Un domingo cualquiera
por WebMaster em STUM WORLDAtualizado em 08/04/2020 11:34:31
Autor Tom Coelho
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Traducción de Teresa
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"Soy una persona privilegiada. Nací rico en un país pobre.
Vencer es una obligación para mí".
(Ayrton Senna)
Un domingo cualquiera es el título de una película dirigida por Oliver Stone, en 1999. El guión contempla los bastidores del fútbol americano, una fiebre en el país del Tío Sam comparable a nuestro fútbol, transitando por la vida de jugadores y entrenadores, dueños de equipos y sus relaciones políticas, los medios y el marketing.
El mundo de los deportes siempre guarda amplia sinergia con el universo corporativo. El mayor ejemplo está en la relación entre el entrenador y los líderes empresariales. En la película, un pasaje llama la atención. Al Pacino, una vez más magistral en su representación, en el papel del preparador Tony D'Amato, da a sus atletas en el vestuario una charla que definirá el destino de un partido decisivo. Transcribo seguidamente una parte significativa de ese discurso:
"A tres minutos de la mayor batalla
de nuestra vida profesional.
Todo depende de hoy.
O nos curamos como equipo o vamos a desintegrarnos.
En los dos juegos, en la vida o en el fútbol,
el margen de error es tan pequeño.
Medio paso antes, o después, y no lo consigues.
Medio segundo antes, o después, y no lo agarras.
Las pulgadas de que necesitamos están a nuestro alrededor.
Están en cada brecha del juego,
en cada minuto, en cada segundo.
En este equipo, nosotros luchamos por esta pulgada.
¡Porque sabemos que, cuando juntemos todas las pulgadas,
esto marcará toda la diferencia entre vencer o perder!
¡Entre vivir o morir!
No puedo obligaros a nada.
¡Mirad al tipo a vuestro lado, miradle a los ojos!
¡Verás a un tipo que luchará
por esas pulgadas contigo!
Verás a un tipo que va a sacrificarse por tu equipo.
Porque él sabe que, cuando llegue la hora,
¡tú harás lo mismo por él!
Esto es un equipo, caballeros.
O nos curamos, ahora, como equipo,
o moriremos como individuos.
Ahora, ¿qué vais a hacer?"
En el deporte, en las empresas y en la vida, muchas veces no son la preparación, la estrategia o las tácticas lo que marca la diferencia. Porque es frecuente que todos estén adecuadamente preparados. Es probable que todos tengan estrategias similares y sólo matices de tácticas diferenciadas. A fin de cuentas, cosas y personas están cada vez más semejantes, más hechas a la acomodación.
Lo que realmente marca la diferencia son la emoción, el entusiasmo y la voluntad de hacer que suceda. Vencer no lo es todo en la vida. Querer vencer, sí lo es.
* Tom Coelho es educador, conferencista en gestión de personas y negocios, escritor con artículos publicados en 17 países y autor de nueve libros.
