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Sexo, Amor, Erotismo y Pornografía - Parte 4

por Flávio Gikovate em STUM WORLD
Atualizado em 09/06/2008 12:42:06


Traducción de Teresa - [email protected]

ARTE, EROTISMO Y PORNOGRAFIA

El sexo, así como la reflexión sobre sus peculiaridades es, como ya hemos dicho, agradable, y la excitación es gratificante de por sí. Ejercer la imaginación y crear fantasías acerca de todas las posibilidades sexuales es una de las sensaciones buscadas por nuestros devaneos, nuestros “sueños mientras estamos despiertos”. No creo que sea correcto pensar, como supuso Freud, que la inspiración para las artes se origine siempre por ese camino. No obstante, no resta la menor duda de que ese es uno de los ingredientes de la producción artística, cuando menos en lo que concierne a la pintura y a la escultura. Los desnudos de varios pintores en todas las épocas se cuentan entre las más famosas obras que abarrotan los museos. Lo mismo ocurre con las esculturas: son muy comunes los desnudos, tanto de figuras masculinas como femeninas.

En la poesía y en la literatura en general, así como en la música, las cuestiones del amor ocupan espacios importantes. Amores fracasados, las imposibilidades para su realización, las traiciones y abandonos forman parte integrante de los textos clásicos de todos los pueblos. Está, de todos modos, el proceso de sublimación, en que se crean obras superiores a partir de procesos instintivos groseros. El arte es esto y algunas cosas más, ligadas a la creatividad, cuyo proceso íntimo aún no hemos podido conocer.

Cuando esa producción de fantasías sexuales bajo la forma de diseños, fotografías, películas, libros etc. tiene por objeto provocar directamente la excitación, decimos que se trata del ejercicio del erotismo. El erotismo sería parte del mismo camino de las artes, sólo que menos sofisticado, menos sublime. Y por eso la escritora norteamericana Camille Paglia afirma que el erotismo es una forma de arte popular. O sea, arte para el público en general, para quienes no son capaces de emocionarse o excitarse con las obras de los grandes pintores, escultores y escritores. Es bien verdad también que las personas que aman las artes más sofisticadas no dejan de apreciar las producciones eróticas, y de excitarse con ellas, que son la materialización de nuestras fantasías sexuales y tienen una apelación más general.
Ejercer la imaginación y crear fantasías acerca de todas las posibilidades sexuales es una de las sensaciones buscadas por nuestros “sueños mientras estamos despiertos”.

La producción erótica es muy abundante en los tiempos actuales. No es raro que un joven tenga acceso, por ejemplo, a películas eróticas, antes incluso de haber tenido tiempo de fantasear, por sí solo, todas las cuestiones relativas a su sexualidad. Él encuentra esas fantasías ya preparadas, ya filmadas, en ese material a que tiene fácil acceso. En ese caso puede ocurrir lo contrario, o sea, sus fantasías eróticas pueden verse influenciadas por las películas a que asistió. Lo mismo ocurre con la práctica sexual: ésta también puede verse influenciada por las películas a que asisten las personas. No se puede negar que, en los tiempos actuales, esas películas eróticas son importantes “maestros” y “guías” para el aprendizaje de cómo deberá el joven comportarse en la “hora H” de la intimidad física.

Se suele llamar erotismo a la producción de mejor calidad, en que textos y películas buscan, además de provocar la excitación sexual, algún tipo de requinte artístico o intelectual. Se llama pornografía a la producción totalmente desprovista de otros objetivos que no sean el de provocar la excitación sexual, cuyo propósito comercial es indiscutible. Según creo, sin embargo, no existe una frontera delimitada y clara entre esas dos cosas, que me parecen una sola. Considero que la palabra “erótico” suena a nuestros oídos de manera más amena, al paso que “pornografía” suena de manera más vil, más baja. No obstante, no es más que una cuestión de las connotaciones que damos a las palabras, y que no siempre guardan relación con los hechos.


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flavio
Flávio Gikovate é um eterno amigo e colaborador do STUM.
Foi médico psicoterapeuta, pioneiro da terapia sexual no Brasil.
Conheça o Instituto de Psicoterapia de São Paulo.
Faleceu em 13 de outubro de 2016, aos 73 anos em SP.

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