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¿Qué es Tao?

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 08/09/2014 11:31:52


por Marco Moura - [email protected]

Traducción de Teresa - [email protected]

"Dao" (o "Tao") significa "camino". En el sentido corriente, suponemos que el camino sirve para llegar a un destino y nada más. Así, damos cada paso pensando en el final de la andadura, vivimos el día de hoy pensando en el mañana; y el presente va siendo abandonado. Esa idea restricta de camino no es lo que consideramos ser el verdadero camino.

En la antigüedad el sabio Lao Zi utilizó el ideograma "Dao" para simbolizar la esencia oculta de la vida y de toda la existencia. Camino da idea de continuidad, de movimiento. Siendo el potencial de creación del universo un camino infinito, no existe en él algún destino más adelante - la finalidad del camino es cada paso, cada momento. Todo es ahora exactamente lo que debe ser. Esa convicción nos asegura la paz.

El Dao, el Taiji, la naturaleza y el hombre

El Dao tiene como emanación el Taiji (Tai Chi), que es el principio de equilibrio de la naturaleza. El Taiji opera la vida manifestada por medio de un sistema auto-regulador. Toda la naturaleza está proyectada para entrar en equilibrio. El Taiji es el eje oculto que permite que el ritmo se establezca en la balanza de la existencia, dando origen a las leyes de la naturaleza, la de acción y reacción, la de causa y efecto, el yin y el yang. Debido a ese principio, hay una alternancia continua entre el día y la noche, entre las estaciones del año, entre la inspiración y la espiración, etc. Siguiendo ese ritmo todo entra en armonía.

El hombre, por ser emanación de la naturaleza y operado por el Taiji en conformidad con el Dao, es también un sistema auto-regulador. En esencia, el hombre es equilibrio. Su organismo se adapta a las más diferentes condiciones cuando sigue un ritmo natural. Al herirse, el tejido se regenera; al enfermar, el sistema inmunológico elimina el parásito; en los diferentes climas, la temperatura del cuerpo se adapta. Esto porque nuestra naturaleza está en sintonía con el Dao y hay un flujo constante de ch'i (energía vital) que asegura nuestra capacidad de adaptación.

No obstante, no es esa nuestra realidad permanente. Vivimos gran parte del tiempo desregulados. Nos ponemos enfermos física y mentalmente, nos sentimos incómodos y buscamos salir del estrés a toda costa. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado con nuestro sistema auto-regulador? Se ha desintegrado.

El hombre desregulado

Lo que nos permite el equilibrio es la naturalidad. El flujo del ch'i de la naturaleza en armonía con el nuestro hace que permanezcamos en equilibrio. Cuando se produce un corte en ese flujo, el ch'i no fluye adecuadamente, y la falta de flujo va contra el principio de la vida, que es el constante movimiento. La interrupción del flujo de ch'i lleva al declive de la vitalidad y al proceso degenerativo del cuerpo y de la mente. Frente a situaciones de la vida que exigen de nosotros una adaptación natural, no somos capaces de dar cuenta. El flujo vital es cortado o bloqueado por hábitos desreguladores, como el sueño inadecuado, la alimentación inapropiada, el estudio excesivo, el sexo en exceso, la exposición a temperaturas extremas etc. El mayor bloqueo, sin embargo, está causado por la mente. La mente tiene un poder autodestructivo muy fuerte, capaz de generar pensamientos más dañinos que las armas.

La mente desconectada del momento presente disgrega en lugar de integrar, por tanto, corta energéticamente el flujo de ch'i. Ella se interpone en nuestra conexión con el Dao. Cuando no confiamos en el ritmo de la vida e intentamos elaborar estrategias mentales para adecuar la vida a nuestra presunción, vivimos en el mundo de los pensamientos y perdemos contacto con la realidad. Generamos conceptos, juicios y otros devaneos que informan a nuestra mente de que el momento presente es menos importante que el mundo mental. Tratando de ser más listos que la naturaleza, creamos conflictos e interrumpimos el flujo de la armonía. Sin esa conexión con el Dao nos sentimos vacíos e incapaces. Procuramos contrapesar ese vacío con algo externo que nos colme, lo cual lleva siempre a la frustración.

Caminos para el Dao

Frente a esa angustia, es urgente reconectarnos con a energía vital, con nuestra fuerza original que viene de la naturaleza. Es necesario encontrar el flujo del Dao y entrar en sincronía con él. La práctica de la meditación es el principal medio de sintonizarnos con la esencia de la vida y abandonar el cúmulo de impurezas mentales que crea la insatisfacción con el momento presente. El Taijiquan (tai chi chuan) es asimismo una práctica destinada a integrarnos al Dao por medio de ejercicios conscientes que representan los movimientos de la naturaleza. Tanto por medio de la meditación como del Tai Chi Chuan o de otras prácticas integradoras, nos armonizamos conscientemente con el ambiente, con el cuerpo, con la respiración y con el estado mental - sin juzgar y sin conceptualizar.

Al abandonar la artificialidad y rescatar la naturalidad, damos abertura a la sabiduría de la vida. Conscientemente, y con atención plena en el presente, nos reconectamos al Dao.

Marco D. Moura
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