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Y el verbo se hizo carne - Jn 1:14

por Graziella Marraccini em STUM WORLD
Atualizado em 13/05/2009 12:21:35


Traducción de Teresa - [email protected]

Esta frase es bien conocida por nosotros los católicos y forma parte de la Biblia Sagrada, pero ¿cuántos de nosotros hemos reflexionado sobre su significado? En su Evangelio San Juan afirma que ‘Al principio era el Verbo’, pero ¿será que comprendemos lo que esto quiere decir?
Esta semana, haré una pequeña reflexión sobre la importancia de la palabra, del verbo, de nuestra forma de expresión que incluso involuntariamente crea nuestra propia realidad. La palabra produce ondas sonoras y éstas, al vibrar en el espacio, dan lugar a un movimiento energético que provoca una reacción capaz de materializarse en nuestro mundo físico. Por consiguiente, siendo que ‘lo que está arriba es como lo que está abajo’ (Segunda Ley Hermética), y viceversa, si las cosas creadas arriba (o sea, en el mundo espiritual) se materializan en la tierra, entonces, las cosas creadas abajo (o sea, en la tierra) acaban creando una realidad espiritual. Ya se ha constatado que incluso nuestra mente emite ondas energéticas y que éstas también crean en el campo espiritual. La mente no es más que un complejo aglomerado de impulsos energéticos, capaces de enviar mensajes, no solamente a nuestro propio cuerpo, sino también fuera de él. ¡No obstante, nada es tan poderoso como el verbo! Nosotros somos los únicos animales que desarrollamos un lenguaje y a este lenguaje damos una vibración sonora diferente. Es el uso de la palabra lo que separa a los humanos de los otros reinos.
Según los cabalistas, la voz humana es un 99% realidad espiritual, y las palabras que pronunciamos forman solamente con su 1% restante nuestra realidad. Por tanto, podemos crear, murmurando, hablando o cantando, por ejemplo. El canto es la forma de expresión más espiritual que existe. Por eso encontramos cantos místicos, mantras y oraciones cantadas en todas las religiones. ¡Todas las oraciones y cantos repetidamente emanados en los templos del mundo entero ayudan a salvar la Tierra de muchas desgracias, al contraponerse a las emanaciones de odio y de ira! No obstante, quizá eso no sea suficiente para equilibrar la balanza.

¿Qué podemos hacer para modificar ese estado de cosas y alejar de nuestras vidas el miedo y el dolor? Procuremos controlar nuestras palabras. Recordad que nuestras palabras crean nuestra realidad. No estoy hablando solamente de nosotros mismos, como individuos, sino de la humanidad como un todo. Mientras ‘muchos’ pronuncian palabras de odio, rencor, ira, etc., ‘pocos’ pronuncian palabras de amor, paz, fraternidad, etc. O sea, cada uno, a su modo, crea un mundo en el éter que acabará materializándose en la Tierra. ¡Y son muchos contra pocos! Debemos aumentar nuestras palabras de amor para salvar nuestra Tierra. ¡Debemos aumentar la corriente del bien!

¿Cuántas veces has oído decir que ‘las palabras pueden matar’? ¡Cuando expresamos palabras de odio contra una persona podemos realmente crear una nube energética negativa que acabará dificultando la vida de aquella persona! El resultado de muchas palabras negativas puede materializarse mediante una dolencia en un individuo o en una colectividad, como está ocurriendo ahora con esa ‘gripe A’, que puede ser el fruto de tantas palabras de odio pronunciadas por el mundo adelante. Incluso sin echar mano de armas materiales, cuando insultamos a alguien y generamos ira en otra persona, estamos también ‘desparramando sangre’, a nivel energético, hiriendo su alma, como si hubiésemos herido su cuerpo físico. En cambio, vivimos casi siempre prácticamente cabeza abajo: damos más importancia al 1% representado por el mundo físico que a los 99% representados por el mundo espiritual. No damos el debido valor a nuestro espíritu y, por eso, no prestamos atención a las palabras que pronunciamos.

Es preciso resaltar que la idea es fácil de comprender y difícil de poner en práctica, ¿no es cierto? Nos comanda nuestro Ego, que nos obliga a dar importancia a ciertas convenciones sociales, condicionados por la sociedad materialista en que vivimos. Nos da rabia que nuestro vecino tenga un coche mejor que el nuestro y lanzamos contra él nuestra ira, despreciándolo. En la elección insensata de nuestros pensamientos y de nuestras palabras, continuamos dando mucha importancia al plano físico y, por tanto, seguimos atrayendo para nosotros (y para la humanidad) enfermedades, desgracias y dolor. Si cambiamos nuestra forma de pensar y, especialmente, si elegimos las palabras apropiadas para emitir nuestros pensamientos, SÍ podemos cambiar nuestra realidad y la del mundo a nuestro alrededor. Los magos empleaban (y emplean) la palabra ABRACADABRA para iniciar sus magias (baja gratis mi libro (A Magia que Vem dos Astros - La Magia que Viene de los Astros), lo cual significa (en antiguo arameo) Yo hablo como Yo creo. Yo podría decir, inversamente: Yo creo como Yo hablo. Por tanto, ¿vamos a hacer un esfuerzo esta semana para prestar atención a las palabras que empleamos? ¿Vamos a elegir más palabras de amor, de afecto, de cariño al hablar con nuestro semejante? ¿Vamos a iniciar las frases (y los pensamientos) con afirmaciones positivas y no con afirmaciones negativas? ¿Vamos a decir ‘Yo puedo’ en lugar de ¿Yo no consigo’? ¿’Yo amo’ en lugar de ‘Yo odio’? Poco a poco nuestra realidad irá cambiando, creedme. La espiritualidad es la llave que abrirá la puerta de la esperanza capaz de crear un futuro mejor para nuestro planeta. Antes de que sea tarde.

Para orar y meditar esta semana (y siempre que lo deseemos) sugiero el nombre del Genio Cabalístico nº 40, Ieiazel, cuyo nombre ayuda a evitar las expresiones de negatividad. Repetid mentalmente siempre que podáis: Yo silencio mi ego y pido que la Luz dirija mis palabras y mis pensamientos para elevar mi alma en el camino de la espiritualidad. El salmo de oración de Ieiazel es el 87.

ZAYIN YUD YUD



40. Diciendo las palabras apropiadas

Léase de derecha a izquierda.


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Graziella Marraccini é astróloga, taróloga, cabalista e estudiosa de ciências ocultas e dirige a Sirius Astrology. Conheça meus serviços on-line
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