual
