Pregunte a Osho - Parte 8
por Izabel Telles em STUM WORLDAtualizado em 15/02/2006 11:22:29
Traducido por Melissa Park - [email protected]
La carta que escogimos para hoy es la que fue bautizada por Osho como Orientación, en su libro El tarot Zen (Editora Cultrix).
Si usted accesó a esta columna recién hoy le aconsejo que entre en mi site (que está abajo) y lea desde la primera parte para informarse sobre nuestra propuesta de trabajo.
Si usted no sabe quien es Osho (que fue descrito por el Sunday Times, de Londres, como uno de los “mil creadores del siglo XX”), voy a transcribir una pequeña frase donde él se autodefinió: ... “por haber estado con muchos maestros, jamás fui un discípulo. Yo era un peregrino vagando por muchas vidas, entrecruzándome con diferentes tradiciones, convivir con diversos grupos, escuelas, métodos, mas jamás pertenecí a alguien.... usted no podrá aprender siguiendo una única vía. Es otro mi modo de ser. He sido una abeja yendo de una flor a otra, a recoger diferentes perfumes. Por eso, estoy conforme con el Zen, conforme Jesús, conforme con Patanjali, o con los diversos caminos, a veces, diametralmente opuestos. En tanto, a mi modo de ver, existe una armonía oculta”...
Y es sobre esta armonía oculta es que la carta de hoy va a hablar.
Mirando bien la ilustración, usted ya queda con una primera idea de lo que esta lámina quiere transmitir: un ángel multi colorido vuela por el espacio ilimitado llevando consigo la figura de una mujer: no encuentro expresión más linda para definir a nuestro maestro interior que esta representación.
Pero, si nota bien va ver que la figura femenina está con el rostro vuelto para esta figura angelical. Que quiere decir esto? Quiere significar que muchas veces damos la espalda a nuestro bien más precioso: nuestra protección, nuestro guía interno, nuestro maestro, nuestra intuición: aquella voz que viene del corazón y que habla primero que nuestro cerebro.
Y por que hacemos eso? Porque estamos viciados en creer apenas en aquello que vemos con nuestros ojos, o palpamos con nuestras manos o pies. Los estímulos del mundo externo son, para nosotros, mucho más reales que nuestra sabiduría interna. Por eso nos tornamos discípulos de alguien, fanáticos de una religión o camino, apegados a personas que nos rodean, creyendo que son ellos nuestros guías. Vana esperanza! Nuestro guía no está fuera de nosotros. Está dentro de cada ser.
Cuando escribí mi segundo libro Cierre los Ojos y Vea (Feche os Olhos e Veja) (Editora Ágora) tenía eso en mente. Y en las propuestas que allá hago para la práctica de ejercicios con imágenes mentales mi objetivo también fue llevar al lector a conocer sus imágenes, y entablar con ellas un diálogo regenerador.
Literalmente es eso que la carta dice. Acompañe: “La verdad de su propio ser más profundo está intentando mostrarle el camino a seguir en este exacto momento y, cuando esta carta aparece, significa que usted puede confiar en la orientación interior que le está siendo dada. Esta orientación viene por medio de susurros, y algunas veces podemos dudar, sin saber si comprendemos correctamente. A pesar de eso, las indicaciones, son claras: siguiendo su guía interior usted se sentirá más pleno, más integrado, como si estuviese moviéndose a partir del centro do su propio ser. Si usted la acompaña, esa célula de luz lo conducirá exactamente donde usted precisa ir”.
En tanto, no siempre es fácil escuchar esta voz interior. Para eso es preciso calma, sosiego, paz. Si usted siente que un ejercicio con imágenes mentales podrá ayudarlo a encontrar a su guía interno, intente este. Hágalo por 7 días siempre al despertar y, si siente que resultó, repita por 14 días más, completando un ciclo de 21 días. O continúe haciéndolo siempre que lo sienta necesario. Si estuviera haciendo otro ejercicio no mezcle. Espere que el otro acabe para comenzar este.
Ejercicio para encontrar a su maestro interior.
Sentado, con los ojos cerrados, pies firmes en el suelo, manos apoyadas en las piernas con las palmas volteadas para dentro, respire calmadamente tres veces y lleve su atención para su intención (que está en el título del ejercicio) y vea, sienta, escucha, perciba o imagine que entra dentro de su corazón por el orificio de su cuerpo que crea mejor. Examine bien el ambiente de su corazón. Si estuviera apretado amplíe el espacio. Si estuviera oscuro ilumine con luz color de rosa. Si las paredes fueran opacas substitúyalas por cristales translúcidos. Camine entonces para el centro de su corazón llamando a su maestro. Cuente lentamente y mentalmente hasta 6 y vea o imagine que ve una puerta que se abre y por ella entra su maestro. Vaya al encuentro de él. Abrácelo y sea abrazado por él. Escuche el consejo que él tiene para darle. Entonces marque un encuentro con él para volver a verlo todos los días. Y sintiendo que encontró su maestro, despídase de él, salga de su corazón por el mismo camino que usó para entrar en él y sintiéndose pleno, leve, alegre y firmemente sentado en la silla, respire y abra los ojos.
Cual fue el consejo que él le dio? Escriba el consejo en un cuaderno que reservó sólo para eso.
Estaré atendiendo en Lisboa hasta el día 6 de marzo. Contactos en mi e-mail
