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¿QUÉ SON LOS FLORALES?

por WebMaster em STUM WORLD
Atualizado em 28/10/2017 08:30:10


Autora Héllen A. Carvalho
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Traducción de Teresa
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Esencia floral o elixir floral es la denominación convencional para un preparado natural, generalmente elaborado a partir de flores maduras, plantas o incluso arbustos, al cual se agrega brandy o alcohol natural como conservante. El resultado es una solución hidroalcohólica diluida que no posee principios activos y que por este motivo no produce ningún efecto fisiológico, biológico u orgánico. Los preparados normalmente se administran vía oral y no presentan toxicidad a dosis habituales.
Se trata de una terapia creada entre los años 1928 a 1936 por el Dr. Edward Bach, médico homeópata, bacteriólogo e inmunólogo.
La terapia floral pretende contribuir al equilibrio de las emociones del paciente. O sea, procura reducir o eliminar estrés, depresión, pánico, desesperación, sentimientos de culpa, fatiga física o mental, soledad, tristeza, indecisión, sensibilidad excesiva, celos, odio, amarguras, todo tipo de miedos, ansiedades y preocupaciones que una persona pueda estar sufriendo.
El Dr. Edward Bach nació el 24 de septiembre de 1886 en Moseley, una pequeña localidad cerca de Birmingham, Inglaterra. Con diecisiete años se alistó en el Cuerpo de Caballería de Worcestershire. En aquella época él no se conformaba con los tratamientos paliativos que sus colegas trabajadores recibían, y creía en la existencia de un medio de curar realmente, incluso las enfermedades tenidas por incurables. Con veinte años entró en la Universidad de Birmingham.
Terminó los estudios en 1912, haciendo las prácticas en el “University College Hospital” de Londres. Además de los diplomas y títulos que obtuvo al licenciarse, recibió también los títulos de Bacteriólogo y Patólogo, en 1913, y el diploma en Salud Pública, en 1914.
En el año de 1917 fue rechazado para servir en la Primera Guerra Mundial, probablemente por su frágil salud. No obstante, se le hizo responsable de 400 camas en el “University College Hospital”, así como del trabajo en el Departamento de Bacteriología y también como asistente clínico del Hospital de la Escuela de Medicina (período de 1915 a 1919). Trabajó incansablemente, aun cuando no se sentía demasiado bien, y tras avisos constantes de principios de agotamiento, que no fueron respetados, sufrió una severa hemorragia en julio de 1917. Sometido a una operación quirúrgica de urgencia, se le comunicó que quizá no le quedasen más que dos o tres meses de vida.
Sin embargo, en notando cierta mejoría, reunió sus fuerzas y se fue al laboratorio a trabajar. Pasó a dedicarse a la investigación, día y noche. Aparte de no pensar en la enfermedad por tener su mente ocupada, volvía a trabajar en función del objetivo de su vida, el cual le daba energía para proseguir. En poco tiempo estaba totalmente recuperado.
Empezó a ser cada vez más reconocido por sus descubrimientos en el campo de la bacteriología. Trabajó a tiempo exclusivo para el “University College Hospital”, y después como bacteriólogo del “London Homeopatic Hospital”, permaneciendo allí hasta 1922.
El Dr. Edward Bach comprendió que el origen de las enfermedades podría provenir de siete defectos: orgullo, crueldad, odio, egoísmo, ignorancia, inestabilidad mental, codicia y gula.
Indicó siete caminos para el equilibrio emocional, que serían; paz, esperanza, alegría, fe, certeza, sabiduría y amor.
Y su concepto de salud sería: armonía, integración, individualidad e integridad.
Lo importante sería que el alma y la personalidad estuviesen en perfecta sintonía por medio del equilibrio emocional. Las esencias florales de Bach tratarían a la persona y no a la enfermedad, la causa y no su efecto.
Fue en esta situación cuando conoció la doctrina y los principios de Hahnemann, a través de su libro básico: el “Organon del Arte de Curar”, escrito más de cien años antes, que curaba valorando los síntomas mentales en detrimento de los físicos.
En 1926 publicó con C.E. Wheeler el “Cronic Disease. A Working Hypothesis”. En esta época los Nosodes intestinales, ya conocidos como Nosodes de Bach, eran utilizados en toda la Gran Bretaña y también en otros países.
Bach empezó entonces a intentar sustituir los Nosodes por medicamentos preparados con plantas, y fue a estas alturas cuando empleó el sistema homeopático de dilución y potenciación, con dos flores que trajo de Gales, en 1928. estas plantas eran Impatiens y Mimulus. Poco más tarde también utilizó Clematis. Los resultados fueron supuestamente animadores. También en esta época empezó a separar a los individuos por grupos de semejanza de comportamiento, como si sufriesen el mismo problema. Él mismo cuenta que esto sucedió después de haber ido a una fiesta, donde se quedó en un rincón observando a las personas, cuando ahí tuvo una corazonada. Bach supuso que debería existir un medicamento que aliviase ese sufrimiento común a cada grupo de individuos.
En 1930 decidió abandonar toda su rentable actividad en Londres, el consultorio de la Harley Street y los laboratorios, para buscar en la naturaleza ese sistema de cura que había idealizado desde pequeño, y al que le parecía estar acercándose. Tenía entonces 44 años. Partió para Gales. Al llegar, descubrió que había llevado por error una maleta con calzado, en lugar de otra que contenía el material necesario para la preparación de medicamentos homeopáticos: almirez, frascos, etc. Esto acabó impulsándolo más rápidamente hacia el descubrimiento de un nuevo sistema de extraer las virtudes medicamentosas de las plantas. La homeopatía no estaba lejos, pero no era exactamente lo que andaba buscando. Dejó, por tanto, la fama, el confort y un lugar de destaque en la sociedad médica londinense. Antes de ir, quemó todo lo que ya tenía escrito hasta entonces y dejó el resto del trabajo para que lo concluyesen los colegas y auxiliares que trabajaban con él.
No obstante, fue animado por el Dr. John Clark, director del periódico médico homeopático “Homeopathic World”, que había puesto a su disposición ese periódico suyo, para que Bach publicase sus descubrimientos. Oportunidad que Bach aprovechó totalmente.
En otoño de 1935 descubrió el Mustard, último de los 38 florales. Murió mientras dormía, el 27 de noviembre de 1936 (de una parada cardíaca, a la edad de 50 años) en su casa de Mont Vernon, en Gran Bretaña, donde hoy funciona el Bach Centre y donde se recogen las flores y se preparan las esencias.
Según el Dr. Edward Bach, debe ser tratada la personalidad de la persona y no la enfermedad. La enfermedad sería el resultado del conflicto entre el alma (Yo Superior – la parte más perfecta del Ser) y la personalidad (Yo Inferior – lo que nosotros somos, en nuestro día a día). Decía él: “El sufrimiento es mensajero de una lección, el alma envía la dolencia para corregirnos y colocarnos de vuelta en nuestro camino. El mal no es más que el bien fuera de su lugar”.


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