Hay cierta correlación entre el estado general de cuerpo-mente-alma de una persona y su cuerpo vibratorio. Los daños al alma, la tensión y las debilidades físicas se hacen perceptibles a través de tu Aura, antes incluso de manifestarse en ti, como las depresiones, fatigas y dolencias. Para quien no lo sepa, una de las maneras de dejarla equilibrada y energizada, es darse un baño de agua con sal gorda.
El espesor del aura es proporcional a la cantidad de pensamientos buenos y malos. Esos pensamientos se convierten en luz, sumándose a la luz del cuerpo espiritual. Por el contrario, cuando los pensamientos y actos son malos, éstos se convierten en nubes del cuerpo espiritual.
Externamente, cuando se hace el bien a otros, los pensamientos de gratitud de las personas beneficiadas también se convierten en luz. Transmitidos a través del hilo espiritual a la persona que ha hecho el bien, le aumentan la luz. Cuando, por el contrario, la persona recibe transmisiones de pensamientos de venganza, odio, celos o envidia, sus nubes aumentan.
Para asegurar la buena luminosidad de tu Aura, todo cuidado es poco. Celos, ira, odio o envidia pueden actuar negativamente sobre el equilibrio de los campos energéticos. El primer paso es combatir las situaciones de estrés con constantes ejercicios de relajación, caminar todos los días bajo el Sol y vivir situaciones que promuevan la alegría y el buen humor. El Aura fue materia de estudio para el físico ruso Samuel Kirlian, quien creó la Kirliangrafía, un método que permite la visualización y análisis del Aura, a través de la fotografía. Está constituida por cuatro campos o franjas, y a través de ella se puede detectar visualmente el campo energético de un ser humano:
Aura de la salud física - Aura astral o emocional - Aura mental - Aura del cuerpo etérico.
Hay una técnica sencilla para visualizar el Aura de una persona, empleando tu intuición:
Colócate delante de la persona y fija tu mirada en el entrecejo, en el tercer ojo de la persona, en la parte superior entre los ojos. Cuenta hasta 5 y cierra los ojos durante algunos segundos. Después, fija tu atención en lo alto de la cabeza de la persona que está ante ti. Cuenta hasta 5 nuevamente y cierra los ojos preguntando mentalmente cuál es el color del Aura de esa persona. La respuesta deberá venir de inmediato, cuando intuyes o visualizas el color mentalmente.
En caso de que no lo consigas en las primeras tentativas, continúa intentándolo, no abandones, pues todo, incluso lo energético, es una cuestión de entrenamiento. Con el tiempo, al adquirir práctica, intenta concentrarte en esa misma zona, en lo alto de la cabeza de la persona durante algunos segundos, con los ojos abiertos y mentalizando la intención de ver el Aura de esa persona, y con toda seguridad adquirirás la aptitud para vislumbrar su color con tus propios ojos. Vale la pena intentarlo, pues la vista es muy bonita y gratificante en el caso de que el Aura de la persona esté vibrante y cristalina.
A continuación, algunas cualidades principales de los colores del Aura, referentes a su segunda franja, que representa el estado de nuestra alma:
VERDE
Confianza en sí mismo, capacidad de resolver problemas y de perdonar. Persona que ama la paz; sensibilidad. Es organizador, planificador y estratega.
AMARILLA
Capacidad de dar y recibir; de tener esperanzas; la salud y la familia desempeñan un papel importante. Tiene el don de trabajar en grupo armoniosamente. El amarillo es uno de los colores cenestésicos del espectro; esto significa que una persona con el aura de ese color tiene una reacción física antes de tener una respuesta emocional o intelectual. Cuando entra en una sala llena de gente, sabe de inmediato si desea permanecer allí o no.
AZUL
Capacidad de curar a través de las propias energías mentales y espirituales; actúa sobre los demás de modo agradable y calmante; altos ideales de vida; sinceridad. El Azul personifica las características del cuidado y del cariño. Es el color del aura de aquellos que más se preocupan por ayudar a otros.
ANARANJADA
Audaces, poderosos y descuidados respecto de su propia seguridad personal, blanden los puños cerrados contra el propio Dios. Su búsqueda espiritual es, en realidad, la búsqueda de un sentido de la vida más allá de sí mismos.
DORADA
Le encanta saber cómo y por qué determinada cosa funciona, y echa mano de una paciencia infinita. La espiritualidad, para la persona de aura dorada, es el estudio del orden superior del universo y de leyes y principios que lo gobiernan. Desea comprender la organización mental, las leyes o probabilidades que han dado origen al orden en medio del caos espiritual.
ROJA
Énfasis en el modo de vida material; triunfo logrado por medio de la dedicación personal completa; salud física estable; tendencia a la irritabilidad cuando es contrariada.
VIOLETA
Espiritualidad bien desarrollada; inspiraciones creativas; capacidad de transformar los sufrimientos personales en factores positivos para el propio destino. El violeta es el color del espectro más cercano al equilibrio psíquico, emocional y espiritual en vigor en el planeta en este momento.
PLATA
Es curandero, médium natural. Utiliza la energía para transformar luz en rayos que curan, su mayor reto es aprender a conocerse y descubrir sus dones especiales.
O ÍNDIGO
La aguda perspicacia intelectual es uno de sus aspectos más gratificantes y más exasperantes, es brillante e inquiridor, con una inteligencia que va mucho más allá de los conceptos más tradicionales.
Luz y Conciencia
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