NO ES ATAQUE, ¡ES DEFENSA!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 01/06/2015 10:32:36
por Mônica Turolla - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
Somos seres racionales, tenemos libre albedrío.
Sin embargo, no siempre hacemos uso de nuestro libre albedrío.
A fin de cuentas ¿en qué consiste el “libre albedrío”? Libre albedrío es la capacidad de elegir. Somos libres para elegir lo que deseamos para nosotros.
La pregunta es: ¿por qué muchas veces dejamos nuestro bienestar de lado y nos permitimos sentimientos que nos hacen sentir mal?
¿Por qué muchas veces perdemos el control? ¿Por qué es tan difícil mantener el mando sobre nuestras acciones, en vez de abandonarnos a nuestras reacciones?
Ahora bien, el libre albedrío está ahí, ¡y el instinto también está! El instinto nos sirve para la sobrevivencia, las reacciones instintivas están en función de mantener nuestra vida, de evitar nuestra extinción.
Estamos acostumbrados a permitir las reacciones instintivas, reacciones de defensa, y a menudo estas reacciones parecen un ataque, aunque en el fondo sean defensa. ¿Cuántas veces habremos comentado que frente a tal situación hemos perdido el control, hemos hecho algo sin pensar (o sea, por instinto)? En realidad estábamos actuando instintivamente, defendiendo nuestra sobrevivencia.
Ante una situación que identificamos como susceptible de hacernos perder el control, siempre podemos detenernos, respirar y percibir lo que “realmente” está sucediendo, tomar conciencia (con-ciencia). Las más de las veces nuestra reacción es desproporcionada a la situación, siempre podemos minimizar nuestras reacciones utilizando la consciencia del hecho en sí. La costumbre de dejar que la emoción hable más fuerte por lo regular nos perturba, pues no siempre las situaciones merecen el desgaste de energía que causan.
Según mi modo de ver, la mayoría de las personas no ataca, no es agresiva en realidad. La mayoría de la gente se defiende, porque siente o piensa que será atacada. Se sienten atacadas y entonces se defienden atacando.
Yo propongo que a partir de ahora pongamos nuestra atención en esto. Que empecemos a utilizar nuestro libre albedrío para evitar reacciones que nos causen malestar, actuando de forma educada, y no reaccionando.
¡Que tomemos el timón de nuestro bienestar, que nos mantengamos al mando de nuestra felicidad!
