¡Somos espíritus fuertes y valerosos!
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 10/01/2012 15:48:00
por Aurora de Luz - [email protected]
Traducción de Teresa - [email protected]
El endiosamiento de entidades desencarnadas, sean cuales fueren o en cual dimensión habiten, es algo pernicioso y con posibles consecuencias dañosas. Ya sea para nuestra autoestima, para nuestra capacidad de emprender algo mejor en la vida y de luchar por ello, o incluso para nuestra posición interior, que acaba por dejarnos abiertos a probables casos de obsesión por parte de entidades aprovechadoras.
Por casualidad ¿no te das cuenta de que, si estás logrando comunicaciones con estas entidades que se dicen “superiores”, endiosadas por algunas personas de aquí de la Tierra, mal acostumbradas a la energía amorosa fácilmente conseguida en dimensiones poco superiores a la nuestra, esto significa que esas entidades no son tan superiores como dicen? Las entidades realmente superiores no logran comunicarse con personas encarnadas en la Tierra, debido al grueso filtro que la carne nos impone.
Asimismo, tú tampoco debes considerarte inferior a esas entidades cuyas comunicaciones recibís. Ya que tecnologías más avanzadas y capacidades más afinadas para mover energías, amorosas o no, no hacen necesariamente que una entidad se constituya en alguien moralmente más adelantado que tú. Aun así, estas entidades son seres en vías de perfeccionamiento, en evolución, con defectos y cualidades, como cualquiera de nosotros. Por eso has de poner el mismo cuidado que pones al convivir con las personas encarnadas de aquí de la Tierra. No existe lo fantástico, el milagro o lo maravilloso en los mundos menos densos que el nuestro. Las cosas no se consiguen con un chasquido de dedos. Hay, sí, debido a la diferente situación de la materia, otras leyes que se aplican, pero no por ello son más fáciles las cosas allá.
Pese a todo, es cierto que tenemos una situación privilegiada aquí en la Tierra. Empezando por nuestro cuerpo, vehículo de nuestra manifestación por aquí, ya que el filtro que éste nos proporciona es saludable y nos permite enfocarnos en nuestro aprendizaje sin tantas distracciones e incluso sin la gran carga con que la vida espiritual nos bombardea si no tenemos ese filtro protegiéndonos. Empezando por nuestros propios pensamientos que, al fin y al cabo, son materia y se convierten en formas-pensamiento que aterrorizan la vida de los que ya no disponen de cuerpo terreno, por ejemplo, los umbralinos. La protección, el abrigo y el alimento que la Tierra nos proporciona, es algo que deberíamos agradecer más.
Las personas aquí encarnadas en la Tierra son seres dignos de aprecio y puedo decir que, en muchos casos, son también muy valientes. Puesto que hace falta mucho valor, en efecto, para embarcarse en una encarnación en este planeta, que es un aprendizaje intensivo donde estamos las 24 horas del día cara a cara con nuestros errores. Raros son los mundos así. A excepción de los mundos inferiores a la Tierra. Lo que más se encuentra por ahí, Universo adelante, son, en efecto, mundos menos densos, donde el cuerpo y la situación del planeta en sí no sujetan tanto, siendo por lo tanto mucho más fácil la posibilidad del intercambio entre mundos.
Por eso mismo son muy valientes las personas que abdican de la libertad del espíritu y se embarcan en una jornada terrena donde se nos anula de tantas formas, ya en nuestra libertad, en nuestros recuerdos, puesto que pasamos por el olvido del pasado, y sobre todo en la convivencia con los seres queridos que quedaron en el pasado. A pesar de que esto último es un estupendo aprendizaje, ya que así podemos ver quién nos ama de veras. Solo el amor verdadero es capaz de dejar todo eso atrás y partir para la jornada terrena junto a la persona amada. Poquísimos son los amores que pasaron por esta dura prueba. La mayoría se acobarda frente a la probación y prefiere mantener la cómoda situación ya conocida, antes que arriesgarse en la Tierra junto a alguien, por más que ame a esa persona.
Así, os digo, hermanos de jornada, no envidiéis a esos seres en situación más cómoda que la nuestra, pues los superiores no son ellos, sino vosotros, que os habéis arriesgado en esta jornada terrena. Toda vez que la Tierra es para los espíritus fuertes y valerosos, no para aquellos que prefieren quedarse en el confort de su dimensión “superior” y no ser alcanzados por los respingos de las energías ruines que nos afectan cada día.
