Sabor de Plenitud...
por Rubia A. Dantés em STUM WORLDAtualizado em 05/11/2011 11:36:46
Traducción de Teresa - [email protected]
Un nuevo tiempo que se anuncia puede ser recibido de muchas formas... Con esperanza, con incertidumbre... con alegría... con miedo... con Amor... y con un torbellino de emociones, que nos acometen frente a tantas especulaciones sobre lo que realmente está ocurriendo con el planeta y con cada uno de nosotros...
El otro día asistí a un vídeo de un joven argentino, Matías de Stefano, que tiene el don de acceder a informaciones de allende la tercera dimensión... él recuerda... y habla sobre muchas cosas, incluso sobre 2012...
En dado momento, dijo algo que también pienso que sucede, y a lo cual nunca estamos atentos...
Porque no hay que temer lo que puede pasar, no hay que ser catastrofistas o sensacionalistas, sino que depende de cada uno de nosotros cómo vivir esa realidad. Aquel que quiere y pretende vivir el apocalipsis, del cual hablan tantas personas, va a verlo. Va a vivirlo y a sentirlo. Aquel que está equilibrado en su conciencia, en su corazón, y especialmente en su estómago (plexo) que es el Yo Soy, ese no va a vivir el apocalipsis. Eso no será porque algún extraterrestre vaya a llevarlo fuera del planeta, sino porque él no va a ver el apocalipsis como algo destructivo, sino como una posibilidad de cambio. Es solamente un cambio. Entonces, no hay que tener miedo. No creas en los desastres naturales que la gente dice que van a ocurrir. Pues tú ya los estás viviendo, ya han comenzado. Y nadie dice que es el fin. El proceso ya está sucediendo. Es solamente un cambio. Es un momento en que un período de tiempo llega al fin. La noche del Sol termina y comienza su naciente. Salimos del invierno, empieza la primavera. Un nuevo día cósmico comienza...
Me gustó escuchar las cosas que decía, y muchas cuadran con lo que yo siento, en especial esa parte, porque considero que es un acontecimiento cíclico, natural, de muchas transformaciones... el final de un gran ciclo para el comienzo de uno nuevo, con otra vibración... pero la forma en cómo pasa cada cual por ese tiempo determina la experiencia que habrá de tener.
Creamos nuestra realidad y la estamos creando momento a momento, la mayor parte de las veces sin darnos cuenta... así, cuando sujeto una linterna en la mano y enfoco aquella lámpara en alguna cosa para iluminarla, y después en otra, eso es lo que voy a manifestar en mi realidad.
Hay que estar atentos a lo que estamos enfocando porque cuanta más energía ponemos en las cosas, más creemos en ellas y más las manifestamos... Nosotros no nos damos cuenta siquiera de cómo somos llevados por los acontecimientos, por las noticias y, cuando nuestro interés se enfoca en algo, es bueno recordar que estamos ayudando a crear aquella realidad...
Creemos en las cosas, pasamos a defenderlas como verdades y las atraemos a nuestra realidad...
¿Por qué no enfocar nuestra atención en una realidad más plena y feliz?
Ayer por la noche, con esas ideas en la cabeza, intentaba imaginar cómo sería una nueva Tierra, en la cual todos los seres se sentirían felices... Al principio no vino nada... porque pensaba que tendría que crear en mi mente situaciones que conozco, de lugares bonitos, personas felices...
Permanecía quieta solo con una intención que fuese buena para todos... y para la Madre Tierra.
Y, de pronto, algo brotó dentro de mí... una sensación maravillosa, que ya no recordaba desde hacía mucho tiempo... Me veía en un lugar de muy especial naturaleza, donde una atmósfera mágica me hacía sentir plena y feliz... e iban llegando imágenes de ese lugar y de otros, pero lo importante era aquella sensación que no sé cómo describir... Permanecí disfrutando de aquellos momento mágicos que estaban perdidos en un profundo rincón de mi corazón. Y comprendí que la nueva Tierra... donde me gustaría vivir, está entreverada por esa atmósfera de magia y encantamiento... con cierto aire de floresta antigua... y que ella está dentro de cada uno...
Lo que es eterno no muere... solo permanece esperando que tengamos acceso nuevamente al mismo pulsar que un día nos hizo sentir un sabor de plenitud...
