Mujeres, no os matéis por no ser esposas y/o madres
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 11/05/2015 11:40:07
por Claudia Isadora Fernandes de Oliveira - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Noticia aterradora la que he leído ahora por la mañana: “Inglesa se suicida por no estar casada y con hijos a los 30 años”.
El reportaje dice que había perdido recientemente a su madre por culpa de un cáncer. Era directora de un hospital, tenía buena salud, tenía novio, pero estar soltera y sin hijos antes de convertirse en balzaquiana era motivo suficiente para el suicidio.
Es decir ¿la mujer sólo es feliz cuando es esposa y madre? Hubiera querido poder decirle: “Hija, el mes que viene cumplo 36 años, sin novio, sin marido y, mucho menos, hijos. Vivo sola con dos gatas. ¿Cuál es el problema? A cada día que pasa me siento bien y satisfecha con lo que soy, con lo que viene sucediendo en mi día a día. Claro que yo también deseaba que me sucediese y todavía lo deseo.
Tengo mis días de tristeza, sí. Pero ya no los expulso de mi vida como antes. Los dejo que lleguen, que me cuenten sobre ellos, a qué han venido. Satisfechos porque los he escuchado, se van. No permanecen. Ya no se sienten rechazados, entonces ya no se empeñan en quedarse. No se sienten bien, quedan descolocados, pues tengo tantas cosas que realizar, sueños que concretizar, cine para hacer, teatro para interpretar, amigos que mantener y conquistar, viajes que hacer, aprendizajes que adquirir, autoconocimiento del que apoderarme, que ellos sólo saludan, vienen para una charla rápida y se van. Sin resquemores.
En esos mundos de Dios hay mucho más que hacer aparte de ser madre y esposa. Y además hay otra cosa, que ahora tú debes estar sabiendo amargamente: hay vida después de la muerte. Deseo para ti que ahora te ames más, con independencia de lo que te esté pasando. Aunque (te sientas) sola, no te abandones. Lo cierto es que no lo estamos. Tenemos a nuestro ángel de la guarda o mentor o espíritu superior, que nos guía y protege. Sin contar a los seres queridos, de esta reencarnación o de otras, que siempre andan por cerca. Quitate el velo de tu dolor para poder verlos. Pide ayuda. Ora. Lo mejor está por venir. Siempre”.
Claudia Isadora Fernandes de Oliveira
