El tiempo que tenemos en esta vida es la única moneda que tiene valor. Diversas veces lo malgastamos, desperdiciamos minutos o incluso un día entero con una única queja. Un desgaste mental por algo con que no estamos conformes o no aceptamos y en ello nos quedamos presos. ¿Te has parado a observar esto?
Es impresionante nuestra capacidad de quejarnos. Por otra parte, una encuesta hecha entre líderes exitosos descubrió que estas personas no tienen el hábito de quejarse. No gastan su tiempo sólo lamentándose; si algo sucede, se enfocan en la salida y en la solución.
Muchos de nosotros nos fijamos en el drama y caemos en la victimización. Y, así, empezamos a contar el caso una y otra vez, porque eso nos da aliento para hacer ver cómo nosotros estamos en lo cierto y el otro está equivocado. Un círculo innecesario y desgastador.
No te quejes y respira. Incluso porque no se trata sólo de tu tiempo lo que gastas en esta lamentación, sino que desgastas zonas neuronales importantes del cerebro, que podrían ser empleadas en otras cosas más positivas, en soluciones y búsqueda de acierto.
Heloísa Capelas, asesora de desarrollo humano e inteligencia emocional, nos cuenta que funcionamos como nuestro relato, ya que a medida que vamos contando una historia acabamos por creer en ella. "Si la persona tiene la costumbre de quejarse mucho, acaba por creer que es víctima, que se le hace injusticia, que es débil y la única defensa que encuentra está en quejarse", completa Heloísa.
Los problemas existen, pero lo más importante es lo que vas a hacer con ellos. ¿Cómo vas a proceder? ¿A solucionar? ¿A resolver? ¿A cambiar? Una clave es respirar hondo, no quejarse.
Durante la respiración nuestro cerebro recibe informaciones que nos ayudan en un cambio emocional hacia una mayor tranquilidad, aparte de aumentar también nuestra percepción para encontrar soluciones ante los problemas.
Haz la prueba en tu día a día, cambiar una queja por la respiración. ¿Quién sabe si con ese ejercicio validamos nuestro éxito?
La cuestión no es sólo perder nuestro tiempo, sino el hecho de emplear nuestras neuronas en cosas inútiles, en lugar de ponerlas a trabajar positivamente.
Si creemos en lo que contamos, más vale que contemos historias de éxito y caminemos por ellas. ¿Qué eliges para ti?
Heloísa Capelas es especialista en desarrollo del potencial humano y Asesora en inteligencia emocional. Directora del Centro Hoffman em São Paulo - Brasil
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