Sobre héroes y mitos
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:31
Autor Tom Coelho
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Traducción de Teresa
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"Todo hombre es un héroe y un oráculo para alguien."
(Ralph Waldo Emerson)
Todos nosotros damos culto a héroes. Son personas que nuestros ojos contemplan de forma diferenciada. Ellos son más valientes, tenaces, perspicaces. También parecen más grandes, a veces incluso físicamente, puesto que admirados por la pantalla de la televisión, la foto en el periódico o la imagen cristalizada en nuestra mente.
Son capaces de hazañas increíbles, soportan - y superan - grandes adversidades, e igualmente alcanzan resultados extraordinarios. Según la tradición griega, mortales divinizados por actos de nobleza.
Cuando somos pequeños, elegimos padres, hermanos o abuelos representantes de esa casta. Los tenemos por espejo de muchas de nuestras formas de comportarnos y nuestros valores parten de los ejemplos por ellos destilados.
Pese a todo, en la edad adulta, si bien la influencia familiar de otrora permanezca impregnada en nuestro interior, pasamos a adoptar otros modelos, por lo regular provenientes del medio social y, en especial, del profesional.
Arquitectos tienen como iconos a Le Corbusier y Oscar Niemeyer; pintores, a Vincent Van Gogh y Pablo Picasso; amantes del jazz, a Sara Vaughan y Charlie Parker; educadores, a Jean Piaget y Paulo Freire. Prueba a hacer este ejercicio. Elige una carrera cualquiera y, con toda seguridad, encontrarás algunos nombres notables.
Como todo en la vida, la presencia de esos exponentes tiene aspectos positivos y negativos. La parte buena es que sirven como referencia, parámetro de conducta y ejemplo de excelencia. No obstante, hay una parte no tan buena. Por ser tenidos como semidioses, parecen denotar un patrón inalcanzable para personas normales como nosotros. Los miras, miras sus inventos, y declaras: "¡Espléndido! Ya me gustaría poder hacerlo igual...". Ante eso, te empequeñeces y acobardas.
Voy a contaros lo que he aprendido sobre héroes. Cuando empecé mi carrera de escritor, visitaba el texto de otros profesionales y me preguntaba cuándo tendría igual calidad editorial. Yo los veía publicar en decenas de medios mientras que mis sencillos y esporádicos textos sólo llegaban a un restringido círculo de amigos e imaginaba que no me sería posible ir mucho más allá.
Empecé también a impartir charlas. Y, asistiendo a las presentaciones de otros colegas, llegaba incluso a avergonzarme del trabajo que desarrollaba. Mis diapositivas eran pobres; mi presencia en escena, discreta.
Al cabo del tiempo vi mis artículos llegar a cientos de medios en diversos países. El contenido se hizo más objetivo y agradable a la lectura. Lo mismo sucedió con las charlas, que adquirieron dinamismo y desenvoltura. Aquellos que otrora eran mitos para mí, pasaron a compartir páginas y anfiteatro conmigo. Algunos se hicieron amigos míos, otros me pidieron consejo. Al final, se han mostrado todos, sin excepción, hechos de carne y hueso.
Pero somos bichos picados por el insecto de lo no permanente y no hemos aprendido a aprovechar el momento presente. Viajamos en un tren de alta velocidad sin apreciar el paisaje. Hemos puesto todas nuestras fichas en el vagón del futuro y no disfrutamos del trayecto. Todo esto puede ser explicado con la vieja metáfora según la cual fijamos la mirada en la copa del árbol, pasando por alto el bosque.
Por eso, aprende a mirar no sólo hacia delante, sino también hacia atrás. Observa cuánto del camino ya has recorrido. No hay combustible mejor que saborear los frutos de tu evolución. Y mira también hacia los lados. Haz el seguimiento de lo que tus competidores están haciendo, pero no te dejes influenciar por ello. Pon atención a lo que es imperativo y no hagas caso de lo demás. Sigue las palpitaciones de tu corazón.
Shakespeare decía que "héroes son personas que hicieron lo que era necesario hacer, enfrentando las consecuencias". Somos héroes de nosotros mismos. Un momento más de coraje. Cinco minutos más de perseverancia. Una pizca de confianza en uno mismo. Son esos los ingredientes que marcan la diferencia.
Tom Coelho es educador, conferencista en gestión de personas y negocios, escritor con artículos publicados en 17 países y autor de nueve libros.
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