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¿Por qué nuestra evolución tiene que hacerse en el Astral inferior y no en el Plano Astral superior

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 09/01/2010 10:48:17


por Mauro Kwitko - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

Hemos venido del plano astral superior a un plano más denso e imperfecto (astral inferior), para que, en la interacción con las dificultades inherentes a este nivel evolutivo, nuestras imperfecciones salgan a la superficie y tengamos entonces la posibilidad de lidiar con ellas, teniendo por objetivo su mejora o eliminación. Esto no puede ocurrir cuando estamos desencarnados en el astral superior, debido a la elevada consciencia vigente allí, que hace que no existan los testes y las pruebas comunes aquí. Allá arriba, por la elevada frecuencia vibratoria del lugar, son activados nuestros chakras superiores y manifestamos nuestras superioridades; por eso volvemos aquí: para encontrarnos con nuestras inferioridades, que allá permanecen ocultas. Pero cuando las encontramos, echamos la culpa a los padres, a la familia, a la vida a los demás, a la sociedad...

Hemos venido a buscar los rescates y armonizaciones con antiguos compañeros de viaje, que generalmente vienen en nuestra familia, o vamos encontrándolos durante la vida. Pero para llegar a esto, en primer lugar hemos de ir curando nuestras inferioridades: orgullo, vanidad, resquemores, ira, resentimientos, etc.

Esas nociones y tantas otras respecto de la reencarnación, que han permanecido limitadas tan solo al campo de la religión, principalmente de la religión espírita, tienen ahora que ser incorporadas también por la psicología y por la psiquiatría, a fin de que nuestros problemas y conflictos sean mejor comprendidos. También la medicina, y eso ya está sucediendo, va a comprender que no somos solamente ese cuerpo físico visible, sino que tenemos otros cuerpos sutiles, que es donde verdaderamente comienzan las enfermedades. La psiquiatría, un día, cuando entre en el campo de lo invisible, comprenderá qué son esas voces “imaginarias”, qué son las “alucinaciones”, etc., y descubrirá que eso a que denomina “paranoia”, “esquizofrenia”, “trastorno bipolar”, etc., comúnmente son emersiones de nuestras personalidades de otras vidas, generalmente acompañadas de otras personalidades intrusas, los llamados obsesores.

Está llegando un nuevo milenio, y con él una nueva psicología, una nueva medicina y una nueva psiquiatría. Y los médicos, los psicólogos, los psiquiatras y los psicoterapeutas en general, que creen en los principios reencarnacionistas, ya no pueden trabajar solamente con nuestro cuerpo visible y las enfermedades físicas, y con este tránsito terrestre, a que se llama equivocadamente “la vida”. Es preciso coherencia; quien cree en la reencarnación debe vivenciarla en su día a día y no solo cuando está en su centro espírita o leyendo sus libros en casa. Así camina la humanidad, a pasos lentos, pero siempre avanzando. Entonces, ¡vamos adelante!

Reencarnamos para intentar mejorar cierta tendencia a manifestar pensamientos y sentimientos aún inferiores (personalidad congénita), pasando por situaciones que los hacen aflorar y trasparecer (gatillos), con el objetivo evolutivo de enfrentarlos y vencerlos (la misión). Entonces, aquí estamos, nuevamente, y repetidas veces, para encontrar nuestras características negativas y modificarlas positivamente. Estamos proponiendo que, en vez de hacernos las víctimas y crear toda una problemática psicopatógena en relación con la infancia, basada en el resentimiento, en la tristeza, en el rechazo, en la rabia, etc., pasemos a encarar de modo diferente esas situaciones y entonces, quién sabe, agradezcamos al destino por haberlas colocado en nuestro camino, pues así sabremos lo que hemos venido a curar en nosotros (la reforma íntima).
¿por qué alguien ha necesitado venir hijo de aquella madre? ¿qué hubo entre ellos en encarnaciones pasadas? El hijo puede haber sido su marido, su patrón, su verdugo... Dios nunca equivoca el objetivo.

Reencarnamos para encontrar nuestras imperfecciones, pero cuando las encontramos muchas veces no nos gustan las personas y/o las situaciones que las hacen aflorar. Y entonces sentimos rabia o resentimiento contra aquella persona, pero en verdad, estamos exteriorizando nuestra rabia y resentimientos congénitos, que han nacido con nosotros, lo cual es distinto a pensar que la rabia y el resentimiento han surgido en la infancia. Por poner un ejemplo: una persona refiere un fuerte sentimiento de rechazo y resquemor por haberse sentido abandonada y no querida durante la infancia. Considera que la causa de eso ha sido el hecho de no haber su padre asumido la paternidad y haber abandonado a la familia. Revela, desde pequeña, una postura ante la vida calzada en esos sentimientos y durante su vida frecuentemente se siente triste, lastimada, y con la sensación y el miedo a ser rechazada. En cambio, otras innumerables personas, que cuando pequeñas han pasado por situaciones semejantes, no refieren esos pensamientos y sentimientos o, al menos, no a un nivel tan profundo. ¿por qué? Claro que factores atenuantes como atenciones y orientaciones de los demás familiares, atención psicológica precoz, etc., ayudan a que esto no se produzca de modo grave. Pero la explicación para el hecho de que aquella persona haya demostrado enormes sentimientos de abandono y rechazo, o sea, haya sentido aquella situación de un modo tan intenso y otras personas que han pasado por situación semejante no la hayan sentido con tanta intensidad, es que ella ya traía consigo esa tendencia, la tendencia a sentir de ese modo, de situaciones semejantes vivenciadas en encarnaciones anteriores, lo cual ha sufrido en esta encarnación un nuevo refuerzo, por la actitud paterna.Y ¿por qué su alma ha necesitado pasar por esa situación en esta encarnación? Muchas veces tenemos contacto con nuestros futuros padres antes incluso de comenzar nuestra materialización intrauterina, y entonces podemos conversar con esa persona sobre ello en las charlas de psicoterapia reencarnacionista. ¿por qué ella, que trae abandono y rechazo para curar, oriundos de encarnaciones pasadas, necesita pasar por una nueva vivencia encarnativa semejante? Si recordamos que hemos bajado del astral superior para encontrar nuestras inferioridades, ella puede haber necesitado esa experiencia para que esos antiguos sentimientos aflorasen y pudiese entonces entrar en contacto con ellos, haciendo posible el trabajarlos y curarlos. Si alguien trae resentimiento y sensación de abandono para curar en su espíritu, necesitará de personas o situaciones que hagan aflorar esto. ¿y la ley del retorno? ¿quién sabe en alguna vida pasada ella abandonó a ese espíritu que es su padre actualmente, y en ese caso ella no es una víctima sino coadyuvante en todo este proceso? En las regresiones, algunas veces el abandonado y rechazado hoy y en vidas pasadas se ve como un abandonador y rechazador en vidas aún más pasadas... Nuestra alma colabora en la creación de nuestras experiencias terrenas por una necesidad de crecimiento, que implica eliminar esos seculares o milenarios sentimientos y pensamientos negativos, o sea, reencarnamos para eso, para esa “limpieza”, y entonces debemos hacerla, y no mantener o incluso agravar esos sentimientos. Esto es lo que significa decir que nosotros hemos pedido eso... No hemos sido nosotros, nuestros egos, ha sido nuestra alma, en conjunto con la gran alma (Dios). Pero si consideramos que todo ha comenzado en la infancia, que somos una víctima, que nuestro padre – o nuestra madre – es el villano, vamos a pasar años y años en terapia hablando sobre eso, hasta que un día nuestro cuerpo físico muere, subimos al astral superior, encontramos a nuestro mentor espiritual, que se sienta con nosotros en un banco en aquel lindo jardín, abre un telón y nos dice: ¿vamos a examinar algunas de tus vidas pasadas?


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